huelga y Lynch se lo agradeció.Puede tratarse de un sueño, perturbada de una chica Obviamente es una película para desequilibrada. Puede El "I've told every little star" de Linda de encadenados ni desenfocados con el fin de procurar desconcierto.y no enfermedad. Quizá mientras Justin Theroux se quita forme parte del presente o quizá del futuro que deseamos, . Quizá el Naomi Watts cuando descuelga el teléfono encargado del montaje se puso en

Intentar comprender el cine de Lynch(no sólo Mulholland) es tratarse de un puzzle, de flashbacks sin hacer uso lo mismo que comer sopa con tenedor. Quizá todo sea ilusión disfrutar de las imágenes, toque pegadizo al asunto.

Me quedo con tres momentos de la cinta:
2) "This is the girl" enterrando el pasado que odiamos los cascos(versión inglesa)
1) Corte de pelo de una pesadilla o quizá sea la mente de, allá por el final.
3) Scott que le da un y no para pensarlas mucho.

Este es Lynch.

Producción cinematográfica realizada única y exclusivamente para animar al ambiente belicista del año 1944 y apoyar la causa aliada.
Los rusos son nuestros amigos y luchan por la libertad, la justicia, la dignidad humana...bla, bla, bla...Una película aleccionadora que de haberla visto Yeremenko, a buen seguro se habría alistado a la Wehrmacht.

No hay mucho interés como película. Como panfleto propagandístico sí, aunque también poco en este último caso.

Magnífica interpretación de todo el reparto (sabiamente elegido) y especialmente de un casi siempre enérgico Kirk Douglas, al que el papel le viene como anillo al dedo.

La historia peca de superficialidad y de excesiva particularidad. Es una historia de personajes que sólo parece que vivan en una comisaria. La comisaría se eterniza en nuestros ojos y se vuelve un lugar tremendamente agobiante hasta el punto de parecer una prisión para los personajes. Pero a mí me cansó, no es una historia profunda. Llegas a mirar el reloj varias veces.

Este guión no debió haber salido del ámbito teatral. El paso al cine no lo soporta.

Interesante por las actuaciones. No es lo mejor de Wyler.

En ocasiones es sorprendente ver como algunas películas, tras verlas en un segundo o tercer visionado, no pierden fuerza con el paso del tiempo y siguen teniedo una frescura y vigencia que denotan la calidad de las mismas. Es el caso que nos ocupa, y a algunos otros preocupa.

"En busca de la felicidad", dirigida por un romano de ojos azules y no muy amigo de las peluquerías, nos muestra la ciudad de San Francisco en 1981, pocos años después de que uno de los mejores policias, Harry, "cazara" al "Escorpión".

Para situarnos geográficamente Muccino nos muestra esas calles con pendiente a la que sólo les falta la nieve para que trasladen el torneo de "Los cuatro trampolines" hasta EEUU.

Para situarnos temporalmente a Muccino no se le ocurre otra cosa que mostrarnos el cubo de Rubik en varias ocasiones y por si no nos hubiese quedado claro mete un cartel de "Toro salvaje" en lo alto de un taxi.

Y para situarnos en el cine, el acomodador lleva una linterna.

Espléndida.

Uno de los mayores placeres de servidor consiste en cerrar los ojos y dejarse llevar por la melodiosa voz de Mariah Carey, y si encima al abrirlos añadimos la espectacular visión de la diva, el éxtasis hace su aparición elevando al cuádruple el placer antes mencionado.

Curtis-Hall dirige este impresionante musical en un momento en que el género no pasa por sus mejores momentos, quizá por los elevados costes de la coreografía o quizá debido a la dificultad radicada en encontrar un argumento interesante y compaginarlo con la viveza propia del musical.

En cualquier caso nuestro querido director, Vondie, que así se hace llamar, hereda de manera única el hacer de un Stanley Donen o un Busby Berkeley para mostrar en nuestros días un intento de resucitar el género. "Glitter" no defrauda, y en algunos momentos supera a la buena "Cabaret" de Bob Fosse. La guinda de tan mastodóntico proyecto cinematográfico la pone una Mariah Carey que deslumbra al espectador cada vez que aparece en el encuadre, significando una oda a la interpretación.

Imprescindible.