Pequeña joya del cine español.
Más pequeña que joya, pero merece la pena verla.

Se sale del carril típico y tópico de la época en cuanto al cine patrio, prolífico en películas que congratulaban al régimen, primando temáticas que iban desde las clásicas de folclóricas a las de familias numerosas, pasando por las de monjitas y las de paletos de pueblo que llegaban a la gran ciudad. Sin desmerecer a todas ellas, se agradece y sorprende la existencia de esas otras películas que ofrecían alternativas.

‘A hierro muere’ es un film noir que adolece de un cierto apolillamiento pero que se ve con agrado. La lastran un poco el hecho de que los personajes tengan poca hondura y que la trama avance, en la segunda mitad, como a trompicones.

Rodada 57 años antes, completa el refrán de la de Tosar. Ya es casualidad (¿o no?) que en ambas películas el personaje protagonista sea enfermero/a, siendo esto de suma importancia para la historia. También en ambas el título no es baladí, sino que guarda una íntima conexión con la trama, especialmente en la de 1962, que le viene al pelo.

Sin dudarlo, recomiendo ver “A hierro muere”.

Una de las cosas que más me ha gustado de esta película es su ausencia de moralina. No nos sermonea, no nos adoctrina. No juzga, ni pretende que lo hagamos. Lo que pretende es que empaticemos al máximo con su protagonista, que nos pongamos en su lugar, y vaya si lo consigue.
Vivimos con ella a cada momento lo que supone ‘el acontecimiento’, en una Francia de los años 60. Cómo tu futuro que hasta ese entonces vislumbrabas brillante, se va diluyendo ante tus ojos a medida que va creciendo tu vientre. La cámara no se despega de Anne, a veces asfixia, pero creo que se ha hecho con toda la intención, para que veamos cómo a su alrededor todos se van apartando de ‘la apestada’, de la señalada, hasta finalmente quedarse solos, Anne y la cámara.

Esta película no es pro abortista ni anti abortista. No es una película sobre el aborto, aunque éste es uno de los temas que trata. Diría que es más un filme sobre la soledad, la familia, las amistades… Y sobre cómo en un momento dado de nuestras vidas nos enfrentamos a decisiones cruciales, las cuales pueden cambiar radicalmente el devenir de nuestro destino.

También es de agradecer la ausencia de la mojigatería tan típica de Hollywood. Al ser una película europea, francesa, no se anda con paños calientes ni remilgos a la hora de enseñarnos lo que nos tenga que enseñar, aunque a veces prefiramos no verlo. No hay concesiones paternalistas.

La finalidad principal de ‘La promesa’ es la de denunciar el genocidio armenio llevado a cabo en Turquía. Lo consigue. Y le aplaudo tan noble motivación. Ahora bien, en cuanto a calidad cinematográfica, la película es floja. Nivel telefilme, en el sentido negativo del término. Muy plana. Previsible. Personajes casi caricaturescos. Una historia de amor rollo Danielle Steel. Se llega a hacer larga y pesada, pues más allá de la denuncia no ofrece nada interesante.

Pasable.

No vale la pena, sobre todo si, como a mí, te gustó la primera parte. Esta es una (muy) pobre secuela.

La originalidad de grabar cámara en mano que vimos en [•REC] aquí sólo marea. En la primera parte tenía sentido porque se trataba de un equipo de televisión que estaba grabando un programa, y en tanto que reporteros querían documentar todo lo que estaba sucediendo ("Pablo, grábalo todo, por tu puta madre"). Pero en [•REC]² no se entiende en determinados momentos que haya alguien grabando. No tiene sentido más allá del hecho de que lo veamos nosotros, espectadores. Que te dan ganas de decirle al tipo: "¡por dios, tira la cámara y sal corriendo!".

Por otra parte, en [•REC] teníamos un elenco de personajes elaborados; un reparto coral con enjundia, con historias personales y diálogos trabajados. Aquí nos encontramos a personajes planos cuyas conversaciones se limitan prácticamente a gritar "¡Coño!", "¡Joder!", "¡Me cago en la puta!".

'Angel of mine' es un telefilme por encima de la media. Trata un tema interesante y brutal, el de los hijos perdidos, alejándose del clásico tufillo de peli de tercera de sobremesa. Eso se logra gracias a un buen guión, a la buena dirección de Kim Farrant y a un buen reparto del que sobresale Noomi Rapace, que está sobresaliente.

El final se nota algo apresurado y es una pena, porque podría haberse resuelto mejor. (Explicación en spoiler.)

Una película recomendable, de buena factura.