Es imposible que el personaje central de esta película hubiera recaído sobre otro actor.
Nicholson crece hasta el infinito cuando actúa bordeando la locura y/o la esquizofrenia paranoide. Se desenvuelve en ese contexto con una naturalidad tan exacerbada que sospechas que lo hace demasiado bien para estar fingiendo.

Irritante, maniático hasta el extremo insano, antisocial y anti-todo lo que pivote a su alrededor... pero, sorprendentemente, apto para amar... aunque sea de una forma tan poco convencional que termines dudando de sus objetivos.
Acompañado de una Helen Hunt que resulta absorbente en cada plano, y que sabe no desaparecer ante un catedrático de la talla de Jack.

Por méritos propios este delicioso film debe formar parte, sí o sí, del principal elenco de clásicos imborrables. Lo contrario me aventuro a decir que sería inclasificable.

Montón de escenas de acción unidas bajo un ritmo musical potente.
La película es sólo eso.
Es decir.... como un gran tráiler sobre una película... sólo que no hay esa película, sino simplemente este tráiler.

No sé si lo he explicado bien... pero os aseguro que sé perfectamente lo que he dicho. Emoticono de sonrisa.

En fin, placentera anatomía femenina al servicio de un no sé qué... que qué se yo.
Eso sí... reconozco que no perdí detalle.

Si Farrah Fawcett levantara la cabeza....

Aunque cueste un mal rato, merece la pena dejarse llevar por esta tragedia cotidiana. Sin tapujos, sin medias tintas... el mundo de las drogas envuelve, seduce y transporta... hasta empujar al precipicio.
Una sucesión de imágenes que se insertan en el cerebro bajo los acordes de una banda sonora magnética.

Quizá no sea la más comercial del mundo, quizá (o seguro) que no disfrutarás con ella... pero cuando todo haya acabado, reflexiona y empatiza con sus protagonistas... porque lo que te han contado a ritmo de vértigo no es más que la película diaria de mucha gente anónima que te rodea.

Obligatoria... mal que os pese.

Mi crítica será escueta, resumida, compactada.... porque para larga ya está la película en cuestión.

Tanto exceso de originalidad convierte en pretencioso cualquier proyecto... este imaginario es el ejemplo perfecto.
Se apilan ladrillos y ladrillos y ladrillos... sin saber muy bien cuál es el objetivo.
No entiendo qué demonios pintan algunos buenos actores ahí.

Quizá el cortito sea yo... pero, sinceramente, no he entendido nada. Necesité una hora de descompresión para volver a ser persona.

¿Lo queréis aún más resumido?.... Tostón.

Imposible definir esta película sin contemplar sus consecuencias.

Ejemplo infinito de la mejor forma de crear angustia, tensión y zozobra.
Leche que mama el mejor cine universal... presente y futuro. Un antes y un después que pasará a la historia por retratar la que, sin lugar a dudas, fue la mejor época del séptimo arte.
Imposible de superar. Quien piense lo contrario se engaña.

Obra maestra imperecedera.