L.G.Berlanga es un genio como Wilder, pero en esta película no logra el enganche genial que en sus obras acostumbra. Aun así, resulta interesante desde el mismísimo título "Todos a la cárcel", ya que desarrolla un filme crítico-cómico sobre lo que está ocurriendo actualmente en España, esta nación cuyos nuevos amos son los políticos (¿el pueblo soberano?, ja, ja, ja).

Las subidas de sueldos de los políticos en tiempos de crisis, los despilfarros del sector público, plasmados en los coches de lujo adquiridos por sátrapas territoriales, mesas que costaban tanto como un apartamento, obras suntuosas en las residencias del poder, vestuario y caprichos varios han proyectado hacia la ciudadanía la irresponsable imagen de un poder político arrogante, insensible y ajeno a la limpieza, que no merece representar a sus ciudadanos ni liderar una democracia que se autotitula "avanzada".

Pero todavía hay un capítulo en el que la ineptitud del primer ministro en España ha batido todos los records: el de la degeneración de la democracia. Está gobernando sin transparencia y sin verdad, amparado en lo opaco, convirtiéndose en maestro de lo turbio y lo borroso, adoptando medidas que hasta sus propios ministros desonocen; no ha respetado la separación de poderes, interviniendo con descaro en la Justicia y aplicando la ley "según convenga a la jugada"; ha invadido con sus políticos la sociedad civil y la ha maniatado y casi asfixiado, ocupando espacios que en democracia les están vetados a la clase política, como las cajas de ahorros, las universidades, la patronal, los sindicatos y muchas instituciones y empresas que deberían funcionar en libertad e independencia pero que el poder público ha logrado controlar, ya sea directamente, llenando sus mesas de consejo de cargos públicos o mediante subvenciones, concesiones y privilegios. La mayoría de los medios de comunicación, bajo su mandato, se han sometido al poder y han dejado de vigilar y fiscalizar a los poderes, como manda la democracia, dejando sólo al ciudadano frente al insaciable y depredador Estado.

Además tenemos un primer ministro representativo perfecto del Estado monstruoso y enfermo de obesidad mórbida que España ha creado, el Estado donde los políticos se han convertido en los absolutistas AMOS, integrado por 86.000 concejales casi 9.000 alcaldes, 19 Presidentes de Autonomías, casi 1.600 parlamentarios autonómicos, 350 diputados en Cortes, 300 Senadores, 200 parlamentarios en Estrasburgo, una Casa Real, 20 Ministros y una "horda" de funcionarios, asesores, enchufados y parásitos cifrada en casi tres millones y medio de personas, más del doble de lo que los expertos consideran necesario. Únicamente con el ahorro que consiguiera reduciendo ese aparato, podría acabarse con el hambre y la pobreza en España.

En realidad no habría cárceles para meterlos a todos si hubiera que llevarlos a la cárcel.

Me reído lo suyo con esta película simpática sobre escolares en un curso de Primaria.

Representa muy bien, las clásicas personalidades que se dan en un aula de niños. Son graciosísimas sus interpretaciones. Nos cuenta la historia de un niño al que otro le manifiesta lo mal que lo está pasando desde que ha venido al mundo un hermanito suyo. El protagonista ve síntomas en sus propios padres de que lo que pudiera ser tener él también un hermanito en cuestión de meses, ante lo cual se pone a la defensiva.

Se pasa un buen rato viendo esta película.

Historia rodada en las costas de Escocia, la mayor parte filmada en espacios abiertos en islas preciosas, istmos, bahías, playas y aguas marinas azulísimas.

Nos narra lo que le sucedió a unos científicos alemanes que trabajaban en Escocia a finales de los años treinta (s. XX), cuando aún no se había desatado la II G.M., y fueron contratados por las autoridades británicas para iniciar un proyecto de lanzamientos de pequeños cohetes con correo en su interior, con objeto de solucionar así el problema de la falta de tendido telefónico y la tardanza de la correspondencia de todo tipo entre las pequeñas islas y las islas mayores de Gran Bretaña.

Estando en tales labores, uno de los científicos abandona para regresar a Alemania y alistarse en el Partido Nazi, mientras que el otro se integra en la pequeña población de isleños haciéndose uno más de ellos, siendo bien aceptado y enamorándose de la joven que le hacía a diario la comida.

Esta fue la última película del director Stephen Whittaker (1947-2003) y aunque no es una gran historia ni llega a ser verdaderamente emocionante, sí hay que reconocerle que los paisajes naturales que muestra durante toda la cinta ensanchan el alma.

Película impresionante, inolvidable, reveladora de la bestialidad, animalidad e inhumanidad que es capaz de ejercer el ser humano con sus más tiernas, inocentes e indefensas crías.

Dificilísima de ver en dvd o en salas de cine. Facilísima de hallar y ver haciendo lo que todo el mundo sabe hoy en día, práctica lícita según propia sentencia judicial (al menos en España) por más que le joda a Tedy Bautista & cía de 'mega-aprovechones'.

La historia de la película es la de una niña que venden sus propios padres, pobres miserables que por ser miserables de verdad (moralmente) son capaces de esta atrocidad, la cual de hecho es una práctica númerosa en Brasil y en otros muchos países de la Tierra. A partir de ahí, la vida de la niña será horrorosa, secuestrada, esclavizada y explotada cual carne tierna y apetecible de prostitución, por canallas que no merecen ser llamados seres humanos (entre los que se cuentan también mujeres), la desgraciada existencia de esta muchachita pone los pelos de punta. ¿Crisis? ¿Qué sabremos aquí en España lo que es crisis? Vean esta película para que se les caiga la cara de vergüenza por tanto hablar de crisis cuando gozamos de libertad y hasta el más mísero pobre tiene donde guarecerse, comer gratis o asistencia social de mil maneras. Vean esta tremenda película si quieren saber de verdad lo que es crisis vital.

Vean esta película excelente, aunque sólo sea para espabilar el alma frente a tantas canalladas que ocurren a diario en el mundo y ante las que si no podemos evitarlas, al menos sí podemos no participar en ellas.

¡¡¡Viva Internet y la madre que lo parió: el ejército de los EE.UU.!!! Pa'que vean, ahí lo tienen, nunca hay buenos del que no salga algún mal ni malos del que no salga un bien.

Película regular, como regulares son casi todas las películas de Joel Coen y de su hermano (por suerte para ellos, no para los espectadores, han irrumpido en un mercado de cine donde la sangre, la violencia, los asesinatos y los tipos desquiciados parece tener mucha demanda y esto les ha hecho alcanzar bastante éxito).

La película cuenta la historia del dueño de un bar cuya mujer se escapa con uno de sus empleados y «le pone los cachos». Entonces el empresario manda a un detective privado (un tipo algo así como Chiquito de la Calzada) a matarlos. ¿Qué pasará?

Mejor no se pongan a verlo, perderán más de una hora preciosa de sus vidas en contemplar una medianía de película, eso sí: dirigida por los sobrevalorados hermanos Coen, ya saben ésos casi elevados, por algunos aduladores, a la talla de los magníficos Joseph Kane o John Ford.