Cuarenta años hace de la emisión de esta mítica serie, y sus gags no han perdido ni un ápice de actualidad. En mi opinión es un producto bastante superior a sus películas (capaces de lo mejor y lo peor), aunque mucho menos conocidas por estos lares que títulos ya grabados en la historia de la comedia como La Vida de Brian o Los Caballeros de la Mesa Cuadrada.

El principal punto fuerte de este circo volador son las acrobacias practicadas por este sexteto humorístico para hacer que en ningún momento se pierda la capacidad de sorpresa: elegante humor extremadamente surrealista y absurdo en ocasiones, pero también capaz de hacer complejas referencias culturales al mundo del cine, pintura, historia... Siempre dispuestos a romper el ritmo del programa en el momento preciso con alusiones al propio sketch, a los actores, al guión o al desarrollo del programa de televisión, o a intercalar cuidadas animaciones de enlace entre gags.

Comencé los primeros capítulos dándole un 7 a la serie, subí muy pronto al 8 y en unos días pasé al 9. Y me estoy planteando darle un 10, pues es una serie inigualable (mi media en FA está en 5.7, no regalo notas así como así).

Sería imposible concebir en la actualidad series humorísticas como The Young Ones, Bottom, Little Britain o, dentro de nuestras fronteras, el humor chanante de Muchachada Nui y La hora Chanante. La sombra de los Monthy Python es muy densa en todas estas producciones, y en muchas otras.

Imprescindible visionado.

Leyendo algunas de las críticas, por su indignación parece que vayan a llamar a la Santa Inquisición o están amotinados en el cine dispuestos a torturar al taquillero por venderles una entrada para esta película. ¿Qué esperaban ver? ¿Un ensayo de Lars Von Trier sobre el cine de Orson Welles?

Partiendo del hecho de que si voy al cine a ver una película española no espero demasiado, y menos si es una comedia, la película superó con creces mis expectativas. Esperaba que las dos frases con gracia del trailer fueran lo único salvable, pero la verdad que tenía muchas líneas de diálogo bastante divertidas. También decir que cada 2 ó 3 minutos había una colleja o un pedo para que el más tonto no perdiera el hilo, y que buena parte de la sala se rió escandalosamente con las frases de los trailers (¿acaso nadie los había visto 100 veces o es que lo pillaron justo esa vez?). De hecho alguna risa de la sala sonaba tan forzada que empiezo a sospechar que el Ministerio de Cultura dedique parte de su ayuda al cine español a contratar gente así para que se ría en los cines y crear un poco de "buenrollismo" con risas exageradas y fuera de lugar que ya quisieran para sí los dobladores de "Cosas de Casa". Pero aparte de eso realmente había algunas joyitas entre el script.

En mi defensa, pedir perdón por gustarme esta película (sin llegar a mojar los pantalones, pero no está mal), y antes de que se me ataque alegar que no soy un mono de instituto que suspende todas. De hecho incluso sé leer y escribir fluidamente mayúsculas y minúsculas.

Crank es, por así decirlo, un Speed a pata (y no me refiero con ello a las sustancias que el protagonista se mete a lo largo de la película). Una vuelta de tuerca a aquella sonada película noventera que ahora llega sin necesidad de autobús. Jason Statham se convierte en la imparable máquina humana, acaparando todo el protagonismo y más excitado que Jesús Mariñas en el vestuario del Cantizano. Imparable, y a frenético ritmo de videoclip, desde lo absurdo y chorras de su planteamiento inicial la película consigue hacer pasar un muy buen rato: acción sin miramientos y toques cómicos en una peli para lucimiento de su prota, que es el tipo más duro del mundo desde que Vin Diesel hiciera "Un canguro superduro" (que, pese al título, no es ninguna porno).

Da realmente miedo que lo que tenemos delante de los ojos sea un documental y no una película. Cada cual es libre de creer en lo que quiera, sea en Dios, en Buda, o en el espíritu del Fary. No seré yo quien diga lo contrario. Lo que asusta de veras es la forma que en este documental se muestra como miles de niños evangelistas son ¿educados? para su vida. Lo mejor de este documental es que trata de ser objetivo, siguiendo a los niños en este campamento y posteriores eventos sin dar ninguna moralina, dejando que cada uno saque sus propias conclusiones.

Se les forma de una manera sectaria, aprovechándose de su inocencia e impresionabilidad para verter en ellos conceptos de forma impactante, para que repitan cual borregos cuanto les digan en sus reuniones. Vergüenza da ver a niños simulando un trance, niños llorando tras exacerbados gritos comunitarios. Contando con el hecho de que el 75% de los niños no escolarizados en EEUU son evangelistas, ésta es toda la educación que reciben, viviendo en una burbuja que, el día en que estalla, no es de extrañar provoque las masacres y comportamientos violentos con los que la sociedad americana nos sorprende día a día. Se les enfrenta de forma radical contra el gobierno, el aborto, la homosexualidad, los católicos, la televisión, y todo cuanto pueda hacer que corrientes de información no controladas puedan entrar en sus mentes. El resultado, unos bonitos niños alienados con ideas grabadas a fuego en su cabeza sin un razonamiento posible, con patéticas escenas de reuniones sectarias y ridículo adoctrinamiento.

Independientemente de mi ideología religiosa, me da asco ver como la Iglesia Católica derrocha millones y millones de euros en mantener su imagen, mientras tanta gente muere en el mundo. Pero al menos, tras ver este documental, veo que al menos nosotros podemos libremente escapar de las garras de todo su funcionamiento y mantenernos al margen, cosa que no creo sean capaces de lograr de forma razonada los niños cuyos cerebros han sido lavados en este documental.

No obstante, estos soldados cristianos del ejército de Dios también tienen su punto de verdad: Harry Potter es maligno y debería arder en la hoguera. Ellos lo dicen por motivos morales. Yo simplemente para no tener que aguantar mas películas de este cursi mago, pero digamos que en este punto podría llegar a un acuerdo con los monitores del campamento.

A punto estuve de pulsar el botón de stop a mitad de la película, pues ésta tenía un argumento exactamente igual a Mentes peligrosas y uno no está para perder el tiempo. Escenas clavadas: profe bueno capta la atención de los chicos, profe bueno visita la casa de uno de los chavales conflictivos.... Pero en ese punto cambia todo. Sensiblería barata a la papelera (sólo nos faltaba copiar la mítica escena de "Oh, capitán, mi capitán" a algún poeta muerto), y al bueno de Samuel L. Jackson se le gira la cabeza. Es esa parte la que realmente merece la pena del film, y de la cual no desvelaré detalles. Sólo os recomiendo no pararla a mitad, pues os perderíais ese interesante tramo, que si bien no salva el cómputo general de la película, al menos resulta interesante y sorprendente en este encorsetado estilo de institutos barriobajeros.