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Críticas de Cinemagavia
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Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
29 de abril de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El retrato de un sistema abusivo

Corea del Sur recoge una de las mayores cifras de suicidio anuales, siendo la población más joven los más afectados. Su sistema estudiantil competitivo y la obsesión de las corporaciones y empresas por tener el mayor rendimiento lleva a sus estudiantes y trabajadores a situaciones de presión extremas.

La competencia por llegar a lo más alto empieza en la escuela, seguido de la presión familiar y social por entrar en las mejores universidades y en las mejores empresas, un ciclo de perfección y exigencia que no tiene fin. Justicia para Sohee es el ejemplo perfecto de este sistema tan abusivo y el resultado desolador de la presión a la que se somete a los jóvenes surcoreanos.

Justicia para Sohee está dividida en dos partes, la primera está basada en hechos reales: cuando una joven estudiante de instituto en prácticas en una empresa de atención al cliente termina suicidándose debido a las malas condiciones de trabajo y la presión por parte de la propia escuela. La segunda mitad de la cinta nos adentra en las investigaciones de una agente de policía que descubre el sistema corrupto detrás de las instituciones encargadas de adentrar a los estudiantes a la vida laboral.

Con Justicia para Sohee, la cineasta pretende abrir los ojos de la sociedad exponiendo las situaciones a las que se enfrentan la juventud del país, la poca empatía por parte de las instituciones y la obsesión con las cifras y los buenos resultados que parecen estar por encima de las propias personas. Es imprescindible que no exista una nueva Sohee, y ese es precisamente el objetivo de July Jung, ofrecer justicia a la joven a través de una magnífica pieza cinematográfica.

*July Jung nos deleita de nuevo con su cinematografía realista

La cineasta, conocida por su cinta de 2014 Un monstruo en mi puerta, vuelve a centrarse en la crítica social y el retrato pausado y realista de una parte de la sociedad surcoreana. Justicia para Sohee es una pieza honesta, con una fotografía aparentemente sencilla, pero que realza ese realismo tras su historia. July Jung es una directora con una visión terrenal de los problemas mundanos en la sociedad coreana, contando historias a través de tópicos controversiales dentro del país asiático.

Con apenas música ni giros de guion dramatizados, la cineasta consigue envolver al espectador en una nube de desolación y frustración, con unos personajes atrapados en las garras de la corrupción de un sistema que pone más en valor sus beneficios que la propia salud de sus trabajadores. “Como un pez que se muerde la cola”, la película nos lleva paso a paso por el proceso de moldeamiento de la juventud surcoreana en una sociedad donde el trabajo y las apariencias lo son todo.

De una forma discreta, aunque eficaz, Jung nos muestra la importancia del apoyo familiar, en este caso, las consecuencias de la falta de este. La salud mental sigue siendo un tema delicado en Corea del Sur, y Justicia para Sohee nos enseña la frialdad y la vergüenza con la que algunos núcleos familiares y laborales pueden llegar a tratar un tema tan desolador como el suicidio.

*Dos protagonistas femeninas hundidas por la sociedad

Justicia para Sohee hace un trabajo excepcional demostrando que la presión laboral, los abusos y la depresión son problemas que afectan a todo el mundo. La joven Sohee es una chica fuerte, decidida, que no se deja someter por nadie. Pero toda esa fortaleza y resiliencia se va apagando poco a poco por culpa de aquellos que más deberían haber reforzado su tenacidad y pasión.

Ese es precisamente uno de los temas que trata el filme: los malos tratos en el trabajo afectan a cualquiera. La pobre Sohee se ve atrapada en un sistema que se aprovecha de su corta edad y desconocimiento del mercado laboral para explotarla. Kim Si-eun, la actriz que da vida al personaje, consigue dibujar con destreza el proceso depresivo por el que puede llegar a pasar una persona, desde física hasta emocionalmente.

Por otro lado, la agente de policía interpretada por la magnífica Bae Doona nos presenta a un personaje hastiado, hundido del mismo modo que Sohee por el sistema y la sociedad. ¿Qué nos quiere decir Jung con eso? La cineasta ilumina tenuemente el camino. Es una mirada positiva al futuro, pues sí que existe gente dispuesta a luchar por la justicia de los demás.

*Conclusión

Justicia para Sohee es una mirada realista y desoladora a las condiciones laborales de los jóvenes surcoreanos. La cineasta de Un monstruo en mi puerta nos trae una historia basada en hechos reales. En ella critica la corrupción y los abusos en el mundo laboral, así como ese sistema competitivo al que hacen frente los estudiantes surcoreanos.

July Jung desborda con un filme pausado, pero emocionalmente cargado. Con unas actuaciones sobresalientes tanto por parte de las dos protagonistas Kim Si-eun y Bae Doona, y el resto del reparto. Un thriller dramático con tintes de slice of life que no deja indiferente a nadie.

Escrito por Gemma Rubio Massó
Cinemagavia
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4
27 de abril de 2024
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Polanski carga contra la alta sociedad y el público

El sello de Roman Polanski va innegablemente ligado a lo que conocemos como cine en mayúsculas, pues así lo demuestra su extensa y multidisciplinar filmografía. Del mismo modo, está estrechamente vinculado a la polémica (el caso más sonado el de haber sido declarado culpable de un delito de violación en los años 70 por el que cumplió una pequeña parte de la condena al huir a Europa). Por esta razón se le conoce por ser uno de los grandes exponentes en la dicotomía artista-obra. Empero, tenemos por seguro que tanto separatistas como unionistas encontrarán consenso ante la última película del polaco.

Al parecer, y a pesar de sus 90 años, el cineasta galardonado con el premio Óscar no se achanta. Y es que, de igual manera que utilizó el caso Dreyfus para construir un discurso autobiográfico y lanzar los pertinentes dardos envenenados sobre aquellos que lo incriminan “injustamente”, ahora arremete contra la opinión popular tirando de mal gusto.

Con un guion secundado por nada menos que Eva Piaskowska y Jerzy Skolimowski, The Palace nos recuerda a la reciente El triangulo de la tristeza; advirtiendo también claras reminiscencias a Gosford Park o El gran hotel Budapest. Sin embargo, este alojamiento no parece compartir las características de los anteriores; más bien es una pensión de mala muerte rodeada de lujo artificial.

*`The Palace´ y su hermosa envoltura visual frente al ridículo y lo escatológico

El visionado arranca con una prometedora primera escena que, tal y como advertíamos antes, bajo su belleza y buen manejo de la cámara esconde una trampa para los espectadores. Y no es otra que convertir una elegante crítica hacia la jet set y sus extravagancias en un relato caricaturesco, desconcertante y vago en humor (casi tanto como el CGI).

La presentación corre a cargo del director del hotel, Hansueli (interpretado por un correcto Oliver Masucci), quien realiza las inspecciones finales en el personal ante la llegada de los invitados. Una vez finalizada la reunión, llega el momento de recibir a los pintorescos huéspedes. Mafiosos rusos, estrellas en declive, cirujanos plásticos de dudosa profesionalidad… ¡Hasta un Mickey Rourke irreconocible! Todo cabe en el escenario planteado por Polanski donde los preparativos de una fiesta legendaria poco a poco desbordan al servicio y nos conducen hacia el apocalipsis.

Quizás los muchos problemas que tuvo The Palace con la financiación económica durante su producción tengan algo más que ver con el hecho de causar vergüenza ajena que en las polémicas que rodean a la figura del director. Lo que en un principio tiene como propósito causar risa realmente resulta bochornoso. Y decimos "en un principio" porque es imposible creer que el autor de El Pianista, La semilla del diablo o Repulsión haya sido capaz de idear semejante bodrio de forma impremeditada.

The Palace pone el foco en la jornada de los peculiares visitantes previa a la gran celebración. Los malabarismos del personal y la sucesión de ridículas situaciones a las que deben hacer frente logran contagiar la risa en algún momento puntual, pero ni siquiera las extravagancias consiguen salvar los muebles en un texto carente de conflicto. ¡Si es que ni las obscenidades resultan estimulantes ni escandalosas!.

*Conclusiones

Ver a los ricos y poderosos haciendo el idiota y el mequetrefe, demostrando que la clase no está en la capacidad económica, siempre está bien. Con todo ello el desarrollo de la narrativa aclara que estamos ante una tragedia adrede. Uno llega hasta los créditos finales y cuesta creer, especialmente teniendo en cuenta el último plano, estar ante una película de Roman Polanski.

Eso sí, al menos debemos reconocer que el director ha cumplido con creces su objetivo, pues no puede ser otro que el de crear una obra ridícula y gratuita. Tan absurda que solo interesa en ella el apellido de quien está tras la cámara y tan decepcionante que no es capaz ni de provocar al público. Cualquiera estará deseando hacer el check out de este hotel una vez dado al play.

Escrito por Antonio Fuentes Belando
Cinemagavia
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9
26 de abril de 2024
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Comedia visual

Si esperas ver una comedia con chistes malos y silencios incómodos, estás bien equivocado. Prepárate para una continua serie de sorpresas donde te partirás de risa sin parar. Desde personajes ordinarios con superpoderes hasta persecuciones animadas al estilo correcaminos de Looney Toones, Stephen Chow es el rey de la comedia empleando el género Mo lei tau que se traduce del cantonés “sin sentido”, diálogos absurdos y acciones físicas disparatadas que pueden desconcertar al público brindando momentos cómicos peculiares

En una escena, donde la casera (Yuen Qiu) y su marido (Yuen Wah) revelan ser unos grandes maestros del arte marcial, se teletransportan al coche del jefe de la pandilla del hacha, la mafia más temida de Hong Kong. La casera está sentada en la parte de atrás y el marido sentado en el copiloto. La casera se dirige al jefe de la pandilla, el hermano Sum (Chan Kwok-Kwan) mediante el lenguaje corporal, apretando los puños y amenazándole con el dedo de que sea la última vez que venga a molestarles. De esta manera, el director domina la creación de un impacto visual narrativo sin la necesidad del lenguaje verbal.

*Una aventura cercana y familiar

El director es consciente de que Kung Fu Sion quedaría alejada y de difícil compresión si hubiese solamente slangs asiáticos frente a un público intercultural, por ello toma ingeniosamente influencias del cine occidental. Existe guiños de El padrino (1972), El resplandor (1980) e incluso el propio Charles Chaplin, utilizando su característico uniforme, el esmoquin y sombrero negro en la pandilla del hacha.

La construcción de unos personajes corrientes es frecuente en su filmografía, como en 'Shaolin Soccer', que les dotan con habilidades extraordinarias estableciendo una conexión cercana con el público ya que sentimos que podríamos vivir una aventura similar e inesperada como ellos. En una escena donde el protagonista Sing (Stephen Chow) desafía a los aldeanos del pueblo en un combate uno a uno, eligiendo a los contrincantes que parecen más “normales y débiles”.

No obstante, estos personajes, inicialmente escondidos entre la multitud, y al salir uno por uno, van revelando su verdadero físico, pues resultan ser los más fuertes, desde un niño con un cuerpo musculoso a un señor de casi 3 metros de altura. Este contraste de apariencias son los giros sorpresas que recalcan el humor característico del director, retrata a los más “débiles” como los más fuertes y los más “fuertes” son vulnerables por dentro.

*Un abrazo a la niñez

Mas allá de la comedia y las artes marciales, Kung Fu Hustle explora los valores del bien y del mal y el crecimiento personal del individuo. En este caso, nuestro protagonista Sing (Stephen Chow) de pequeño fue persuadido por un vagabundo al decirle que poseía un don innato en las artes marciales de luchar por el bien. En su intento heroico de salvar a una niña siendo acosada, Sing recibe una paliza de los abusones. Humillado por la derrota decide desde aquel momento, cambiarse al “bando ganador” de los malos. Sing crece creyendo que el poder y la maldad están conectados, mientras que la bondad se asocia con la debilidad.

Su obstinación a tal idea se deshace cuando se reencuentra con aquella niña de la infancia y al presenciar que los malos están aprovechando de la debilidad de los buenos, Sing recupera su lucidez recordando del por qué empezó todo esto, el de tomar un camino hacia el bien y terminó formando parte del mal. En el último acto, Sing se convierte en el héroe de las artes marciales mediante el buen uso del poder como defensa y promover la bondad por encima de la violencia y la venganza.

*Conclusión

En Kung Fu Sion sin duda es la perfecta combinación de una parodia entre gánsteres, comedia y acción. El director expone lo absurdo como elemento clave para dar vida a la historia. Tal como vemos en sus personajes, todos los adultos se comportan como niños, sin perder el espíritu infantil y viviendo una aventura tras otro.

Escrito por Zhuoxin Yao
Cinemagavia
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Shôgun (Miniserie de TV)
Miniserie
Canadá2024
7.7
3,658
Justin Marks (Creador), Rachel Kondo (Creadora) ...
9
26 de abril de 2024
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Televisión al más alto nivel

Cuando uno empieza Shogun no tarda demasiado en darse cuenta de que tiene delante algo especial. Una sensación que cada vez cuesta más encontrar entre los nuevos estrenos que nos llegan cada semana, pero que marcas como FX siguen regalándonos. La de estar viendo algo que se nos quedará grabado en nuestra memoria.

Y es que la serie de Rachel Kondo y Justin Marks es una carta de amor a la televisión. Desde su cuidada factura en todos y cada uno de los departamentos, hasta la maestría de presentar y desarrollar una historia y personajes inolvidables. Todo en Shogun es excelente, grande e íntimo al mismo tiempo. Es una obra que no te deja indiferente, que cuenta con la habilidad de dejar poso en cualquiera de sus diez episodios.

*Las flores son flores porque caen

De entre todos los personajes y tramas de Shogun hay una figura que acaba trascendiendo por encima del resto (además de Toranaga). Esa es Lady Mariko, a la que siempre recordaremos como Mariko-sama.

Interpretada por una monumental Anna Sawai, a la que deberían dar el Emmy, Globo de Oro y lo que haga falta, Mariko se convierte en el alma de Shogun, así como en la pieza clave del entramado central de la serie. Su sentido de la lealtad, el trasfondo de su personaje y la inolvidable relación con John Blackthorne (Cosmo Jarvis) hacen de Mariko alguien difícil de olvidar.

Para el recuerdo queda su protagonismo en la penúltima entrega de la serie, donde Shogun regala el clímax perfecto para que Sawai y su Lady Mariko pasen a la historia de las series.

*Afortunadamente, el viento…

Y si Shogun no tuviera bastante con darnos a Mariko nos regala una gama de protagonistas envidiable. Empezando por Lord Toranaga, quien en su afán de derrocar al corrupto consejo de regentes que gobierna Japón se convierte en un personaje completamente icónico.

Esta lucha política de Toranaga, así como sus rivales o el maravilloso Yabushige, dotan a la serie de un componente relativo a los juegos de poder que recuerda a grandes títulos como Juego de tronos, House of Cards o Succession. Pero siempre con una tremenda identidad propia y una ambientación única que hacen de Shogun algo realmente especial.

En el centro de todo esto se encuentra John, con el que Kondo y Marks relacionan, a través de grandes interacciones y desarrollo de personajes, a gran parte del reparto de la serie para crear dúos que funcionan como un tiro. Y es que no se basta con Toranaga o Mariko, John también construye destacados vínculos con Yabushige o Fuji, dos de los grandes secundarios de la serie.

Además, también se encuentra esa trama de choque cultural tan bien llevada. Una que, por mucho que ya se haya visto en incontables películas y series, cuando está hecha con el mimo de Shogun es simplemente una maravilla.

*Conclusión

Con sus excelentes personajes, ambientación y la maestría en la escritura de sus showrunners, Shogun ha venido a recordarnos lo grandes que pueden ser las series. Será muy, muy difícil que este año se estrene una nueva producción a la altura de ella.

Escrito por Víctor Pérez Cañete
Cinemagavia
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7
26 de abril de 2024
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
*El nuevo realismo

Roma, 1946. Durante la posguerra italiana, Delia (Paola Cortellesi), casada con Ivano (Valerio Mastandrea) y madre de tres hijos, será la representante del pueblo romano. El emblema de la subordinación política, social y cultural de muchas generaciones de mujeres. Al igual que lo fue Anna Magnani en la obra maestra de Rossellini: Roma, città aperta, Delia nos mostrará los escombros del fascismo y el deseo de reconstrucción.

En vísperas de alcanzar el referéndum constitucional, Cortellesi se sumerge en un lugar común del cine italiano. Las calles romanas están patrulladas y la comida está racionada, mientras que Delia trabaja sin cesar en un espacio cerrado. Roma se convierte en un escenario, un lugar artificial en el que Delia representa a la mujer del mañana.

*¿Ética o estética?

El blanco y negro suaviza la violencia, pero no la enmascara. Delia se sabe víctima del sistema y lucha sin ira, sin rencor, ella desafía a su marido con un ímpetu que aboga por la belleza de la humanidad. Todo está narrado con un espíritu moderno y a veces divertido, aliviando el dramatismo del personaje principal pero nunca ridiculizándolo.

Así, Siempre nos quedará mañana es una especie de microcosmos caricaturesco en el que cada uno juega un papel muy bien definido; Paola Cortellesi no pretende explorar la violencia patriarcal, sino los efectos que esta produce. De este modo, las palizas se convierten en un baile y la sangre se seca al terminar la función. Cortellesi consigue ser más eficaz utilizando música y danza para subrayar el dramatismo de la situación.

Quizá peque de simplificación al tratar de resolver la violencia de género y la represión de la sociedad patriarcal con una tarjeta electoral. Y, sin duda, la certeza de que siempre nos quedará mañana no es un gran aliciente. Además, el hecho de inspirarse en la estética neorrealista y el cine clásico italiano resulta a veces un poco impostado: trajes, maquillaje, escenografía… pero ¿dónde está la esencia del cine?. El neorrealismo hablaba de un presente que exigía una forma propia, algo que no parece tan fácil lograr a día de hoy.

*Conclusiones

La recurrente reflexión sobre el sexismo imperante en cualquier clase social, que transciende las jerarquías y se impone en todos los ámbitos, es puesto en escena con sobriedad y humorismo por Paola Cortellesi; se trata de un fenómeno sistémico que nos afecta a todos, es la gran tragicomedia de la vida.

Por lo tanto, Siempre nos quedará mañana es un filme sobre la lucha por las causas perdidas. Reivindica la fuerza, la terquedad y la voluntad inherente del ser humano a realizar pequeños gestos. Así como la esperanza de vislumbrar una salida triunfal del patriarcado. Con burla, elegancia y ligereza, con guiños al cine clásico italiano y momentos al más puro estilo de la comedia slapstick americana, la directora reclama con su obra la tan querida emancipación femenina.

Escrito por Soraya Unión Álvarez
Cinemagavia
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