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España España · Granada
Críticas de Ygorla
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Críticas 132
Críticas ordenadas por utilidad
8
6 de febrero de 2022
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos de nosotros nos sentimos huérfanos cuando ‘Downton Abbey‘ dejó de pasar sus semanas con nosotros. Aunque la pena es menos pena gracias a las películas que tienen a bien darnos de cuando en cuando, no es lo mismo. Cuando te vuelves adicto a unos diálogos inteligentes y unos vestuarios de esos que cortan la respiración, ya solo quieres eso.

‘La edad dorada’ aún no llega a los niveles de la familia de los Crawley, pero si algo tengo claro tras ver los primeros episodios es que ha venido para quedarse. La puesta en escena es tan sólida que podríamos estar con ellos durante temporadas y los personajes ofrecen tantas posibilidades que sería un desperdicio que no fuese así. La ciudad de los sueños no se ha visto nunca tan desnuda y llena de posibilidades como en ‘La edad dorada’.

Un periodo de cambio continuo, avances incesantes que revolucionarán la forma en la que se vivía hasta la fecha. La revolución industrial está en pleno apogeo y quien no esté preparado para amoldarse quedará irremediablemente obsoleto. ‘La edad dorada’ acogerá dos mundos que están destinados a convivir y casi obligados a entenderse. Es el momento de enfrentar tradición, sangre y el peso del tiempo al cambio, la ambición y dinero en enormes cantidades que solo está ahí para quienes son lo suficientemente atrevidos e inteligentes para tomarlo. No queda muy atrás la Guerra de Secesión (1861-1865), ese evento que marcó el devenir de los Estados Unidos y consiguió, tras la más cruenta de las guerras del siglo XIX, sentar las bases de una nación que buscará por encima de todo avanzar y dejar atrás las viejas formas.

Con la expansión de los ferrocarriles llegará la posibilidad de unir territorios y crear las grandes urbes que a día de hoy conforman la que fue la mayor potencia mundial durante el siglo XX. La explotación minera, las fábricas repletas de máquinas cada día mas avanzadas y una agricultura y ganadería en auge nos transportarán a una vida de ensueño, para una minoría, por supuesto, con la que conviviremos durante nueve episodios.

Por supuesto, hablar de ‘La edad dorada’ es hablar de lucha de clases, pero no de esa que cambiará el mundo y hará de él uno mejor, sino de esa lucha esnob en la que viejos ricos se enfrentan a nuevos por el único lugar en la pirámide social que verdaderamente importa, la cúspide. La avaricia, la necesidad de atención y la errónea idea de que el dinero da la felicidad serán los ejes sobre los que pivote esta serie que nos permite, a través de sus personajes adentrarnos en mentes de personas de privilegio que no conocen más que el orgullo, el prejuicio y la banalidad de quien ha tenido una vida acomodada.

Ni que decir tiene, esto da mucho juego, y permite, si el guion se atreve con ello, poner sobre la mesa verdaderos problemas raíz que son extrapolables a nuestra sociedad actual. El capitalismo no hacía más que instaurarse en aquellos momentos, pero bien podemos ver que, ahora que sus garras están profundamente clavadas en la sociedad que nos rodea, nada ha cambiado. La avaricia y la necesidad de aparentar y mostrar a quienes nos rodean un rostro que dista mucho de ser el que se refleja cada noche en el espejo, siguen siendo lo único que mueve a muchos a despertar un día más.

Con un reparto de esos que te suena, pero que quizá no ubicas en su totalidad, ‘La edad dorada’ busca atraernos con una puesta en escena perfecta y llena de talento, saber estar y mucho carisma. Esas son las principales características de las actrices que nos encontramos. Una serie de época se presenta con muchas restricciones de guion y comportamiento. Este tipo de personajes suele ser encorsetado, incluso seco y carente de vitalidad en ocasiones, pero aquí cada una de ellas es capaz de plantar delante de la cámara una mujer con presencia, fuerza y mucho fondo que promete darnos una buena dosis de entretenimiento.

La ironía en los personajes más maduros, la rebeldía en los más jóvenes y la ambición conjunta de vivir según normas propias hará que los personajes choquen y se enfrenten en una batalla dialéctica y de compostura de la que siempre queremos más. Con Christine Baranski como Agnes van Rhijn dando vida a una aristócrata orgullosa y obstinada que nunca aceptará que el mundo ha cambiado y que los valores antiguos están siendo reemplazados por otros nuevos.

Con Cynthia Nixon como Ada Brook, la hermana Agnes, que nunca se casó y siempre dependió de su hermana y una increíble Carrie Coon en la piel de Bertha Russell, una nueva rica que está decidida a usar su dinero y su posición para entrar en una sociedad que se resiste al cambio en todo momento. Entre el reparto más joven destacan Denée Benton como Peggy Scott una escritora ambiciosa que se crió en Nueva York y se educó en el prestigioso Instituto para Jóvenes de Color en Filadelfia y con Marian Brook, nuestra heroína principal, llevada a la vida Louisa Jacobson.

Es imposible ver ‘La edad dorada’ sin imaginar la textura de sus telas, el peso de vestidos tan elegantes como pomposos y el frescor del aire mientras se pasea en carro por una ciudad hecha a medida. La presentación es exquisita y rápidamente te encuentras como en casa, a pesar de no tener en ella cegadoras lámparas de araña y escaleras imperiales por las que acceder a tus aposentos. La fotografía está cuidada al máximo y siempre refleja la riqueza de la sociedad que plasma.

Si te gustan las series de época, vas a quedarte con ella hasta el final. Si, por el contrario, acabas de llegar a este mundo quizá no quedes tan fascinado como podría caber. ‘La edad dorada’ no es rival, aún para otros contendientes en el género, pero si mejora las pautas que ya en los primeros episodios ha dejado marcadas, vamos a tenerla con nosotros durante tiempo, y nunca se hará vieja.

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Ygorla
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7
17 de agosto de 2022
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo el mundo odia a Johan’ son 93 minutos de entretenimiento en el que probablemente sepas lo que va a pasar en todo momento y aún así te sorprendas por sus giros en la trama y por lo ‘increíble’ de su historia. Esta es una de esas cintas que te dejan con un buen sabor de boca y te mantienen alegre durante todo su metraje pese a la gran cantidad de momentos tristes que rodean a su protagonista.

Johan es un excéntrico e inadaptado habitante de una pequeña aldea noruega. Huérfano desde niño y aficionado a los explosivos, Johan intenta conquistar el corazón de su vecina Solvor, a quien voló por los aires accidentalmente de pequeños.

Gracias a unos paisajes de esos que te dejan boquiabierto y te hacen averiguar al salir del cine dónde ha sido rodada la película, te sientes cómoda y como en casa, pese a lo aislado de los lugares en los que ocurre la historia. Para nada este es el ambiente urbano e incluso rural al que estamos acostumbrados. El mar se siente frío y los faros se ven como colosos en islas repletas de vida pero que se sienten ajenas y solitarias para los humanos.

Personajes para el recuerdo. Tanto entre sus protagonistas como entre sus secundarios. En parte nos recuerda a ‘La gran seducción’, por esos lugareños especiales que forman parte del lugar tanto o más que su flora y fauna.

Vemos a través de sus acciones y comportamientos como lo extravagante o raro no tiene cabida junto a ellos. Siempre nos extraña ver que es en los lugares más pequeños donde más señalan las diferencias y donde el ostracismo tiene sus mayores consecuencias. Habla, y lo hace con escenas muy duras, pero con un punto de estoicismo que casi borda lo anti sentimental, de la pérdida de seres queridos, de sentirse aislado y fuera de lugar, así como de las enormes ganas de tener una familia y sencillamente vivir.

Cuando no diferencias entre la barrera de la seriedad y el absurdo, solo dos cosas pueden ocurrir. Qué termines con una genialidad en tus manos o que literalmente te explote en la cara. Sin lugar a dudas, son muchas las cosas que explotan en ‘Todo el mundo odia a Johan’, pero son solo las adecuadas y necesarias. Gracias a su guion dinámico y surrealista, solo en su justa medida, nos enamoramos de su protagonista, a quien es imposible no comparar con el de Tom Hanks en ‘Forrest Gump’.

Sus personalidades afables, sus amables gestos y la tranquilidad de sus personas nos vienen acentúan ese recuerdo. Personajes que buscan vivir una vida sencilla pidiéndole, a ésta, solo alguien con quien compartirla.

Si algo merece la pena resaltar es el cuidado que se ha puesto en las vestimentas, maquillaje y las localizaciones. A pesar de retratar el paso de una gran cantidad de años, ni nos lo parece ni lo extrañamos. Es cierto que los protagonistas crecen y maduran, pero lo hacen con una naturalidad pasmosa por ello alabamos el detalle extremo que se ha puesto en las caracterizaciones de los protagonistas, a los que no le falta detalle.

El debut de Hallvar Witzø cuenta en los papeles protagonistas con Pål Sverre Hagen (‘Kon-Tiki’, ‘Redención’…) e Ingrid Bolsø Berdal (‘Westworld’, ‘Olvídate de Nick’…). La película se acerca, bien por su historia, bien por su tono, a títulos recientes del cine nórdico como ‘Corazón gigante’, ‘La mujer de la montaña’, ‘Rams’ o ‘Un hombre llamado Ove’. ¿Te atreves a acercarte a las salas de cine a pasar un buen rato? Nosotros no podemos hacer otra cosa que recomendarla.

Crítica para www.MagaZinema.es
Ygorla
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8
12 de agosto de 2021
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando una serie te sorprende desde el minuto uno a través de una puesta en escena que conoces muy bien, solo puedes quedar sorprendida. ‘Heels’ es una de esas series que se enmarcan en un contexto familiar y cotidiano pero que ofrece algo que, casi seguro, nunca antes has visto, lucha libre profesional (aunque quizá has visto ‘Glow‘, y ya eres un iniciado en la materia). Una historia rural de lucha continua, tanto dentro como fuera del ring, que te conquista por su puesta en escena, honestidad e interpretaciones de lujo donde no falta detalle ni autenticidad.

Personajes esperpénticos, seres humanos reales, es lo que ‘Heels’ utiliza para captar nuestra atención. Nos lanza de lleno en un ambiente desconocido y muy atractivo, y de la mano de Jack Spade (Stephen Amell) nos presenta una vida que no sabías existía, pero con la que te sientes enormemente identificado. Los protagonistas de ‘Heel’ luchan por mantener a flote un negocio que debería estar extinto. Hacen malabares para llegar a final de mes y para no resquebrajarse y romperse en mil pedazos ante la presión y expectativas, muchas veces autoimpuestas, que a todos nos asfixian a diario.

Jack es un hombre ambicioso, que intenta insuflar vida a un negocio en números rojos a través de un espectáculo cuyas historias atraigan al público, creando un relato de calidad, alejándose así de la parafernalia barata, la sangre y los excesos que otros venden en la misma línea de negocio. Esto no será tarea fácil, ya que quienes le acompañan dentro del espectáculo tiene sus propias expectativas, intereses y por supuesto ego. ¿Cómo se baraja y se lleva a buen puerto una operación de estas características?

Muchos se verán reflejados en ‘Heels’, ya sea porque todos luchamos por llegar a final de mes o porque perseguimos sueños que parecen inalcanzables. Es lo que tiene este guion de Michael Waldron, que es altamente identificable. Las dinámicas familiares son brutales, sencillas y reales. Gracias al gran número de personajes que se presentan y que desarrollan su historia podemos introducirnos en muy distintas vidas, lo cual nos permite bucear en situaciones y aspectos cotidianos a los que todos nos enfrentamos.

Desde la vida marital a la de pareja o las relaciones de amistad, pasando por los conflictos emocionales que surgen cuando se pierde a un ser querido o uno intenta buscarse un hueco en un mundo en el que no se es bienvenido. Es innegable la profundidad y variables de su guion, que si bien no es perfecto, ¿Y qué lo es en esta vida?, nos lleva de viaje por unas vidas que bien podrían haber sido las nuestras si nos gustase subirnos a un escenario en mallas a ‘pegarnos’ con nuestros archienemigos.

¿A quienes acompañamos? A Jack ya lo hemos presentado. Poco podemos decir nuevo de Stephen Amell, que se sale interpretando a un hombre con el peso del mundo sobre sus hombros. La naturalidad de sus acciones, que acompañadas de un guion incisivo, con un tono muy cambiante que va de la calma y calidez absolutas a los improperios y violencia ‘contenida’ en cuestión de segundos, nos recuerda porqué no podemos despegar los ojos de la pantalla cuando aparece en escena.

Ace Spade, es todo lo contrario a su hermano mayor, un alma perdida y espíritu roto es siempre una mezcla explosiva. Interpretado por Alexander Ludwig, a quien conoces de ‘Vikingos’, te sorprenderá en este nuevo papel que no podía quedar más lejos de su anterior trabajo, pero que nos permite reconocer su talento artístico, ya que el físico portentoso se igual e incluso acrecenta.
Kelli Berglund por su parte da vida a Crystal, una enamorada de la lucha libre que busca encontrar su lugar en un mundo ‘cerrado’ a las mujeres. Su puesta en escena es brutal y te sorprenderá enormemente la proyección que tiene su personaje. Mary McCormack, quien no necesita presentación interpretará a Willie, la manager de la liga de lucha libre, una mujer que se dedica en cuerpo y alma a reconstruir un legado que inició durante su juventud y que se niega a ver desaparecer. La última mujer que protagoniza ‘Heels’ es Alison Luff (‘New Amsterdam’), que hace las veces de Staci Space, la mujer de Jack. A través de su personaje se desarrollarán algunas de las mejores escenas y fragmentos de diálogos mientras lucha por encontrarse a sí misma como madre, esposa e individuo propio.
Un espectáculo visual, una puesta en escena digna de un sábado noche en la América profunda. No importa si están sentados a la mesa o dentro del ring, la gama de colores acompaña y abraza las escenas y emociones que se muestran. Hay tiempo para los cálidos ocres de un hogar y para los brillantes neones de la puesta en escena, del engaño final. Pero para llegar a esa luz que encandila los sentidos antes hay que pasar por un apagado vestuario de paredes grises que solo coge color gracias al maquillaje y mallas que crea alter egos en su interior y que muestra que nada es lo que parece una vez se levanta el telón.

La banda sonora y la edición de sonido es de un alto nivel y acompaña al alto nivel técnico de cámara y montaje que hay tras ‘Heels’. No tiene que ser sencillo grabar los combates sobre el ring y mucho menos hacerlo con la intensidad y rapidez con que se presenta la serie. Aunque lo mejor, al menos para mi, es ver el ‘detrás de las cámaras’. Este es el verdadero atractivo de ‘Heels’. La curiosidad satisfecha de quien se cuela entre bambalinas y descubre todo lo que hay tras el espectáculo que acabamos de ver.

Conocer a las personas tras los personajes, cómo se preparan para salir a escena, que les mueve y que les atormenta antes y después del show. Todo eso es ‘Heels’, respuestas y más respuestas a todo lo que siempre pensamos cuando nos sentamos en una grada. ¿Qué es realidad y qué ficción? Tendrás ocho episodios para descubrirlo. Solo tienes que esperar al 15 de agosto para darle al play en Starz y volverte adicto a la que sin duda es una de las mejores series americanas del año.
Para www.magazinema.es
Ygorla
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9
6 de abril de 2022
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La familia no es solo esa que nos viene impuesta por sangre, apellidos y designios del destino, es también toda esa gente con la que tenemos la suerte de rodearnos y que hacen de la vida una más sencilla de sobrellevar. ‘Reply 1988’ es una oda a todas las familias, sin importar de dónde vengan, cómo sean o qué estatus social tengan. En este K-drama hay un lugar para todas ellas y también lo hay para cada uno de los individuos que las componen, y ahí es donde radica su éxito y su gran aceptación entre el público, en que es imposible no verse reflejado en pantalla mientras que su cercanía y calidez te hacen quedarte irremediablemente pegada a la pantalla para conocer el sino de los que, desde el momento en que arranca la serie, se convierten en tu familia k-dramática.

¿Recuerdas tu vida sin Internet o móviles? ¿En qué gastabas tu tiempo? ‘Reply 1988’ es uno de esos K-dramas que te hace pensar en cómo actuábamos y en qué era importante antes, haciéndonos poner nuestra vida pasada y presente en una balanza. Te impresionará ver cómo han cambiado nuestras preferencias, nuestro ritmo de vida y forma de vivir. Nunca tenemos tiempo para reflexionar sobre ello, pero con esta serie será imposible no hacerlo y esa es una de las cosas que la hacen mágica.

Un viaje en el tiempo
Es fascinante ver cómo el mapa sale por la ventana en esta serie. ¿Cómo pueden parecerse tanto los ochenta surcoreanos a nuestra realidad occidental? Puede que a nivel político, en las altas esferas, o que administrativamente hubiese grandes diferencias, pero si algo queda patente cuando estás viendo esta serie es que a nivel familiar parece que las distancias no existen. Sin lugar a dudas, lo más bonito y disfrutable de ‘Reply 1988’ es el sentimiento de comunidad, pertenencia y calidez humana con el que todos soñamos y que solo algunas de nosotras han tenido la oportunidad de experimentar.

Una vida en la que se jugaba en la calle, se merendaba con los amigos y nuestras mamás nos llamaban a voces desde el tranco de la puerta. Es, gracias a esas escenas tan cercanas, que la inmersión en el drama es inmediata. Las madres son madres en todos sitios y hacen cosas de madre, no podría ser de otra manera. Además, otra cosa que adorarás será verlos compartir la comida. No hay mayor competición que esa en una buena calle.

Ese viaje en el tiempo podemos disfrutarlo gracias a las reminiscencias que la protagonista femenina hace de su adolescencia siendo ya adulta. La serie será un conjunto de sus recuerdos mientras es entrevistada siendo adulta. Una historia bellamente contada que no se ve forzada en ningún momento por las escenas actuales. Más bien podríamos decir, que ese hilo conductor que ancla presente y pasado le da un sentido global al conjunto, que es ayudado por la narración en off de alguno de los personajes dependiendo del episodio.

‘Reply 1988′ es sinónimo de familia. La serie retrata la vida de cinco familias que viven en una misma calle. Familias que se han apoyado mutuamente en los buenos y malos momentos, familias que no podrían vivir las unas sin las otras y que sienten las alegrías y pérdidas como propias. Estas cinco familias son una comunidad en si misma, un conjunto inseparable que se presenta en pantalla permitiéndonos disfrutar de cosas tan mundanas como la preparación de desayunos, comidas y cenas, ropa planchándose, idas y venidas al mercado, trabajo o instituto y, sobre todo, momentos compartidos en torno a un plato caliente.

Cada una de ellas sobrevive de la mejor forma posible, intentando en todo momento generar una mejor vida para sus hijos. Será imposible no quererlos y desear volver a verlos. ‘Reply 1988’ es, probablemente, la serie más corriente, acogedora y cálida que puedes ver en Dramaland.

La alegría compartida, la felicidad y la tranquilidad de tenerse los unos a los otros es lo que hace que quieras mudarte con ellos y vivir para siempre rodeada de buenas personas que luchan cada día por hacer de su pequeño mundo uno mejor. Un barrio envidiable, lleno de ciudadanos corrientes que crean unas relaciones personales duraderas y sanas. Quien haya tenido la suerte de haberse criado en un ambiente similar sonreirá recordando con ellos su infancia. Quienes vivieron en un sitio más solitario disfrutarán con ellos porque rápidamente pasarán a ser parte de la familia.

Puede que en 2015, cuando este K-drama se estrenó muchos de estos actores aun no hubiesen despegado, pero la realidad es que, a día de hoy, este reparto es insuperable en Dramaland. En pocas ocasiones podremos ver tanto talento en tan pocos metros cuadrados. A pesar de su juventud, estos actores nos dejan con unas interpretaciones serias e inolvidables. Un trabajo exquisito que hace que te sientas en ‘Reply 1988’ como en casa.

¿Qué aprenderás con esta serie?
Qué la vida no es tan diferente a pesar de la distancia. Qué todos tenemos sueños y momentos que definen nuestra existencia. Qué los Juegos Olímpicos paralizan el país en el que se llevan a cabo sin importar donde se juegue y así lo veremos reflejado en ‘Reply 1988’, Son estos Juegos Olímpicos de Seúl 1988, oficialmente conocidos como los Juegos de la XXIV Olimpiada que tuvieron lugar entre el 17 de septiembre y el 2 de octubre de 1988, los que nos dan nuestro punto de partida. Es durante esos momentos en que las familias se concentrarían en torno al televisor y la vida se pararía que hacemos nuestra inmersión en 1988 y quedaremos atrapados, en todo el buen sentido de la palabra.

Aprendemos qué Sohn Kee Chung, primer medallista coreano en 1936, llevó la Antorcha Olímpica dentro del estadio, qué Madagascar se salió de la competición por motivos políticos junto a seis países más y, por supuesto que las mascotas olímpicas son siempre inolvidables y muy nostálgicas, como le ocurre a Hodori.
www.magazinema.es
Ygorla
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9
26 de julio de 2022
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basado en las memorias del primer perfilador criminal de Corea del Sur, Kwon Il-Yong, ‘Through the Darkness’ trae a nuestras pantallas un conjunto de casos criminales que soliviantaron a todo el país durante el cambio de siglo. La televisión nos ha acercado, a través de infinidad de películas y series como ‘Criminal Minds‘, ‘El Silencio de los Coderos’, ‘Hannibal’, ‘Dexter‘, ‘Mindhunter’ o ‘I saw the devil‘ a las mentes más crueles, sadísticas y ecpáticas que se han dejado ver sobre la faz de la tierra, pero ese cristal que nos separa siempre ayuda a sentirnos seguras. ¿Cómo sería vivir sabiendo que alguno de estos criminales se encuentra a nuestro alrededor?

‘Through the Darkness’ es un K-drama de cocción lenta, donde los actos criminales tienen lugar al mismo tiempo que la investigación que busca darles captura. Los procesos que vemos, sobre todo en los primeros episodios, son rudimentarios, lo cual nos permite contrastar con nuestros ‘conocimientos’ actuales y ver lo mucho que todo ha cambiado en cuestión de veinte años. La serie empieza a finales de los 90 cuando no se creía posible que investigar y cazar a un criminal pudiese ayudarse del entendimiento de su psique, y gracias a ello vemos como surge una unidad de investigación en la que nadie creía y que con el paso del tiempo se volverá fundamental en el trabajo policial.

Entrar en la cabeza de un psicópata, pensar lo que el piensa, adelantar sus movimientos y así, quizá, descubrir sus verdaderas motivaciones. Estas son las firmes creencias que nuestros protagonistas llevan por bandera, pero antes de poder llevar a cabo esa ardua labor tendrán que enfrentarse y soportar la mofa de compañeros que por desconocimiento denostan su trabajo basándose solo en sus prejuicios e incompetencia para hacerlo.

El guion que nos acompaña a lo largo de los 12 episodios que completan ‘Through the Darkness’ navega por todos los rincones posibles de la mente de sus protagonistas. Song Ha-young y Gook Young-soo son dos profesionales capaces de analizar escenas de crímenes como pocas mentes pueden. Abstrayéndose y buscando que hay más allá de las evidencias físicas. Eso supone nadar en aguas muy turbias y densas, y para ello hace falta una mente fuerte, una empatía sin límites y la capacidad de valorar sin prejuicios actos impensables en un humano.

Hay una solemnidad en los diálogos que pesa sobre nuestros hombros. No es seriedad o una excesiva dureza en los comentarios, es más bien una sensación que trasvasa la pantalla y nos hace respirar un aire más pesado. Hay momentos en la historia en la que casi te ves conteniendo la respiración, intentando no hacer ruido para no interrumpir la línea de pensamiento de los protagonistas, y otras que son emocionalmente tan complejas que no sabemos muy bien como gestionar, haciéndonos caer en un rincón de la acción, observando mientras rezamos para que nadie se percate de nuestra presencia. A ese nivel de inmersión se llega en ‘Through the Darkness’, una serie que solo te cautivará si eres fan de los thrillers psicológicos y policiales, y con la que estás dispuesta a encontrar solo demonios.

Kim Nam-gil, nuestro protagonista en ‘Pandora‘ interpreta en ‘Through the Darkness’ a Song Ha-young, un hombre con unos nervios de acero pero sobre el que notamos las secuelas de tratar con criaturas cuya humanidad es nula. Racionalizar los crímenes más horrendos le hará cuestionarse incluso su humanidad, habiendo una lucha interna continua de la que será partícipe el personaje de Jin Seon-kyu, a quien has visto en ‘Kingdom‘ y muy pronto en la secuela de ‘Confidential Assignment‘. Aquí es Gook Young-soo, un reputado forense que da un vuelco a su carrera cuando decide creer un equipo de Análisis de Conducta Criminal, en un momento en que nadie creía fuera útil o necesario. Un equipo que entrevistará a cientos de presos y analizará datos y patrones criminales de más de 2000 casos para poder dar fundamento a sus análisis y teorías. ¿Se crean estos monstruos o se nace siéndolo?

Kim So-jin (‘The Man Standing Next‘) como Yoon Tae-goo, líder de equipo de la Unidad de Investigación Móvil en la División de Investigación Científica de la Agencia de Policía Metropolitana de Seúl (SMPA), es una detective que acabará trabajando con los protagonistas en un intento por poner freno a unos crímenes que no pueden ser resueltos con las herramientas y técnicas con las que ha trabajado hasta la fecha. Su personaje nos permite ver un arco de cambio y aprendizaje continuado en el que poco a poco adquiere nuevos conocimientos mientras trabaja en los límites burocráticos insalvables que el cuerpo de policía le obliga a acatar por obsoletos que hayan quedado.

A un reparto como este, al que hay que sumarle la presencia de Lee Dae-Yeon, Kim Won-Hae, Ryeo Un y Jung Soon-Won solo podemos pedirle excelencia, y eso es lo que nos dan. Las que quizá sean las interpretaciones más medidas y soberbias del primer semestre del año en una serie policial. No hay ningún gesto fuera de lugar. La rabia, el autocontrol, la devastación, la incredulidad y el dolor viven en ellos mientras solo sus hombros y ojos dejan entrever la mella que el cruel día a día del que son testigos hacen mella en ellos.

Y no hablemos ya de los villanos, de 10. Cada cual más psicópata que el anterior. Es difícil encontrar adjetivos para describirlos, pero si podemos encontrar palabras para la puesta en escena y la interpretación que nos ofrecen los actores que les dan vida, quienes se transforman radicalmente hasta el punto de perder la calidez en la mirada. Sus movimientos son calculados y sus estallidos emocionales siempre te pillan con la guardia baja. Un trabajo ejemplar que te lleva a pensar en lo complejo que ha debido ser el rodaje debido al alto nivel de concentración que seguro ha requerido cada escena.

MagaZinema
Ygorla
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