Es cierto. Esta película tiene sus fallos pero no perjudican su buen nivel de entretenimiento. Además tiene buenas actuaciones y momentos logrados de suspenso, acción y un ritmo narrativo trepidante. En mi opinión se la ha infravalorado bastante.

Hace tiempo vi la película Narrow margin, con Gene Hackman y Anne Archer y me gustó bastante por su logrado suspenso y las actuaciones de su reparto. Lo que no sabía era que se trataba de un remake de esta versión original dirigida por Richard Fleischer en 1952, pues es casi desconocida para el público, sobre todo por tener actores desconocidos en su reparto. Pero la vi y, a pesar de estar algo envejecida, está bien realizada, sobre todo por su buen ritmo, guión y actuaciones. Destaca la pelea entre el policía y el asesino en el compartimiento. El giro argumental cerca del final es sorprendente, y es mejor no contarlo. La versión de Peter Hyams es también buena, pero realizada con un estilo diferente y desarrollada en una época más cercana, por eso los cambios que se hicieron al guión son comprensibles. Lo que no tiene el remake son las chispas de humor negro y crudo que hacían más disfrutables las situaciones.
Hay que reivindicarla.

Sin duda, una de las mejores comedias de los ochenta. Pasan los años y se mantiene fresca y divertida, no sólo por el incesante humor absurdo e irreverente de la pareja Jake-Elwood, sino sobre todo por su extraordinaria banda sonora que popularizó entre el público el rythm & blues negro, incluyendo a leyendas de dicha música como Ray Charles, James Brown, John Lee Hooker, Aretha Franklin y Cab Calloway. Todos ellos exhiben su talento con pegadizas canciones que aun hoy son muy escuchadas. Ahora, si nos vamos al argumento, se nota que es bastante simple, pues la "misión de Dios" de los protagonistas es juntar dinero para pagar una cuantiosa deuda que el orfanato en el que fueron criados tiene con el fisco y qué mejor que haciendo bailar a la gente con su banda. Pero sus modales, propios de forajidos, los harán convertirse en perseguidos por la policía, una banda de música country y hasta por un grupo neonazi. Con todo ello, John Landis logra su mejor película hasta la fecha, que hoy es objeto de culto cinéfilo, pero que también hay que darla a conocer entre el público más joven no sólo para que pasen un buen rato de diversión de calidad, sino también para que conozcan el pegadizo rythm & blues.

He visto varias películas tristes, depresivas, oscuras y carentes de fe como las de Clint Eastwood, Michael Haneke o Ingmar Bergman. Y no es que cuestione su calidad cinematográfica sino la desesperanza que irradia. Sin embargo, debo confesar que tras ver esta notable película de John Huston, me sentí impresionado, identificado y hasta contento, pues evita caer en lo lacrimógeno o en discursos nihilistas que evidencian la tendencia de los realizadores. Tanto Gable como Marilyn están espléndidos en sus (últimos) papeles, pues a diferencia, de los no menos notables Wallach y Clift, están en búsqueda del amor, algo que sienten que constantemente se les escapa de las manos, "como echar un lazo a un sueño", como el propio Gable lo expresa en la escena final. Todos podemos encontrar la felicidad que llene nuestras vidas, pero muchas veces la buscamos en los lugares, ideas o personas equivocadas, y también porque muchas veces no cultivamos virtudes que nos hagan mejores personas, incluso teniendo la oportunidad para hacerlo.
Es excelente la secuencia en que van a capturar a los caballos hasta el final, lo que expresa perfectamente la situación en la que están los 4 personajes. Y claro, Marilyn está simplemente más sexy que en otras películas. No hay que dejar de verla.

No existe justificación más necia que la que da Travolta para sus acciones.
Esta película es abiertamente una apología del terrorismo de Estado, y si se hubiera estrenado años después del 11 de setiembre sería objeto de constantes ataques, pifias, insultos y descalificaciones, algo que, sin embargo, ahora podemos hacer, pues la violencia engendra más violencia y así se forma un círculo vicioso que acabará destruyéndonos a todos.
No sólo es inmoral su mensaje, sino que la película encima es casi un bodrio por mostrar una imágen falsa de los hackers, pues cualquier estudiante de informática o de ingeniería de sistemas te desmiente lo que sale en pantalla.
Empieza bien, sobre todo con la acertadísima crítica de Travolta al Hollywood actual (sin percatarse que también está calificando su propio trabajo) y la explosión tipo Matrix. Sin embargo, la película se vuelve progresivamente tonta, inverosímil e innecesariamente sexista. Los personajes dan pena, la estética es propia de un videoclip y encima no es nada creíble que tengan un muñeco de Travolta en la morgue.
¿QUÉ PERSONA CON INTELIGENCIA SE TRAGA ESO? ¡¡¡NADIE!!!
Puede que en algo sorprenda a quien la vea por primera vez, especialmente a los más jóvenes, pues a mí me pasó cuando la vi por primera vez. Pero ya no.