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España España · Barcelona
Críticas de zoquete
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Críticas 40
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
29 de marzo de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tienes frente a ti a un asesino que ha quemado vivas a siete pobre desgraciados, siete infelices a quien sólo podía robarle penurias. El asesino afirma haber ejecutado a otras cinco mujeres, quemándolas también con idéntica frialdad. Por si estuviéramos adormecidos por crímenes similares, el criminal se acusa de acabar con diecisiete mujeres más y, como si supiera que nuestra sed de sangre es aún mayor, enriquece su confesión declarando que todas sus víctimas estaban embarazadas. No, no lo hizo con un rifle de precisión, ni en Washington. Eso es otra historia, desgraciadamente real, desgraciadamente impactante, desgraciadamente olvidada. Ahora sólo hablamos sobre una película...

“Aro Tolbukhin - En la mente del asesino” supone un experimento fascinante, un collage de técnicas narrativas (reconstrucción de sucesos, entrevistas, evocaciones al pasado e incluso alucinaciones), de filmación (diferentes formatos, exteriores, directores) y de ritmos, pero sobretodo, de atrevidos forcejeos mentales con el despistado público. De hecho, se me antoja que un título más adecuado habría sido: “en la mente del espectador”, pues los autores parecen experimentar todo tipo de estratagemas para hacernos navegar entre múltiples planteamientos, frente a la figura de ese tal Tolbukhin ¿lo compadecemos, especialmente cuando se registra algún enternecedor episodio de su infancia o su convivencia con las generosas monjas que lo cuidaron? ¿lo aborreceremos, cuando muestra su terrible daño asesino y posterior indiferencia? ¿llegaremos a identificarnos con él o se nos mantendrá siempre distante?

En ningún momento los autores niegan la inventiva tras la historia pero, sin embargo, la retahíla de situaciones se nos acerca de una manera tan natural, tan previsible aunque inesperada, que tal ficción parece constituir un simple ejemplo de la amarga realidad. Se nos reconoce la mentira narrada como se nos restriega, con no menos fuerza, que la historia bebe de situaciones, quizás más crudas, que podemos encontrarnos en cualquier momento en Guatemala, donde se rodó parte de la historia. Y ahí radica la mayor fuerza de la historia, que con desarrollos como éste no tienen cabida preguntas dónde aún nos extraña el polvorín latinoamericano, o las violentas reacciones ante situaciones límite.

Volvamos a imaginarnos que estamos frente a él? ¿Qué le preguntaríamos? ¿si no le importa que le partamos el cráneo? Oh, vamos, un esfuerzo más... ¿que si se reconoce en nosotros? ¿que si nos reconoce en él? ¿que si...? ¿o le pediríamos que nos diera lumbre? ¿Realmente nos interesa lo que pueda decir semejante engendro de la sociedad, que tan claramente percibimos como dañino? ¿o acaso tememos parecernos a él? Si no fuera así, si buscamos otros modelos, ¿por qué casi nos resulta insulso conocer el motor que empuja a las misioneras que le acogieron, excepto si ocultaran algún “sucio” secreto? ¿Acaso vamos tras alguna coartada que excuse nuestra maldad humana?
zoquete
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8
29 de marzo de 2009
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otoño 2002. Aileen Wuornos es condenada a muerte, tras probarse que había asesinado a seis hombres. Ella reconoce sus crímenes, pero alega legítima defensa. Aún así, solicita el castigo para evitar “volver a matar”. Se habla de “suicidio asistido por el estado”. Documentos judiciales recogen detalles sobre su pasado, que incluye su abandono al nacer, vagabunda cuando niña, violación a los trece años, madre un año después, adicciones a las drogas y al alcohol, y la prostitución como sustento y perdición. Octubre 2002. La “Doncella de la Muerte” es ejecutada en Florida.

“Monster” recuerda que el comercio sexual suele ir de la mano del abuso, que “prostituta” no tiene tanto que ver con el hecho de pagar como con la concepción de la mujer (o niño) como objeto para el hombre (dominante, cliente, comprador o amo). Así también se nos ilustra en las espléndidas “Irreversible”, “Dogville”, “Celebration”...

No obstante, este primer trabajo de la directora Patty Jenkins escoge el amor como verebrador de la historia, para mostrarnos las inquietudes más íntimas de la asesina, sus motivaciones y qué dispara sus oscuros resortes criminales.

Las razones de Aileen no son buenas para escondernos de nuestras propias miserias, para ignorar nuestros miedos o para describirnos las lagunas del sistema judicial o de los “sólidos” fundamentos éticos de nuestra sociedad.

El tratamiento es austero pero intenso. La asesina deambula entre su visión más negra de su entorno, como colectivo de hipócritas que esconden una furiosa e insatisfecha pulsión sexual, y la ternura que le inspira su amada, a quien desea proteger y ofrecer lo mejor de sí misma.

La prostituta sitúa su amor en la cúspide de su razón de ser, de su sentido vital, por quien no duda en eliminar a sus víctimas, a quienes también juzga por su doble moral: casados que engañan a sus mujeres, agresores que desprecian a las prostitutas por precisamente por acceder a sus variopintas y no demasiado higiénicas peticiones, etc. Tras esta lógica parece esconderse el rabioso deseo de ejercer una ética, ¿ un buen camino?, una ética modelada, paradójicamente, por la propia sociedad que reniega de ella, pero que tampoco se diría que le ofrezca muchas alternativas.

Si esta mujer se declarara dispuesta a todo para llevar una vida sin crímenes, ¿está la sociedad capacitada para protegerla, para evitar los abusos de los que fue objeto? Pero si su entorno no cambia, la solución parece única… sacrificarla.

No deseo que ninguno de mis seres queridos compartan un sólo instante con ningún asesino, sueño con una vitrina perfecta que proteja a mi hijo, pero no dudo que él podrá desobedecerme, decidir querer conocer a un marginado que ha cometido alguna barbaridad, algún peligroso sujeto de este tipo, quizás porque ha creado una obra de arte, quizás porque ha pintado algo hermoso, porque compuesto un cántico conmovedor, porque ha canalizado sus errores en forma de alguna enseñanza que nos pueda ser de provecho.
zoquete
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8
29 de marzo de 2009
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo, cuando era crío y a raíz del estreno de la célebre ´E.T. El extraterrestre´, unas declaraciones del actor Henry Thomas, el niño Elliot protagonista de la película. Entre las anécdotas que relataba, destacaba la capacidad de Steven Spielberg por arrancarle en cada momento la mejor de las expresiones. Y para ilustrarlo, citó una de las caras de asombro que exhibió (y que forma ya parte de la historia del cine) lograda tras una oportuna bajada de pantalones del propio director en pleno rodaje.

Esa magia excepcional la he vuelto a encontrar en la última película de Spielberg donde además, si me lo permitís, constituye el núcleo del argumento. Porque esta obra me ha recordado la necesidad que tenemos de ser irreemplazables, de poseer un nombre y apellidos, de ser reconocidos sin ambigüedad posible, de ocupar un espacio en las vidas de los demás que ningún otro pueda arrebatarnos. Paradójicamente, este sentimiento tan humano se contrapone a su opuesto, que es el del deseo de ser como el resto, de sentirse igual a quienes amas, de formar un todo homogéneo con los que te aman, como el de ‘David’, el ingenio mecánico que protagoniza el film, que desearía ser un ‘chico real’.

Hablar de materia orgánica o metal no deja de ser una excusa para plantear un dilema que se nos antoja bien cercano, pues sin duda bien poco nos importa si un manojo de cables dice ´soy real´ o ´te quiero´. Spielberg sabe conducir la historia en forma que nos olvidemos de los ´Tamagochi´ o ´Furby´, como precursores de ese ´David´ tan magistralmente interpretado por Haley Joel Osment. Spielberg logra enternecer a la audiencia, sin dejar asomo de duda del afecto que se merece el mecano andante. Y lo hace tan bien que incluso le deseamos lo mejor por contraste al sentimiento de odio que nos despiertan humanos ´reales´.

Es ´A.I.´ una película ambiciosa, lo cual queda patente en las reflexiones existenciales que pretende provocar, en el metraje de casi dos horas y media, en la riqueza de efectos especiales y, sobretodo, en un cuidadosísimo guión que aglutina tres historias. La película, en términos generales, no defraudará: contiene sobrados elementos para contentar a todo tipo de públicos (desde el drama del afecto materno-filial hasta un pseudo gore del despedazamiento de androides), a todo tipo de exigencias (el milimétrico trabajo de todos los actores, la construcción de múltiples y desasosiegadores escenarios, diálogos trabajados, silencios inquietantes, guión sólido), y a todo tipo de actitudes (cachondeo, cinismo, adoración, reflexión). Sin embargo, pese al elevado presupuesto de la cinta, impecable trabajo de los actores, última versión del programita para los efectos especiales y llevar largo tiempo esperada, la película no nos revela cuál es el sentido de la vida (oh, decepción). Quienes busquen el nirvana lo tendrán igualmente difícil. Quienes vengan cargados de expectativas, posiblemente también lo tendrán crudo.
zoquete
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6
29 de marzo de 2009
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguro que este Balaguer es un mariconazo de los de pajarita y ropa interior femenina. Seguro que es de los que exclama ´que requetemonísima que estás´ a sus amigas y mariquillas que le acompañan, mientras le mira el culo al cámara, a los actores y, sobretodo, a los fornidos mozos que llevan arriba y abajo el material cinematográfico. ¿Qué se ha creído este mamarracho intelectualoide?

Como primer trabajo tras las cámaras, se ha lucido el chaval. ¿Acaso pretende destruir la esencia de la familia, el núcleo vital de la sociedad? ¿a qué predisponer a las parejas a acentuar sus problemas cotidianos? ¿por qué convertir en drama lo que simplemente son pequeños obstáculos?

Porque el esposo, excelente creativo publicitario, alabado y respetado en su trabajo, también es una gran persona obsesionada por crear un hogar feliz. Ella, la esposa y madre de su hija, sólo demuestra inmadurez e insensatez que incluso le lleva a fumar durante el embarazo. Unas pretensiones universitarias a todas luces fuera de sus capacidades, y una soberbia contra el pobre hombre que justifica el odio ante tanto liberalismo femenino.

Él se exaspera, claro, y no puede controlar sus nervios... se le va la mano. Demasiadas tensiones. Los golpes son inevitables. Y ella le mira con aire acusador, le hace sentirse mal, le humilla. Pero la mujer no entiende, prefiere las frivolidades de su amiga, se deja llevar por sueños de grandeza como ignorante que es…

... ...

¿Aún seguís leyéndome? El argumento ya lo conocéis, el enfoque... la mayoría no lo aprobará, aunque sea por esa corrección política tan de moda. A esa minoría restante que pueda sentirse identificada (las estadísticas confirman su existencia): ¡id a ver la película!

Volviendo al resto, me disculpo y corrijo: sólido debut de un sobrio Javier Balaguer que no necesita de espectaculares palizas, de moralinas evidentes o rastreos freudianos en los agresores para plasmar una denuncia necesaria: las mujeres maltratadas y el inaudito vacío legal que se hace coartada de una sociedad demasiado débil para rebelarse ante sus inercias machistas.

Una pareja de actorazos absolutamente convincentes, lo cual no me causa sorpresa. Paz Vega ya demostró con ´Lucía y el sexo´, que sus registros exhibidos en ´Siete vidas´ habían sido puro pasatiempo. ´Sergi López´ ya lleva tiempo como profeta en nuestra vecina Francia (no en su tierra). Se le puede recordar en su bis a bis con Natalie Baye en ´Une liaison pornographique´, donde ambos intérpretes disponían de toda la pantalla para ellos solos.

Una sutil pega, que no insalvable, pues supone una reflexión inevitable tras la película. La violencia física no es lo más grave, sino el chantaje sentimental: el dolor que sufren tantas mujeres incapaces de asimilar que esos ojos tiernos que un día le declararon amor eterno, ahora las humillen, las anulen y las conviertan en fracasadas, por considerarlas posesión en lugar de simétrico proyecto vital.
zoquete
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7
29 de marzo de 2009
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Órdago!

Imagínate que la suerte se puede poseer, e incluso transmitir. Imagínate que su valor es relativo, depende de quienes te rodean: si ellos tienen más suerte que tú, poco valdrá la tuya. Juegas a la primitiva y obtienes el pleno, pero llega un tipo que te soba (más o menos sutilmente) y así te arranca esa capacidad tuya para haber dado con la única combinación ganadora de entre infinitud de ellas. No te preocupes, también tú puedes quitarle la suerte a los demás, es como un mercadillo. ¿Qué haces con la suerte? No lo sé. Ni lo cuenta la película, ni tampoco soy tan afortunado como para experimentarlo. La cinta se concentra en explicar la lucha por ese intercambio de ´suertes´. Como avales para demostrar que la tienen: sobrevivir a un accidente de tráfico, no recibir un rasguño tras muchas corridas de toros, o ser el único superviviente de una accidente aéreo donde murieron los cientos de pasajeros restantes.

Pero a ver si me entero, ¿la suerte es azar, tiene que ver con los deseos, pinta algo la felicidad o se limita a su aspecto aleatorio? Si se estrella el avión donde viajo, muriendo mi gente más querida y yo sobrevivo, ¿eso es suerte? Y si lo es, ¿es buena o mala? Si no se estrella y vivo la aventura sentimental más apasionante pero nada fortuita, ¿también eso es suerte? Me temo que la película se distancia bastante de estas disquisiciones, que tristemente no pude evitar hacerme durante su proyección. También en esta ocasión lamentablemente (afortunadamente) no tengo ningún accidente aéreo en mi currículo.

Pero sigamos jugando con la propuesta del director canario. Como bien sabe la mayoría de jugadores: quien más arriesga, más tiene a ganar.

La solvencia técnica de ´Intacto´ resulta evidente: una composición trabajada, ambientación cuidada, fotografía y planos acertadísimos y actores con los que he salido muy satisfecho. Incluso el gancho promocional, muy atractivo (¿a quién no le inquieta conceptos como suerte, azar, destino? Todo perfecto. Muy profesional. ¿Demasiado profesional? ¿dónde está aquí el riesgo? ¿la aventura? ¿extender esa imaginación de una propuesta surrealista y encaminarla por veredas que aturdan al espectador? Parece ser que ésta es la principal queja del público, que también hago mía: ´esperábamos más´, porque ante un planteo tan resbaladizo, tan eterno y etéreo como el de la suerte, la única feliz escapatoria se encuentra en dejarse llevar por las propias neuras, infringiendo si es necesario las normas de la academia. En este caso esa ´locura´ o ´riesgo´ parece limitarse a la premisa que sirve de trailer.

Lo cierto es que ´Intacto´ funciona (y muy bien) como colección de cortos (posiblemente muchas de sus escenas serán utilizadas en los típicos ´collages´ recopilatorios de cine). Por eso desde ya canto órdago a los próximos trabajos de un Fresnadillo que ha demostrado poseer buenas iniciativas. Lo único que espero es que suba su apuesta por el desenfreno. ¿Alguien se anima a apostar?
zoquete
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