Esta nueva moda de los ¿malos? actores americanos de susurrar constantemente en lugar de hablar quizás lo utilicen para ocultar un problema de entonación.
El caso es que tanto murmullo al final consiguió que entrara el sueño, y como todas las escenas son oscuras, incluso las pocas donde debería haber luz, tampoco ayudaron. Ese no es el Batman que yo recuerdo de los comics.

En una escena aparece el personaje interpretado por Oscar Martínez escuchando un disco. Ese disco, según dice el propio guion, son solo sonidos con un ruido de fondo que los une.
A esta película le pasa lo mismo. Un montón de escenas, algunas metidas con calzador, lo mismo que ocurrirá con la película dentro de la película al elegir a la directora.
¿Es arte? ¿Es entretenida? ¿Es educativa? A mí no me lo pareció.

La animación está muy bien, los efectos especiales también, el único problema que le encuentro es que es muy chillona, muy estridente. No hay momentos sin algún grito.
Eso sí, al menos ha vuelto a sus orígenes y esta se deja ver sin sentir sopor. Gana con creces a las dos anteriores, aunque no a la primera.

Creo que es la primera película de Marvel que hacen referencia, aunque sea en modo chiste, a personajes de DC, en concreto a Batman, y su eterno mayordomo Alfred, y Superman.

Aunque es un poco larga, solo se me hizo pesada en dos ocasiones, y me deja con la intriga de quién será la voz de la última escena después de los créditos.

Qué más se puede decir, todo lo que se muestra en esta muy bien interpretada serie es lo que luego se ha vuelto a reproducir con el Sars-Cov-2, excepto que esta vez no se ha conseguido parar su propagación por todo el planeta. Sólo una diminuta extensión del planeta está libre del virus, la estación espacial internacional.

Las escenas de las primeras apariciones del virus Evola están muy bien insertadas y no se abusa de las vueltas al pasado y presente.

Todo lo que sabe el Dr. Simón sobre como parar una epidemia está muy bien recogido en la serie.