Requisitos para hacer una película "indie":

1.- Que el protagonista se pase toda la película con la misma cara de pseudo-asombro gilipollas.

2.- Introducir frases rimbombantes y diálogos aparentemente trascendentales para no decir absolutamente nada.

3.- Colocar como sea algún personaje flipado, medio drogata y colgado aunque no haga falta. (Los antidepresivos, drogas, ansiolíticos, etc, son muy importantes en el cine "indie").

4.- Meter a calzador las piezas más trilladas de la música clásica para que el espectador quede extasiado ante la importante cultura del director.

5.- Presentar una medio adolescente culta muy por encima de la media para que el espectador crea que está viendo la octava maravilla cinematrográfica.

6.- No tener ni un duro de presupuesto.

7.- Proponer algún personaje de cierta edad que hace de contrapunto reflexivo y maduro, suele soltar las frases más lapidarias de la película. No todo van a ser gilipolleces.

8.- Proponer una moraleja más que sublime para que el espectador quede ya más que boquiabierto ante la obra maestra que está contemplando.

9.- Acumular sin sentido escenas absurdas que no aportan nada a la trama.

10.- Que el director del engendro sea a la vez el protagonista, esto mata ya a cualquiera.

11.- Siempre hay un viaje en la trama o una vuelta al pasado.

12.- Siempre hay alguna crisis existencial en algún personaje.

No sé ciertamente lo que pasaba por la mente de Josh Radnor, pero si piensa que esto es cine inteligente es acumular otra decepción más. El espectador no es tonto y la cosa no se resuelve por citar poetas ingleses o por colar música clásica. El espectador es bastante inteligente y el espectador quiere otra cosa. Necesita otra cosa, necesita un pequeño rayo de luz ante la catarata de morralla insustancial que nos rodea en el cine. "Amor y letras" podría haber sido una reflexión inteligente sobre el ambiente universitario, sobre literatura de verdad, sobre el amor adolescente, o sobre la crisis de la madurez o sobre la jubilación, si se quiere. Pero sin embargo no es nada de eso. Es más de lo mismo, hacernos tragar un producto por una cosa que no es. Estaba muy bien aquello del "cine independiente", pero la cosa ya cansa.

Los americanos se creen que cualquier tema de su reciente historia puede interesar al resto del planeta. Habrá gente que lo crea y piense de esa manera pero yo no me dejo engatusar. Ejemplos de cine que cuenta historias que les interesa a muy poca gente hay cientos. Están deseando que ocurra la más mínima nimiedad en cualquier remoto lugar de su país o personaje que no lo conozca nadie pero que en algún sitio realizó una hazañita insignificante para su reducida comunidad para que el celuloide se cubra de gloria y los productores consideren que el dinero les va a llover a raudales.

Con esto no quiero decir que la integración en el mercado laboral de las mujeres sea un tema baladí, o que la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres sea algo menor, ahora bien, presentarnos el panorama de unas mujeres que lucharon por integrarse en un trabajo propio de hombres en las minas del norte del país en una determinada época puede pasar por alto para mucha gente y crearles indiferencia. Estas mujeres sufrieron vejaciones de todo tipo, queda muy patente en la película, y fueron poco a poco abriéndose paso en un camino difícil y tortuoso. Conocemos la historia y desde el primer fotograma sabemos también cómo acabará la historia.

Cuando la película está rodada con desgana, carece de la épica necesaria que daría en sí la historia, los actores se desaprovechan y se diluye de tal forma su intención que la película termina sin provocar al espectador la más mínima emoción, se hace todo muy cuesta arriba. ¡Qué mal esbozado el personaje de Woody Harrelson!, ¡qué desaprovechada Frances McDormand! Es una lástima

Podían haber hecho algo importante y aunque el tema fuera de poco interés, haberle sacado algo de jugo. Quizás donde la película acierta más es en ofrecernos un ambiente enrarecido dentro del núcleo familiar, pero se explora poco y se hace hincapié en otras cosas.

Todos conocemos ya, en mayor o en menor medida, el cine de Isabel Coixet y después de un buen puñado de películas creo que estoy en disposición de afirmar que todo su cine huele a un tufo tan recalcitrantemente falso que tira de espaldas. "A los que aman" no es una excepción. Sus personajes suenan a falsos, sus diálogos rechinan, su fotografía presentan estampas tan perfectas que escapan de la realidad, la historia es insípida, etc. Nadie habla ni se expresa como los personajes de sus películas, su adornos y ornamentación pertenecen al terreno de la fantasía como si de un cuento de hadas se tratase. ¿Alquien puede creerse un personaje como el de Matilde? Incluso cuando se le reconoce algún acierto también falla, como aquellos diálogos entre Ben Kingsley y Dennis Hopper en "Elegy", lo mejor de la película, que resultan tan demoledores y perfectos como irreales y falsos.

"A los que aman" no es nada. No hay nada, no trasmite nada, no inspira nada, no emociona nada. Una película que habla del amor pero sin pasión ninguna. Inconexa y reiterativa. Lenta y aburrida. Es como aquella fábula de Fedro en la que una zorra se encontraba una máscara de teatro y se quedaba admirada de su belleza, le daba la vuelta a la mascara para comprobar que por detrás estaba completamente vacía. El cine de Isabel Coixet está vacío. Intenta la perfección formal pero se olvida del fondo.

Para mí su mejor película es "La vida secreta de las palabras". La he visto dos veces. La primera vez me gustó, no resistió el segundo visionado porque empecé a vislumbrar todas las carencias de su cine.

Querido Soderbergh, ¿dónde te metes? No te bastó con dormir a media sala de cine con la infumable "Solaris", a la que muchos críticos calificaron como la séptima maravilla del cine moderno; no te bastó con filmar de la forma más ramplona posible el culebrón de sobremesa de "Erin Brockovick", menos mal que Finney salvaba la función, te conformaste a sabiendas malgastando inmisericorde los 117 minutos de "Ocean's Eleven" en los que destacaba una sóla escena en todo el metraje que valiera la pena, lo que hiciste ya con "Ocean's Twelve" es de juzgado de guardia; no te bastó con dinamitar la tan cacareada química entre George Clooney y Jennifer López en la horrenda "Un romance muy peligroso, no te quedaste satisfecho con imitar hasta en el cartel publicitario a "Casablanca" en "El buen alemán", a pesar de todo esto, ahora te atreves con el "thriller" de altura y nos entrega esta cosita envuelta en un hermoso papel que dentro no contiene nada. Esta "Indomable" no es comparable ni al más patético Jason Bourne. Se nota a la legua que el encargo te venía grande. A Banderas, a Douglas y a McGregor le debieron contar la milonga de que rodaban la releche y cuando se vieron cada uno de ellos 5 minutos, bueno, 3 minutos en la pantalla, a saber las imprecaciones que soltarían. Déjalo ya Soderbergh, tu cine es soporífero, a "Contagio" me remito en la que se ronca de maravilla, no sabe mantener la tensión, carece de clímax, desconoce el "tempo" narrativo y así sucesivamente. Yo que pensaba que no había nada más aburrido que Sidney Pollack y sí lo hay. Demasiadas pruebas tenemos ya. Y no te obceques en el "thriller", déjale esas cosas a Brian de Palma, él, en la escena del rescate en Barcelona, hubiera hecho maravillas. ¿Puede sustentarse una película en una sola escena medianamente bien hecha? (Pelea en la habitación del hotel). Mi respuesta es no.

"Otra película de Soderbergh", me digo y después del sufrido visionado de lo único que hay ganas es de tirarla a la basura. Y sería agradable encontrar en este hombre algunos atisbos que valieran la pena, pero de momento su cine representa un encefalograma plano. Steven Soderbergh jamás oirá esta plegaria y mis lamentos, aunque ha anunciado que se retirá de la dirección, por lo que todavía no está todo perdido.

Me ha sorprendido el hecho de que esta película no tuviera ninguna crítica, ni tan siquiera un miserable voto, y me he preguntado si hoy en día caben películas como ésta. Es decir, ¿alguien perdería hora y media de su tiempo viendo una película rancia de hace 60 años sin efectos especiales, sin sangre, sin tiros, sin explosiones...? Creo pensar que sí. Hace ya muchos años que la televisión no ofrece productos así, pero los que tenemos una cierta edad nos criamos viendo comedias del cine clásico de Hollywood de los hermanos Marx, de Danny Kaye o de Bob Hope aquellos sábados por la tarde de nuestra infancia. Hoy en día para ver algo así en televisión habría que visitar quizás alguna cadena residual y no se sabe a qué hora. Pero hay películas que son eternas, que vimos en una época de nuestra vida, que nos acordaremos siempre y que nos ayudaron a educarnos cinematográficamente. Así que he querido dejar mi pequeño granito de arena para arrojar una mínima y solitaria luz por si "La gran noche de Casanova" por azar cayera en manos de alguien, decidiera verla, le gustara, quisiera comprobar lo que dicen los usuarios de esta página y se encontrara de sopetón con el desconsuelo del vacío en el apartado de las críticas.

Quien conozca el cine de Bob Hope ya se sabe lo que va a ver, una comedia disparatada sin complicaciones para pasar un buen rato en la sobremesa. Al bueno de Bob lo confunden con Casanova, siendo éste las antípodas del personaje, y se arma la hilarante trama. Hermosos colores, suntuosos decorados de aquellos ingentes estudios cinematográficos, el derroche en el vestuario maravilloso, y por supuesto una guapísima Joan Fontaine que desde "Rebecca" me cautivó para siempre. Me sorprendería que la película incluso estuviera editada en DVD.

"La gran noche de Casanova" y "El pirata y la princesa", diez años antes y algo más famosa, son las películas más representativas de Bob Hope en solitario, alejado de la alargada sombra de Bing Crosby, y el modelo clásico de la comedia americada por excelencia de una época dorada evidentemente irrepetible. Después Bob Hope encadenaría una serie de productos que le alejarían de este tipo de cine y que poco éxito le reportaron. Pero eso es ya otra historia, de momento a disfrutar.