Descubrí a las Pussy Riot gracias a Amnistía Internacional, hicieron una campaña para que votáramos por la liberación de estas chicas, de Amnistía Internacional me fío plenamente, nunca defienden delitos de sangre, pero sí defienden la justicia y a la gente que reprimen por sus ideas, soy socia de esta Organización y confío plenamente en ellos.
Tal vez lo que menos me gusta es que hicieran la actuación en una catedral ortodoxa, hay que respetar las ideas ajenas tanto como nos gusta que respeten las nuestras.
Una buena manera de ver cómo funciona Rusia, con Putin a la cabeza, un zar de ahora, se siguen reprimiendo los derechos fundamentales de los rusos, su libertad de expresión, condición sexual y un largo etcétera, la democracia rusa es más de palabra que de hechos, en este documental lo podemos ver de una forma muy realista, ya que estos hechos ocurrieron de verdad.
Pussy Riot son gente convencida de sus ideas, puede que no sean del gusto de todos, pero lo que es innegable es que estas chicas son muy inteligentes y con mucha valentía.
No se retractaron de lo que habían hecho, solamente de haber molestado a los creyentes ortodoxos, no era ésa su intención, pero sí la de llamar la atención de lo que está ocurriendo en su país.
¡Ojalá y hubiera más Pussy Riot en este mundo!

Es muy buena, aunque haya visto la mala nota que le ponen en esta página.
La historia está basada en hechos reales.
Refleja la doble moral que tenemos en este país, aquí parece que nadie haya ido nunca de put..., y luego resulta que todos conocen el sitio y alguna vez (o muchas) han estado allí.
La dirección de actores, perfecta, porque aunque son buenos, no siempre están bien dirigidos, un humor negro y festivo a la vez.
Una comedia divertida, los personajes son tan reales, que solo hace falta ver el telediario, aunque está hecha con mucho humor reconoceremos a muchos "chorizos", como el alcalde corrupto, muy bien interpretado por Leo Harlem, la prostituta de buen corazón.... etc.
El cine español, cada día mejor.