Es una película para verla tranquilo, sin distracciones, y simplemente pararse a disfrutar de las imágenes que ves, todas ellas cuidadas hasta el más mínimo detalle como solía hacer Kubrick. Quizás tiene algunos de los mejores minutos de cine que existen y tiene la capacidad de crear un mundo onírico dentro del mundo real de una forma tan natural que acaba sumergiéndote. Hay mucha gente a la que le parece lenta y confusa... yo tengo la suerte de que me maravilla, y cada vez que la veo es aún mejor. La única pena de esta película, es que fuera la última.

Historia de chico conoce a chica en circunstancias poco favorables pero hay una pequeña chispa entre ellos. Poco a poco empiezan a entablar una relación que trasciende la amistad. Entonces aparece algún contratiempo que acabará con esa relación pero al final todo se soluciona. Son felices y comen perdices.
Eso es una comedia romántica tópica. Igual que el cine negro tiene sus tópicos, y el western, y el de aventuras, y el thriller... ¿Qué sería del cine policíaco si el FBI no se metiera de por medio? ¿Qué sería del cine épico sin los elocuentes discursos a lo William Wallace? ¿O qué sería del cine de mafiosos sin sus respetables y apacibles capos, pero extremadamente violentos en la intimidad? Lo que yo quiero decir es que el hecho de que una película utilice los tópicos de su género no la convierte en mala película, e incluso en su justa medida pueden dar muy buen resultado.
El lado bueno de las cosas es una comedia romántica al uso en la forma pero no el fondo y no quiero decir con esto que sea una película profunda, pero hay que diferenciarla de otras muchas de su mismo género. Si buscamos el lado bueno de esta película encontraremos una historia interesante y romántica sin llegar a ser moñas, una dirección menos convencional de lo habitual, grandes actuaciones tanto de la pareja principal como de Robert de Niro y su esposa de ficción, un toque dramático que ayuda a darle algo de credibilidad a la película y una pizca de humor bien metido. El resultado es que pasarás dos agradables horas en el cine y que saldrás con una sonrisa pensando que, a pesar del precio de las entradas, no te han estafado. Y creedme cuando digo que esto es mucho. Será una película que no te cambiará la vida, y ni siquiera te marcará pero probablemente en el futuro la recuerdes y te apetezca volver a verla para pasar un buen rato.

Tenía grandes expectativas puesta en esta película, alimentadas además por la crítica y puede que eso condicione mi valoración. Lo cierto es que esperaba mucho más de la película. El mayor defecto que le veo es que a diferencia de películas como Toy Story 3 o Up, es una película descaradamente infantil con todo lo que ello conlleva. Entre otras cosas una explicación reiterativa de la trama y un argumento extremadamente simple. Y en cambio utiliza una temática que la mayoría de los niños no conocerán, pues todas las referencias al mundo del videojuego les quedan algo lejos. Entonces ocurre que es una película para niños con guiños a los adultos pero que al menos a mi no me satisface completamente. Creo que con este material se podía hacer hecho una película muchísimo más carismática y se queda en un simple entretenimiento que no llega ni por asomo a las grandes películas de Pixar de los últimos tiempos.