Nemo Nobody tiene 117 años, y es el último "humano tradicional" de la tierra, con motivo de su inminente muerte, rememora todas las que fueron sus posibles vidas...

Ciertas veces, ciertas películas consiguen conectar con nosotros, del mismo modo que muchas otras no lo consiguen, pero cuando sientes esa conexión desde los títulos de crédito, sabes que vas a ver algo que va a gustarte.

Mr.Nobody es una película de gran fuerza visual, muchas de sus imágenes son pura poesía, regalos para la vista, y aunque en ocasiones puede parecer cargante y reiterativa en mostrarnos escenarios demasiado oníricos, consigue una estética y personalidad propia que hará que muchas futuras películas se parezcan a esta.


No estamos ante una película fácil de digerir, y entiendo opiniones que difieran de la mía, a decir verdad, la película es algo larga, el tema del "Efecto Mariposa" está muy trillado, y su trasfondo romántico puede hacer que resulte cursi y pomposa, pero hay más, ya que me aventuraría a decir que el tema principal de esta película es la mecánica cuántica, y lo relativa que puede ser la percepción del tiempo (interesantísimos sus pasajes que evocan el documental).

Mucho se ha explorado ya sobre la Teoría del Caos, de forma sobresaliente por ejemplo en el prólogo de "Magnolia", o en un pequeño pasaje de la película "El curioso caso de Benjamin Button", pero el tratamiento que se le da en esta película arroja frescura, ya que nos encontramos ante varias "vidas paralelas", todas ellas condicionadas por "pequeñas" decisiones, interconectadas entre si por una peculiaridad de su protagonista, y con una resolución final que dota de "sentido" a todo lo anterior, y que nos deja la puerta abierta a nuevas opciones.


Valorando elementos más objetivos de la película, podemos decir que tiene un hermético guión, nada fácil de tejer y montar, ya que junto a la complejidad de contar varias historias paralelas, su estructura argumental no es lineal, lo que hace que requiera de una total atención del espectador. Su banda sonora es muy acertada, y recupera temas familiares, que nos evocan a otros títulos del cine, y contribuyen a crear su atmósfera de cuento. En cuanto al trabajo de los actores, podemos decir que tenemos a un acertadísimo Jared Leto, que consigue componer varios carácteres para un mismo personaje, dotándolo de una personalidad propia, a pesar de las distintas circunstancias de todos ellos.

En definitiva una notable película para los que gustamos de guiones enrevesados y complicados, que, bajo mi humilde opinión, se convertirá en un "Clásico" de la Ciencia-Ficción.

Con tan oportuna reflexión comienza esta fantástica película...

David Fincher, al que ya hemos visto trabajar con Brad Pitt en títulos tan icónicos del cine como "Seven" o "Fight Club", alcanza su más alto grado de madurez y sobriedad tras las cámaras.

En esta ocasión, nos muestra, aun contando con infinidad de medios, y desde la curiosa y atractiva perspectiva de la peculiaridad física del personaje, una sencillísima historia, tan sencilla como puede resultar la vida de un hombre.

Benjamin Button nace con el aspecto y longevidad de un hombre en el fin de la vida, y a medida que transcurren los años, se va haciendo cada vez más joven.

No se abusa ni se centraliza la historia en esta particularidad del personaje, si no que usa esa particular vejez invertida, para sencillamente, contarnos la vida de un hombre con interesantes y reflexivos puntos de vista.

Aborda la historia con total naturalidad, dotándola, a pesar de tan inverosímil punto de partida, de un fantástico realismo y credibilidad, que hace que la historia huya de la ciencia ficción, y se centre en su sencilla historia.

Todo ello se ve apoyado de un prácticamente perfecto e impecable apartado técnico, donde la mezcla entre maquillaje y efectos digitales permitieron a Brad Pitt interpretar a su personaje en todas y cada una de las etapas de su vida.

El recorrido de la película por ese ya familiar pedacito de historia americana, no puede estar mejor ambientado, y cuando la película llega a su parte central, retrata los años 50-60, con una estética y un gusto que hacen que disfrutes de cada uno de sus planos.

Uno no puede evitar sentirse abrumado por la belleza de unos soberbios Brad Pitt y Cate Blanchett, a los que Fincher consigue retratar en esta época dorada y feliz de la película, con una estética similar al videoclip o al anuncio de colonia, y aun siendo una parte más superficial de la película, no deja de retratar una época que todos, en mayor o menor medida hemos tenido o tendremos, y que precisamente se hace tan especial por su fugacidad.

Tiene una épica y encanto que recuerda por momentos títulos como "Forrest Gump", usa con gran medida y naturalidad un humor tanto visual, como elaborados comentarios y juegos de palabras, dosificando hasta al final pequeñas historias dentro de una más grande, que hacen que suscite el interés y crezca la complicidad del espectador.

Mención especial para un, aunque usado hasta la saciedad, efecto mariposa, que resulta muy elaborado en el conocido plano de las vidas cruzadas. Por suerte no forma gran parte de la historia y puede considerarse como un pequeño regalo del director.

En definitiva, una buena película, impecablemente hecha, que a pesar de sus casi 3 horas de metraje, mantiene un ritmo bastante adecuado durante todo el metraje.

Adam es un joven de 27 años, al que se le diagnostica un cáncer en la espalda, que tendrá que aprender a lidiar con la situación junto a su amigo, familia y terapeuta.

Este es un género delicado, pues debido a que el cáncer es un protagonista más de la película, y de las situaciones que este provoca, estas películas corren el riesgo de convertirse en grandes dramones en los que tengas que agarrar el pañuelo desde los títulos de crédito.

No estamos en uno de esos casos, lo que se busca aquí es intentar tratar la situación con naturalidad, así que la película baila entre, evidentemente, el drama, y la comedia (casi) romántica. Estamos pues ante una película Indie divertida y desenfadada, que por supuesto también tiene momentos en los que es difícil no dejarse llevar por la carga dramática de la historia.

Es una situación en la que absolutamente nadie sabe como actuar, ni el enfermo, ni los amigos, ni la novia, parece que ni siquiera los doctores, pues vamos desde los que ni nos miran y se limitan a hablarnos con tecnicismos, a los que son demasiados protectores. El cáncer se convierte pues, en el elefante dentro de la habitación.

Uno de los grandes aciertos de la película son los actores, Joseph Gordon Levitt hace un gran trabajo, así como Anna Kendrick y la siempre imponente Anjelica Huston. Seth Rogen parece interpretarse a sí mismo, en el prototípico papel del amigo gamberrete que está ahí para animarte, vamos que si hace falta te lleva a Las Vegas.

La banda sonora también tiene bastante protagonismo, pues además de la genial música original de Michael Giacchino, el director no se la juega, y no duda en utilizar algunos temas muy conocidos de bandas como Radiohead o Pearl Jam, lo cual podría parecer un recurso fácil, pero que indiscutiblemente funciona.

En definitiva 50/50 es una buena (que no brillante) película, pero si culpábamos a las comedias románticas de crearnos falsas expectativas con respecto a nuestra vida amorosa, puede que si algún día tenemos cáncer, acabemos culpando a esta cuando todo no resulte ser como en las películas.

Esta propuesta, a la que yo englobaría dentro de las cintas de "serie B", no deja de ser original, ya que nos muestra un planteamiento diferente al que estamos acostumbrados en este género.

Hace 20 años, los extraterrestres llegaron a nuestro planeta, tuvieron problemas, sus líderes murieron, y su nave espacial se quedó encallada en nuestra atmósfera.

Los alienígenas han tenido que convivir con nosotros desde entonces, y se les ha acabado cercando en recinto habilitado para ellos, el cual es en toda regla un gueto.

El traslado de los millones de alienígenas a un campo de concentración, coincidirá con su intento de marcharse a casa.

Puede parecer una idea interesante, de hecho lo es, y muestra nuestra naturaleza hacia lo diferente y hacia lo que no comprendemos.

En las películas de extraterrestres estamos acostumbrados a vernos tomar el papel de raza en extinción, de especie invadida, exterminada... pero nunca habíamos visto que pasaría si fuéramos nosotros la especie dominante, los que tuviéramos el control.

Este planteamiento puede dar mucho juego, pero se pierde en situaciones demasiado inverosímiles, incluso para una cinta de ciencia ficción.

La cinta toma la estética y narración de un documental, acierto que le da credibilidad y un buen ritmo al comienzo (A destacar la mezcla de efectos especiales con imagen de cámara en mano). Pero poco a poco se va perdiendo y diluyendo en situaciones y giros argumentales algo ridículos.

Esta película aprovecha en exceso el conocimiento previo del espectador en este género, ya que no se molesta en absoluto en mostrarnos el de donde vienen, como son... uno tiene que tragarse que los alienígenas están aquí y punto... si no lo aceptas sin rechistar... adiós película, y encima tienen pinta de cucaracha gigante...

Pueden destrozar a un humano en segundos, ya que son físicamente superiores, pero en cambio parece que son algo más tontos... (y eso que han conseguido llegar a nuestro planeta... desde averigua tu donde...)

Se los retrata como ratas, buscan en la basura... se drogan... hay tráfico de armas... prostitución... todo ello con música hip-hop de fondo... para realzar aún más su marginación si me permiten el cliché... de hecho hasta se visten como raperos... (quien coño no va a marginar a una cucaracha gigante que podría matarte...)

Entonces llegan los soldaditos... y las organizaciones ultrasecretas de los malvados gobiernos que experimentan con ellos... que quieren su tecnología... en fin... hay situaciones que realmente me hicieron querer levantarme y gritar... "PERO QUE ME ESTÁIS CONTANDO?!!!)

Tampoco quiero desvelar mas, por si se os ocurre verla, pero hay una desmedida mezcla entre la ciencia ficción, el humor negro, la acción, la denuncia social... y la soberana tontería.

Que putada ir al cine y salir tan... tan... ni decepcionado, ni enfadado... tan solo sin entender que he hecho yo para tener que tragarme esto...

Cada cierto tiempo el cine recupera alguna vieja gloria, es algo que hemos visto muchas veces, y si alguien tenia alguna duda de que Mickey Rourke ha vuelto, debería ver esta película.

The Wrestler nos cuenta la historia de "El Carnero", un famoso luchador profesional que triunfó en los años 80, que se resiste a retirarse, y a como esta vieja gloria debe hacer frente al paso del tiempo y redimirse ante sus actos pasados.

Aronofsky hace gala de una gran habilidad para contarnos una historia tan real, dentro de un mundo tan artificial como puede ser la Lucha Libre Americana, ese mundo en el que unos tipos de 120 kilos hipermusculados, componen teatrales coreografías para saciar a miles de personas deseosas de infantil violencia.

Mickey Rourke ha hecho el papel de su vida, y con el que creo que finalmente se ha ganado el respeto (y algún que otro premio) tras años ausente en la profesión. El retrato que consigue hacer del personaje es de una sinceridad brutal, y es que Rourke aporta al personaje tanto su experiencia, como un físico y rostro perfectos para ello.

A tener muy en cuenta también, es la interpretación de Marisa Tomei, que con muy pequeños detalles compone un perfecto (y tópico) personaje de estos "bajos fondos".

En definitiva un drama sincero y poco pretencioso, que aunque se mueve por terrenos llenos de tópicos, se resuelve con solvencia y huye de la fácil manipulación emocional.