Lo siento, pero no me la creo. El personaje de Charlize Theron es una caricatura y los gestos de la sudafricana no pueden ser más forzados. Parece que en lugar de interpretar un personaje lo esté parodiando.

Por otra parte, estoy hasta las narices de que la industria hollywoodiense excluya a cualquier mujer que no sea joven (o lo parezca), insultantemente bella y esbelta y luego obligue a los bellezones sobrevivientes a engordar 20 kilos y/o a disfrazarse de locas, asesinas, psicópatas o personajes marginales para ganar un Oscar o el respeto de la crítica. Son tantos los casos que ya huele.

La serie sería mucho mejor y merecería un par de puntos más si no fuera por la odiosa moralina que rezuma el personaje de Caruso (Horatio Caine) que, no sólo se cree con autoridad moral para juzgar a todo el mundo, sino que tiene un detector mágico de bondad y maldad, que le permite averiguar, al primer vistazo, si las personas con las que trata han cometido un crimen o no y, en el primer caso, si lo han hecho impelidos por la necesidad, la fatalidad o la desesperación... en cuyo caso, el gran H Caine les "perdona la vida" e incluso les echa una mano para atenuar el peso de la justicia.

En fin, lo dicho: entretenida al puro estilo CSI, pero la moralina a veces resulta irritante.

Tonta, tonta, tontísima comedieta llena de clichés de la peor calaña y llena de "pifias" por falta de la documentación más básica, cosas tipo que el rey Juan Carlos tiene una isla privada (supongo que se referirán a Mallorca) o que Dinamarca se acaba de incorporar a la UE. Dejando al lado estos "detallitos", sentí que insultaba mi inteligencia a lo largo de cada minuto. Me está bien por dejarle elegir la peli a una persona cuya actriz favorita es Sandra Bullock y su peli preferida es "Miss agente especial"...

Es evidente que la nota media de esta película está elevada por votaciones de amigos (como lulu, que firma una crítica en la que le da un 7, ni más ni menos). Le he puesto un 1 porque no se podía poner un 0. Sólo me causó dos emociones: furia y alivio. Furia por pensar que parte de mis impuestos se ha destinado a esa bazofia (está subvencionada por TVE) y alivio cuando al fin se acabó.

Lo dicho, parece una obra de colegio.

Presenta la dura realidad de millones de personas en el mundo, sin caer en la sensiblería, la lágrima fácil ni la búsqueda de culpabilidades gratuitas, sino fomentando la reflexión y la concienciación.

Deberían pasársela en clase a todos los estudiantes de secundaria.