Excesiva frialdad hacen de esta película una película distante. No sé, el hieratismo exagerado de Murray, ese rosa viejo que marca toda la película, color tan poco natural que se fija como una mancha en el acero. Sin embargo, la narración fluye bien, los detalles cobran una gran importancia, el pasado fue demasiado hueco como los amores de este Don Juan siglo XXI. Quizá la búsqueda emprendida sea un viaje a la esperanza, a la ilusión de que tantos amores pasados, en una de ellas haya quedado la semilla de algo tangible, que llene su próxima vejez de otra forma. Un ancla en la vida.

Jarmusch revela un minimalismo idéntico al que revelaba un narrador como Raymond Carver. Lo narrado queda como una cadena de pequeños relatos sobre encuentros con mujeres que apenas fueron algo más que una calentura pasajera. Con detallecitos, el director nos cuenta como fue, que pasó, esas historias del pasado, y el poco sedimento que dejó cada una de ellas.

Por debajo de esta historia, está un finísimo trabajo sobre el mito de Don Juan. Un personaje que, cuando se hable de sus versiones cinematográficas, esta versión de Jarmusch será poco menos que de obligada mención.

Sin embargo, sería una verdadera exageración decir que Flores rotas es una obra maestra, y que la actuación de Bill Murray es inolvidable. Ni lo uno ni lo otro. Película inteligente? si, de acuerdo, no podíamos esperar menos de un realizador de estas características.

La idea era buena. Mezclar cine de terror psicológico con los clásico "cine judicial" del cine americano, con un toque leve de Sexto Sentido (por lo moderno) y de Darío Argento por lo estético. Buen casting, sobre todo por la elección del actor para el papel del sacerdote: Tom Wilkinson, y del fiscal, brillante Campbell Scott. Pero, la que descuella es la joven actriz Jennifer Carpenter. Un papel difícil, pero encarado con una profesionalidad asombrosa. De Laura Linney, diré que es un trabajo correcto, nada más. Sus compañeros están muy por arriba de su actuación.

La película le falta coraje. Se queda a medio camino de todo. Avanza, avanza, con un buen principio, bien narrada, y sobre los 2/3 de película comienza a fenecer. Faltó coraje, faltaron ideas, alquine podó demasiado o no se la jugó. Viejo mal de las películas de Hollywood, sobre todo en las últimas décadas.

De no haberse quedado, El exorcismo de Emily Rose hubiera alcanzado un nivel que la hubiera puesto a la par de las mejores películas de terror de los últimos tiempos. Muy sugerente, pero alguien pensó que eso el gran público no lo valoraría.

De todas maneras, mi puntaje es 6 y con una flechita hacia arriba. Le faltó un poco para un buena. Y, si sólo nos manejamos con el comienzo iba camino a considerarla Muy Buena.

Se deja ver. Se disfruta. Pero, faltó coraje...

Una película tonta. Una más. Previsible, demasiado obvia.

Lástima ver a Jane Fonda en uno de los papeles más pobres de su carrera. Alguien dijo por ahí, ni siquiera tiene un secundario como la gente. Un escena suficientemente graciosa. Nada de nada.

Tímidas sonrisas, hoy justamente hoy que deseaba con todas las ganas reirme a carcajada limpia.

Lo del título.

En primer lugar, una buena idea no hace un buen guión. Un buen guión no hace una buena película. Acá, ni siquiera hablamos de una buena idea. Más bien, de una idea explotable.

Resultado: Disney vuelve a la década del 60, pero con juguetitos nuevos, y luego de que "mucha agua tecnológica corrió bajo el puente".

Pobres, ni siquiera les salió bien los guiños hechos a los treinta y pico. La película está dirigida a un público que va entre los 8 y los 11. Pero aún a ellos, les sabe a poco.

Quizá la idea, por ahí, podía funcionar elevando la mira, y realmente sacando alguna conclusión de la serie de Harry Potter...

Esta película, más que la tercera parte de una saga, es la exacta continuación de la segunda. Es más espectacular que las otras dos. Aunque la segunda tiene momentos mejor conseguidos que cualquiera de la tercera.

Como siempre Ian McKellen está insuperable. En el otro extremo, en una floja actuación está Anna Paquin.

No soy ningún experto del comic pero creo que para ser fiel adaptación del comic original le falta más oscuridad que ira. Eso si no lo consigue.

Me gustó, la pasé bien, por momento me dejó estupefacto. Valió la pena, esperar.