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Críticas de Woman On Fire
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Críticas 72
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
31 de mayo de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
De vez en cuando sucede en la vida que encuentras por casualidad una perla. Esta serie para mi ha sido una perla de gran tamaño, y ha pasado a formar parte de mi lista de series favoritas de todos los tiempos. Cuando la empecé a ver no quise investigar nada sobre ella por miedo a spoilearme, así que hoy cuando la he terminado me he llevado una sorpresa al conocer la historia de la serie. Cancelada dos veces y resucitada otras dos, la última gracias a Netflix, que ha deseado dar un final digno a la una serie inacabada por problemas de audiencia. Queda totalmente fuera de mi comprensión el motivo de que no fuera una serie de éxito y la tuvieran que cancelar...

The Killing impacta y emociona a partes iguales. Se trata del remake de una serie danesa, Forbrydelsen, que deberé ver sin duda. A pesar de no haber visto el original, es bien sabido, que The Killing tiene su propia identidad, y que aunque inicialmente siga la misma línea, poco a poco se va separando para crear su propio universo. Ese universo turbio y gris es la ciudad de Seattle, donde la detective Sarah Linden (Mireille Enos) y el detective Stephen Holder (Joel Kinnaman) comienzan a trabajar juntos en el caso de una adolescente asesinada.

La serie avanza poco a poco, siguiendo pistas que a veces no conducen a nada. Esto no es El mentalista, aquí no tenemos a un investigador con super poderes mentales que lo sabe todo desde el primer momento. Es una serie más al estilo de El puente (Bron) donde los acontecimientos van transcurriendo de forma realista. Los detectives acabaran tirándose de los pelos de frustración y el espectador también, los finales de cada episodio te dejan siempre con el ansia de seguir. En esta serie lo importante son los detalles, el guión es de gran calidad, y aunque los casos sean buenos, para mi la gran baza de la serie son sus personajes.

Linden y Holder forman la mejor pareja detectivesca de la televisión. Su relación, su amistad, es uno de los ejes de la serie. La comprensión que tienen el uno del otro, su forma de cuidarse y de mandarse a la mierda si es necesario, la química entre los actores, es el punto fuerte de las cuatro temporadas. El espectador siente con ellos, empatiza con ellos y desea que salgan airosos de todo aquello que se les presente por delante. Sus personajes son complejos, sus miradas lo dicen todo. Tienen una historia detrás de ellos, un trasfondo que llevan clavado, y que les afectará de modo personal y profesional.

The Killing no engaña, y aunque haya sufrido por las cancelaciones, es perfecta en su conjunto. Los realizadores han sabido continuarla y terminarla como debe ser. Está cargada de emoción y llena de secundarios dignos de recordar: la salvaje Bullet y el atormentado Ray Seward (me quito el sombrero ante la actuación de Peter Sarsgaard). Alejada de los trucos baratos, supera las expectativas en todas las temporadas con su guión, actuaciones, fotografía y dirección. Es absorbente y devastadora en ocasiones, pero sobre todo es buena, muy buena.
Woman On Fire
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7
12 de mayo de 2017
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1865, se publicó la novela corta Lady Macbeth de Mtsensk del escritor ruso Nikolái Leskov. Ambientada en la Rusia del siglo XIX sigue los pasos de Katerina, personaje claramente inspirado por el de Shakespeare. El director de la película, William Oldroy, adapta la novela libremente y la traslada a la Inglaterra victoriana. Así, Katerina se convierte en Katherine Lester (Florence Pugh), una joven recién casada con un hombre que ni siquiera la toca. Su vida es un tormento en el que debe seguir las órdenes de su suegro, un ser despreciable, peor que su marido, y que la trata como si fuera una mera esclava, una propiedad que ha adquirido para que engendre a sus nietos.

Ella vive confinada en la casa, no tiene permitido salir de ella ni siquiera para dar un mísero paseo. Llevada por el hastío y el aburrimiento va realizando pequeños actos de rebeldía en un momento de soledad cuando su marido y su suegro están de viaje. Es una mujer ambiciosa y no tiene intención de conformarse con esa vida, y cuando conoce a uno de los trabajadores de las cuadras de la casa (Cosmo Jarvis), decide dar rienda suelta a su lujuria, y así comienza a maquinar.

La ambientación es opresiva y claustrofóbica. Las paredes del dormitorio de la joven oprimen a Katherine pero también al espectador que siente la misma escasez de aire. La quietud del lugar viene acompañada de la carencia de una banda sonora, no hay ni una pieza instrumental, pues habrían alterado los sonidos de la naturaleza circundante. El silencio es el mayor aliado del director, y es un enorme acierto. Todo el relato tiene un aire gótico, se ve en la magnífica fotografía tanto en los interiores como en los exteriores. Incluso se ve cuando Katherine Lester pasea por los páramos, pues resulta imposible no compararla con Catherine vagando entre la niebla y el frío en Cumbres borrascosas o con Jane Eyre huyendo de Thornfield.

Florence Pugh nos deleita con una interpretación fría. Deambula por la casa, tiesa, con esos enormes vestidos. Su rostro impasible no deja traslucir sus pensamientos, salvo en algún momento en el que su mirada deja entrever algún leve destello de ira por la situación en la que vive. Una mirada inquietante que ira diciendo más cosas conforme avance el film y sus planes vayan siendo desvelados. Cuando deja salir sus instintos más primarios es cuando la película coge fuerza. Que nadie espere un típico drama de época victoriano y una hermosa historia de amor. Lejos de eso, es una historia provocadora y moralmente cuestionable que nos muestra lo más recóndito y perturbador del alma humana.
Woman On Fire
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8
24 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los remakes son siempre peligrosos. Nunca se sabe si va a ir bien o si se van a destrozar el original, pero lo cierto es que, en esta ocasión, la cosa pintaba bien desde el principio. La bella y la bestia es mi película favorita de Disney desde que era pequeña, Pocahontas la sigue de cerca, pero no llega a alcanzarla. Todo en ella es perfecto: los personajes, la banda sonora, todo. Sin embargo esta nueva versión ha llegado a un nivel que no me esperaba, es fantástica, mucho más de lo que había imaginado inicialmente. Y lo mejor de todo es que no soy la única que lo piensa, hasta los críticos más haters han sabido apreciarla.

Partiendo ya de una buena base es más fácil conseguir un buen resultado, sin embargo los añadidos han resultado ser sumamente interesantes. La historia sigue los mismos pasos que la película de 1991, sin embargo consigue separarse lo suficiente como para que resulte nueva, fresca, y con un carácter propio. Es sumamente interesante que den más protagonismo a los personajes secundarios, así conocemos más sobre su vida y su historia personal. Esto hace que el film resulte más creíble, pues esos detalles que no eran necesarios en el original, si que lo son ahora.

Se nota que es una película más madura, y esa tridimensionalidad en diversos aspectos es, en parte, gracias a la labor de Emma Watson. No solo con su actuación, sino también con su implicación en el proyecto desde el principio. Ella quiso que Bella fuese algo más que una joven amante de los libros y ansiosa por tener aventuras. Ella ha hecho que Bella sea además inventora como su padre, ha conseguido que no lleve corsé y le ha dado ese toque feminista que ya subyacía en el personaje original. Y lo mejor de todo, no es solo ella la que ha dado un cambio, el personaje de la bestia, el príncipe Adam para el que no lo sepa, es mucho más interesante y profundo también. Él es mucho más que un hombre deprimido que decide mantener a una chica raptada a ver si con suerte se enamora de él. Y esto es la clave de todo, porque Bella no se enamora de él porque tenga síndrome de Estocolmo, se enamora de él porque es el único hombre culto a varios km. a la redonda. Es el único capaz de mantener una conversación larga sobre un libro o sobre cualquier otra materia, pues efectivamente al tratarse de un príncipe, había tenido una educación acorde a ello.

Y esto me lleva a otro de los grandes aciertos del film: la ambientación. Se nota que están en Francia en el siglo XVIII, por el baile inicial en el palacio, por el vestuario, que por cierto es magnífico, y por cada uno de los detalles. Ya no hay una librería en el pueblo, pues no tendría ningún sentido, una buena parte de la población sería analfabeta. Bella consigue los libros que lee de la misera estantería con diez libros que hay en la iglesia. Cierto es que hay otras licencias, pero las perdonare teniendo en cuenta el fantástico resultado final. La escena del baile es sublime.

Otro tema a tratar es el personaje de LeFou. Me parece maravilloso que sea gay. Tiene, por otro lado, tanto sentido que no puedo sino admirar el acierto que ha sido. El actor que lo interpreta Josh Gad, lo hace genial, y lo mismo digo del resto de actores. Luke Evans como Gastón es absolutamente perfecto, y lo mismo pienso de Dan Stevens como la bestia.

Por sacar punta a algo diría que me sobraban un poco las canciones nuevas, pero claro, estando tan acostumbrada a las antiguas, estas se me hacían raras en medio de la acción. Al margen de esto, me ha parecido sencillamente una adaptación buenísima.
Woman On Fire
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9
11 de noviembre de 2016
52 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
La nueva serie de Netflix es absolutamente sublime. Es el adjetivo que mejor caracteriza esta superproducción, y la llamo así porque es evidente que se ha invertido dinero en ella. Sus escenarios son fastuosos, su vestuario exquisito, su fotografía está a la altura del cielo, y sus interpretaciones al mejor nivel televisivo y cinematográfico en general. Si no supiera que es de Netflix pensaría que es un drama de época de la BBC.

The Crown es, nada más y nada menos, que la historia de la reina Isabel II de Inglaterra, y si, es tan jugosa como cabría esperar. Comienza un tiempo antes de su coronación, cuando su padre, el rey Jorge VI, empezaba a estar enfermo, y ella está a punto de casarse con su amado Felipe. Esta magnífica primera temporada nos lleva a través de los primeros y felices años de su matrimonio así como sus inicios como reina.

Este drama palaciego está lleno de intrigas que nos mantienen en vilo. Cierto es que se trata de una serie histórica, y que en teoría hay bastantes acontecimientos de los que podemos estar al día; pero también es cierto que los detalles y los entresijos de cada hecho se escapan a los libros de Historia. Cada rincón oscuro de la historia se va desvelando con esmero gracias a una puesta en escena majestuosa (nunca mejor dicho).

Las relaciones de la Reina con los distintos personajes son el eje principal. La relación con su hermana, su madre y su abuela, pero especialmente con su marido, quien se siente como un mero hombre florero. Su amistad con Winston Churchill es un de los focos de atención más importantes, pues éste acaba de ser nombrado por segunda vez Primer Ministro de Inglaterra. Como tal, debe mantener una audiencia semanal con la Reina en la que le pone al día de los asuntos más relevantes del momento.

Otro tema que es tratado sin tapujos es la abdicación de Eduardo VIII, el tío de Isabel, con motivo de su relación con la odiada Wallis Simpson. Era una mujer divorciada, por lo que Eduardo VIII no podía casarse con ella. Él prefirió abdicar y dejar el trono en manos de su hermano pequeño, Jorge VI. La serie nos relata con grandes dosis de realismo el enorme impacto que tuvo este hecho en la familia real, no solo en el momento en el que sucedió, sino también muchos años después. El divorcio no era algo con lo que se pudiese jugar, y el paso del tiempo no lo mejoró para nada.

En resumen, es una serie magistral. Todos y cada uno de los actores están brillantes en su papel, y lo cierto es que no podrían haberlos elegido mejor. La buenísima banda sonora encaja como anillo al dedo y está usada con cabeza, enfatizando cuando tiene que hacerlo. Todo está medido y en el lugar que le corresponde. Grandes momentos nos deparan, y no puedo mas que estar ansiosa por lo que se acerca en las temporadas siguientes.
Woman On Fire
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8
21 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces somos capaces de discernir cuando tenemos delante una obra maestra. Yo lo supe cuando llevaba escasos minutos de película, aun sin saber como iba a terminar. Sin embargo, estaba en lo cierto pues "La habitación" no puede dejar a nadie indiferente. Es un film perturbador, pero no en el mal sentido, y es conmovedora, pero sin caer en el sentimentalismo. No podía ser de otro modo teniendo en cuenta el tema que trata, porque sino nos hallaríamos ante un telefilm barato.

Una madre y su hijo de cinco años viven en una habitación en la que tienen todo lo que podrían necesitar para vivir. Todo excepto su libertad. Jack no lo comprende, para él esa habitación es su mundo; donde duerme y come con su madre, donde hacen ejercicio para no oxidarse, donde juega, pero para ella solo es el zulo en la que lleva siete años encerrada, pues fue secuestrada por un hombre a los 19 años y no ha vuelto a salir de allí.

La relación madre-hijo vertebra la película de principio a fin. Ésta no es perfecta ya que son personajes muy reales, ella se siente absolutamente frustrada con esa vida que no es vida, y él tiene 5 años, se enfada y hace preguntas a su madre cuya respuesta él no podría comprender por su corta edad. A pesar de ello, su relación es tierna y real, y este es uno de los fuertes del film.

La película está cargada de sentimientos, pero no es para nada un melodrama lacrimógeno. Claramente podríamos diferenciar dos partes en ella, y aunque sea la primera la que más brilla (ayudada por ese claustrofóbico y vibrante montaje), la segunda no desmerece para nada. El trabajo de los actores es buenísimo, en especial Brie Larson que se llevó todos los premios el año pasado y Jacob Tremblay, ese niño pequeño tan expresivo y enternecedor.

Verla ha sido una experiencia estremecedora que ha valido absolutamente la pena.
Woman On Fire
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