Hablar de David Lynch es hablar de un cine que supera cualquier formalismo, es perderse en los terrenos más ocultos de nuestra psique. Quizá unas lineas de carretera en plena noche sean el comienzo ideal para empezar el viaje. El viaje al punto de no retorno, a un lugar en el que todo puede suceder, porque todo está en nuestra mente. ¿O no?

Decir que Carretera Perdida es una obra maestra es quedarse corto en mi opinión. Estamos ante una de esas películas que encumbran el cine, el cine más oscuro, sugestivo, laberíntico, fascinante, imprevisible, ilógico, extraño, oscuro, musical, onírico.

Porque he soñado varias veces con el hombre de la cara blanca, porque he recorrido esos pasillos oscuros, porque no puedo parar de escuchar la magnífica canción "Desert Sex" de Cocteau Twins, porque me emociona, me pone los pelos de punta, me lleva a otro lugar, por eso le pongo un 10.

Acabo de ver una araña subiendo por la pared de mi casa. ¿Mi casa?.

Lo primero de todo he de declararme fan de Quentin Tarantino, ya que el visionado en frío de la obra sin conocer las peculiaridades de su director me llevaría a otro tipo de crítica. Tarantino en está ocasión, y en la parte que le toca a él, Death Proof, hace un homenaje a las películas de algún tiempo atrás, que inundaron los cines, de menor presupuesto, conocidas como "Series-B".

Con esta premisa, muy a tener en cuenta para posterior valoración, iniciamos un viaje a través de las gafas del protagonista, "Especialista Mike" (enorme Kurt Rusell) y unas chicas que se encuentra en un bar de carretera (lugar en el que Quentin hace su cameo en la cinta). Copas y chupitos. Charlas. Más copas y chupitos. ¿Te subes a mi coche?.

A partir de ahi aparece la figura del maníaco y las chicas en las que este se fija. Consecuencias imprevistas... Todo puede suceder.

Como homenaje a las "Series-B" funciona francamente bien, vaya que sí.

Tarantino nos hace sus guiños fetichistas en varias escenas. Al inicio se nos muestran unos sugerentes pies bajo los títulos de inicio. Otra escena, en la que Mike humedece con su dedo el pie de la chica, que lo tiene sacado por la ventana del coche. O incluso cuando saltan por los aires vemos un primer plano de los pies de la chica. Como fetichista soy feliz. Gracias Quentin.

Película preciosa, una pequeña joya del cine holandés. Película para disfrutar, con calma y todo el tiempo del mundo. Llena de silencios que lo dicen de todo, de gestos. Es una propuesta de puro cine europeo, que no todo el mundo sabrá valorar. Pocas veces encuentras una película que diga tanto con tan poco.

La película nos cuenta la historia de dos vidas que se cruzan, dos vidas que nada tienen que ver, totalmente distintas la una de la otra, pero entre las que veremos como el destino, a veces, cruza los caminos de personas totalmente diferentes, pero como a través del respeto todo puede ocurrir.

Creo que por cosas como esta merece la pena el cine, historias mínimas que llenan el corazón y que hacen que brote una pequeña esperanza para la humanidad.

Estamos ante una gran película del señor Tarantino, que en esta ocasión decide hacer un western al más puro estilo Quentin. Y es que uno no para de disfrutar secuencia tras secuencia del buen hacer de este director. Una propuesta que te mantiene pegado a tu butaca hasta el final. Escenas memorables de sangre y muertos por doquier. En cuánto al reparto, poco puedo decir, solo leer los nombres de los protagonistas, Cristopher Waltz está enorme, no es casualidad que posea la preciada estatuilla en su estantería; en la película hace el papel de "maestro" de Django (Jamie Foxx), que pronto aprende las artes de su compañero. Jamie Foxx está a la altura sin duda, solo hay que verle como se maneja pistola en mano y a manos de su caballo (también en la vida real es el suyo propio). Di Caprio esta idóneo en el papel de acomodado señorito. Samuel L. Jackson rompedor en el papel de negro "blanco", mezquino y villano. En definitiva, una muy buena propuesta que te deja con buen sabor de boca, muy acorde a la gran propuesta de cine de Tarantino.

Hay algo en esta película que me transmite una sensación que nunca había sentido en otra. Está rodeada de un ambiente especial, de una atmósfera oscura, envolente. Un gran descubrimiento.

La propuesta no puede ser más original, un extraño que se nos mete en casa para realizar una simple llamada, el problema viene cuando no lo ves salir, te vas a dormir y crees que todavía sigue en tu casa. Ruidos. Más ruidos. Desquicie. Nervios.

Está llevada con maestría, de manera que no decae en ningún momento la tensión.

Me recuerda mucho a Hierro-3 de Kim Ki Duk.

Además posee un final libre a la interpretación de cada uno. Multiplicidad de teorías.