Esta película alcanza cotas sublimes en lo que respecta a la exploración sobre las relaciones de pareja. Nadie que la tenga o la haya tenido debe dejar de verla porque, como casi toda su filmografía, es excelente. Con la interpretación magistral de Peter Coyote, Polanski nos adentra en el complejo mundo que se establece cuando un hombre y una mujer se enamoran. Inigualable e irrepetible, no haberla visto antes de morir es un crimen.

Supervalorada en ciertos círculos que se creen "in", sin embargo resulta infumable con una Roth que esnifa y habla sin parar, al igual que un Luppi que hace lo propio, quedando en último plano el fin pedagógico de orientar a un adolescente malcriado como una excusa para hacer un film insustancial.

Esto es un ejemplo claro de lo que hace el marketing sin más, quiero decir cuando no hay ninguna película, sólo el anuncio de una película. En ese sentido puede ser considerada como un hito del marketing a comienzos del siglo XXI. Consiguió su objetivo de llevar a los espectadores al cine a ver la ausencia de película. Yo fui víctima también, salimos de la sala verdaderamente espantados, no por el terror de la supuesta película, sino aterrorizados al comprobar que no había película alguna.

Trabajo soso, sin chispa alguna y que pretende remarcar la división entre bien y mal de una manera muy pacata. Con toda la pinta de un telefilme de sobremesa, logra cabrear al espectador que se espera algo de ella y termina por dormirse. El tema de la pederastia creo que exige un tratamiento más digno y menos chapucero. Los intérpretes carecen de carácter y no son creíbles, sobre todo el principal, el que dice tener más años de los que aparenta, pero es que realmente interpreta muy mal y no es creíble en ningún momento.

Lo mejor de esta película es la música de Enya. Me trae recuerdos de esa década en la que también descubrí a Enya, Depardieu se prodigaba en films buenos y MacDowell todavía no anunciaba cremas faciales, sino que deambulaba entre cintas de video y mentiras. Aquí aparece con su estética de mujer sencilla que usa atuendos muy amplios y es ecologista, pero también tiene un novio convencional, al cual deja por el poderoso Depardieu, que a pesar de su rudeza logra conquistarla a través de la relación forzada de un matrimonio de conveniencia contemporáneo: aquél que se hace para conseguir favores mutuos, tales como obtener una nacionalidad y obtener dinero a cambio.
Es una entretenida comedia a la que da mucha intensidad la banda sonora y cuyo argumento se recuerda fácilmente con escenas divertidas, como la simulación del reportaje fotográfico de una luna de miel en el ático de MacDowell o la visita de los padres de ésta y la comicidad del francés para simular a un fontanero.
Una peli muy agradable en la que el amor genuino acaba triunfando.