Qué bien me lo he pasado con esta película, realmente ha sido toda una sorpesa agradable para mí, jamás esperé que me gustaría tanto pero es que la trama y el ritmo de la misma me han hecho meterme en ella desde el primer minuto. He sentido la impotencia de su personaje principal, protagonizado magistralmente por Sean Penn, como si fuera mía, he sufrido con él y he deseado gritarle que se fuera de ese pueblo de mierda de inmediato. Me ha hecho reir, me ha hecho pasarlo mal y he disfrutado de las maravillosas actuaciones de todos y cada uno de sus actores. Penn está perfecto, no hay papel que se le resista a este magnífico actor, al igual que el veterano Nick Nolte al que le viene como anillo al dedo este tipo de personajes sin escrúpulos como el que interpreta aquí. Billy Bob Thorton, casi irreconocible tras tanto maquillaje, deja los momentos más cómicos de la película. Powers Boothe, un poco encasillado en papeles parecidos al que nos deja aquí, lo hace genial. Unos jóvenes Joaquin Phoenix y Claire Danes quizás tengan papeles mucho más secundarios pero igualmente merecen la pena y hasta la diva Jennifer López, quién ya empezaba a saborear la fama que tanto le apasiona, cumple perfectamente con el papel de mujer fatal. Incomprensible para mí las malas críticas a la actuación de Jon Voight como el excéntrico ciego indio porque el actor, dentro de lo secundario de su personaje, también logra convencer. Preguntaban en su momento al director, Oliver Stone, el motivo de hacer una película como ésta a lo que el cineasta respondía que había querido dirigir una película con la que puediera disfrutar como un adolescente. Conmigo, desde luego, también lo ha conseguido. Una de mis películas recomendables.

Sorprendente película la que nos trae un desconocido para mí Andrew Jarecki de una historia real que a mí personalmente me indigna como es el de los asesinatos sin resolver. El mayor mérito que tiene la película es el de contar con una pareja protagonista que se come sus respectivos personajes. El guapo Ryan Gosling nunca deja de sorprenderme y encarna con verdadera naturalidad a ese novio perfecto que resulta un completo desconocido para la mujer con la que comparte su vida. Pero si ante alguien he de quitarme el sombrero es ante la rubia Kirsten Dunst, actriz a la que sigo desde que la descubriera siendo una niña en "Entrevista con el vampiro", actriz por la que siempre he sentido cierta predilección y a la que he visto muy infravalorada, quizás culpable ella misma de ésto, ya que no ha escogido tan bien como debería algunas de sus apariciones. Parece ser que la actriz se metió en la piel de este personaje poco después de salir de un tratamiento contra la depresión. Ojalá que siga por el buen camino y que veamos muchas más veces su talento en la gran pantalla. Dunst llena con sus miradas toda la película. Junto a la parejita vemos actores de la talla de Frank Langella y Phillip Baker Hall en papeles más secundarios. Muy recomendable.

Continuación de ese gran taquillazo y exitazo que fue "Regreso al futuro", su segunda parte es mucho más compleja argumentalmente y quizás también algo más oscura. Está claro que dirigir una segunda parte de una película nunca es tarea fácil y mucho menos si la anterior ha calado tan hondo en el público, así que creo que tiene un gran mérito lo que consiguieron con ésta tanto su productor ejecutivo, Spielberg, como su director, Zemeckis. No me extraña que la película estuviera nominada ese año a los Oscars por sus efectos especiales, ya que para tratarse de 1989 están francamente bien conseguidos. En cuanto a los actores, vuelven a llevarse la palma su protagonista principal, un Michael J. Fox que se atreve a realizar hasta tres personajes al mismo tiempo y un Thomas F. Wilson que lo vuelve a clavar. Lea Thompson pasa de ser la chica sexy a la abuela y madre del protagonista, teniendo momentos en los que puede lucirse dramáticamente. Crispin Glover y Claudia Wells abandonarían el proyecto, siendo ella sustituida por una joven Elisabeth Shue con algo más de peso en la trama. Agrada encontrarse también por primera vez a un jovencísimo Eliyah Wood en su primera aparición ante las cámaras. Pierde la originalidad y el encanto de la original, pero recomendaría verla, ya que me parece una más que decente continuación de una de las películas más maravillosas de los 80.

Qué cierto es que hay películas que sín ser nada del otro mundo se convierten desde el primer momento en especiales para una y ésta es precisamente una de ellas. Adventureland es sencilla en cada uno de los apartados que la componen, no destaca especialmente en nada, ni tiene una brillante fotografía, ni unos impresionantes planos, pero tiene un conjunto de actores que se hacen cercanos y que me han hecho sentirme muy identificada con ellos. Para una servidora Adventureland me ha permitido revivir una etapa de mi vida muy especial en todos los sentidos ya que yo también pasé cierto tiempo currando en un sitio bastante parecido a este parque de atracciones tan peculiar, así que ya podréis imaginar el rato tan ameno que he pasado viéndola. Descubro aquí al joven Jesse Eisenberg, quién me ha parecido sencillamente adorable, me ha encantado su forma de interpretar a ese joven inexperto que descubre el mercado laboral por primera vez, Kristen Stewart está francamente bien, aunque me ha sorprendido encontrar en ella algunos de los tics que ya utilizara en su personaje de Bella en "Crepúsculo". Creo sinceramente que Kristen está madurando como actriz y que puede llegar a convertirse en una de las interesantes en un futuro no muy lejano. El marido de Scarlett Johansson, Ryan Reynolds, está correcto, un actor que me gusta y al que sigo desde hace un tiempo. Me ha gustado mucho su actuación aquí. Del resto de secundarios destacaría a la rusa Margarita Levieva, quién deja una muy buena actuación como la chica deseada por medio parque de atracciones, una actriz a la que no estaría mal tener en cuenta. La película también cuenta con una muy buena selección de canciones de los 80 que deleitarán a más de uno. En fín, yo la recomiendo.

Deliciosa película francesa, disfruté de ella en versión original, mucho más cómica que "Marie Jo y sus dos amores", pero igual de encantadora, con la esposa del director, su musa, Ariane Ascaride, inmensa y, de nuevo, Gérard Meylan y Jean-Pierre Darroussin, más que correctos. Bellísimas imágenes, cómo no, de la ciudad de Marsella, y un homenaje a todos los obreros y gente de la calle, que son los que hacen la historia de una ciudad, con su día a día, con su instinto de supervivencia.
No os la perdáis, es cine de calidad.