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España España · Madrid
Críticas de Eduargil
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Críticas 139
Críticas ordenadas por utilidad
5
26 de diciembre de 2016
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
La última canción es una comedia romántica ambientada en una pequeña ciudad de Maine. Hannah (Rebecca Hall) intenta recomponer su vida tras el fallecimiento hace tres años de su marido, Hunter Miles, un afamado cantante de folk que tan solo grabó un álbum antes de su prematura muerte en un accidente de senderismo. El disco penetró en lo mas hondo de los corazones de muchísimos seguidores convirtiéndose en un álbum de culto. Ella visita de forma continua la tumba de Hunter al igual que muchos admiradores de su música hacen peregrinaciones acompañados de regalos para depositar a pie de lápida en su honor.

Hannah sigue sufriendo y no consigue superar la trágica pérdida por lo que para calmar el dolor decide escribir una biografía sobre su corta vida y música. Al mismo tiempo para mantenerse ocupada y liberar su cabeza, colabora en un periódico local que dirige un amigo suyo, Griffin Dunne, con historias de interés humano sobre habitantes del lugar, y mantiene sexo con un guardabosques interpretado por un rudo Joe Manginello, con el que no tiene ningún tipo de afecto romántico. Hannah descubrirá que está demasiado unida emocionalmente a su marido como para poder escribir una biografía rigurosa y objetiva sobre él por lo que aparece en escena Andrew (Jason Sudeikis), profesor del Manhattan American Studies especializado en cultura pop y admirador de la música de Hunter Miles, con la intención de aportar su perspectiva en la vida del músico para hacerlo inmortal, pero Hannah es una mujer muy recelosa y protectora del trabajo de su marido y rápidamente se producirá un choque entre ambos y muchas discrepancias, pero después de continuas peleas y de comprender las verdaderas intenciones de cada uno de ellos, ella aceptará a colaborar con él en la biografía.

Difícilmente La última canción puede llegar a ser del todo una comedia romántica en estado puro cuando por un lado se intenta rendir un homenaje al marido muerto y por otro se escenifica un juego de seducción para conquistar a la enviudada. En un principio tanto el director, Sean Mewshaw, como su mujer y co-guionista, Desiree Van Tila, permiten que Hannah y Andrew descubran sus sentimientos alrededor de Hunter, para poco a poco dar paso a una más que predecible y agria comedia romántica. El guion no se centra en mistificar y engrandecer la figura de Hunter Mills como si fuera un nuevo Kurt Cobain, sino en los sentimientos y emociones de Hannah para proteger la memoria de su marido. Se agradece los esfuerzos por alejarse de los clichés del género gracias a ese toque dramático de la historia pero La última canción se queda a medio camino y no pasa de ser una discreta película bien intencionada y sincera.

A pesar de la química existente entre Rebecca Hall y Jason Sudeikis sus personajes son poco creíbles, la historia de un erudito de la cultura pop que ve a Hunter Miles como un ídolo es una pieza difícil de encajar como la nueva pareja sentimental de Hannah, sino más bien como una fantasía propia de un fans que quiere ocupar el puesto de su héroe y más teniendo en cuenta el poco tiempo transcurrido en el desarrollo de la trama. Por otra parte, a Sudeikis, conocido principalmente por sus papeles en comedias, parece que le cuesta trabajo asumir una interpretación más sobria y dramática de lo acostumbrado por esos tic cómicos algo exagerados utilizados en muchas escenas a lo largo de la película para provocar que no nos tomemos en serio su personaje y sacarnos de la historia.

Posiblemente lo mejor de la película sea el excelente trabajo del compositor de Seattle, Damien Jurado, que escribió la mayoría de las canciones de la banda sonora y suministra la voz de Hunter Miles para conseguir que parezca un genial artista.

Todas mis críticas en:
http://timejust.es/author/barriodelensanchegmail-com/

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6
16 de agosto de 2017
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
En lugar del Sr. Stein es la nueva película del legendario cómico francés de 82 años de edad, Pierre Richard, aclamado unánimemente por la crítica por su interpretación de un viudo de 75 años que el descubrimiento repentino de los placeres de internet le brinda la oportunidad de volver a vivir de nuevo. La película está escrita y dirigida por Stéphane Robelin. Estreno el 25 de Agosto.

En lugar del Sr. Stein es la tercera película dirigida por Stéphane Robelin, asimismo de otros tres cortometrajes en su haber. Todas estas producciones además están escritas por el propio Robelin. Parece ser que el director siente cierta debilidad por los ancianos: su siguiente proyecto se basa en un hombre mayor del Frente Nacional que, muy a su pesar, se encontrará inmerso en el mundo de los sin papeles, su anterior película ¿Y si Vivimos todos juntos? (2011), trata sobre jubilados y examina la relación entre las generaciones en tono de comedia y, En lugar del Sr. Stein, se vuelve a hablar de un jubilado, esta vez conviviendo con el mundo de internet. Además en ambas películas comparten mismo actor protagonista, Pierre Richard.

El actor Pierre Richard es una leyenda de la comedia francesa que durante mucho tiempo, en la década de los setenta, fue el actor cómico más popular en Francia con películas como El Distraído (1970) o El Hombre alto y rubio con un zapato Negro (1972). El éxito de esta última supuso la realización de una secuela, dos años más tarde, en 1974, con La vuelta del gran rubio (con un zapato rojo). Ahora el actor de 82 años con más de 50 años protagonizando películas sin parar, se encuentra al frente de En lugar del Sr. Stein interpretando a Pierre, un personaje repleto de ternura y humanidad. Pierre Richard está respaldado en esta agradable comedia, por Yaniss Lespert, en su primera experiencia en la gran pantalla, tras siete años trabajando en la serie francesa Fais pas ci, fais pas ça (2007-2014).

En la película, Pierre (Pierre Richard) es un viudo de 75 años de edad que vive solitario sin salir de casa desde hace más de dos años, desde que perdió a su esposa. La causa es que la vida no tiene sentido sin ella. Se siente hundido, sin ilusiones, sin motivaciones, por tal motivo su piso de París es desordenado, su higiene personal está descuidada y no le interesa tener una dieta. Su hija Sylvie (Stéphane Bissot) quiere ayudarlo a superar su soledad y, de esta manera, recuperar su conexión con el mundo exterior. Con la esperanza de despertar su curiosidad, Sylvie pone a disposición de su padre un ordenador portátil para que pueda conocer a gente nueva. Ante la falta de conocimientos técnicos de Pierre para el manejo del nuevo artilugio, Sylvie, cansada de ver a Alex (Yaniss Lespert), el novio de su hija Juliette (Stephanie Crayencour), viviendo en su casa sin trabajo, lo contrata para dar un curso de informática e internet a su padre. Alex reticente en un primer momento acaba aceptando porque necesita dinero.

A Pierre se le brinda la oportunidad de volver a vivir de nuevo, gracias a la ayuda de un mundo desconocido para él llamado internet. Alex le enseña a manejar el ordenador y pronto acaba creando un perfil en un sitio virtual de citas y contactos. Allí conoce a Flora63 (Fanny Valette), una dulce y hermosa joven con la que decide marcar un encuentro. Pero existe un problema, la foto utilizada por Pierre es la de Alex y no la suya. El siguiente paso es convencer a Alex para que acuda a la cita en lugar de él. A partir de aquí comienzan los enredos, malentendidos y cambios de identidad que conllevará a que ambos disfruten de la vida.

Los paralelismos de En lugar del Sr. Stein con el clásico drama romántico Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand son muy evidentes. Estamos ante un Cyrano de Bergerac moderno, un impostor de la era de Internet que a través de su perfil en la página web de citas escribe frases y pensamientos que rebosan lirismo, sensualidad y poesía en una época donde este tipo de lenguaje resulta algo anticuado. Pierre esconde su edad al igual que Cyrano su nariz y, el poeta envía a un hombre apuesto a su adorada y hermosa prima Roxane mientras que Pierre hace lo propio con Alex para que acuda al encuentro de la hermosa Flora.

La ingenuidad con la que vemos a Pierre sumergirse en el mundo de las citas virtuales resulta bastante conmovedora, como comprobamos en la graciosa escena donde Pierre abre la ventana de casa en vez de la virtual. No se trata de una comedia de carcajadas sino más bien de sonrisas aunque hay un par de escenas muy divertidas, en concreto una para destornillarse de risa, en la que se presentan de forma inesperada a la casa de Pierre, su hija y nieta. Ante el asombro y estupor de ambas por encontrarse allí a Flora, la supuesta amante del anciano, y a Alex, el novio de Juliette.

Todo es bastante predecible En lugar del Sr. Stein pero no lo digo en un sentido peyorativo, porque desde un principio sabemos en el terreno donde estamos metidos y nos dejamos llevar de forma agradable porque Stéphane Robelin no se toma nada en serio. Es una farsa divertida y llena de humor que no tiene pretensión de conquistar premios en festivales, solo entretener y pasar un rato agradable y por eso funciona.

Se trata de una comedia amable que no causará muchas pasiones en el espectador pero tampoco creará una sensación de haber perdido el tiempo durante más de una hora y media que dura la película. Una divertida y alegre comedia romántica basada en malentendidos, que disfrazada de modernidad recuerda al humor sencillo de películas clásicas y utiliza como elemento clave en la trama los nuevos medios sociales de la comunicación actual.

Cinemagavia: https://cinemagavia.es/pelicula-critica-en-lugar-del-sr-stein/
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7
22 de diciembre de 2016
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ópera prima de Julio Quintana avalada por la presencia de Terrence Malick en la producción, The Vessel (El Navío), nos cuenta la historia de una bella y pequeña aldea costera de Puerto Rico sin nombre donde un trágico acontecimiento ocurrido hace diez años marcó la existencia de todos sus habitantes, un tsunami destruyó la escuela de primaria situada a la orilla del mar, llevándose consigo la vida del profesor y la de todos los niños menos uno, nuestro protagonista Leo (Lucas Quintana).

El pueblo sigue de luto y afligido sin presencia de niños por las calles, sin ilusión ni motivación por volver a tener descendencia, la gente más joven se ve obligada a abandonar el pueblo dirección a la gran ciudad para encontrar un futuro más próspero. A pesar de todo, Leo se queda al cuidado de su madre Fidelia (Jacqueline Duprey) que sigue traumatizada por la muerte de su hijo menor. El padre Douglas (Martin Sheen) tiene la difícil misión de conseguir recuperar la fe perdida de todo un pueblo que se siente abandonado y rechazado por Dios y por tal motivo no acuden a la iglesia. Otra repentina tragedia junto a una rara ocurrencia de Leo (construir un barco) provoca que los habitantes de la aldea crean haber presenciado un milagro y consideren a éste como una especie de mesías. El Padre Douglas con en estos hechos y a través de la figura de Leo tiene la esperanza de resucitar a un pueblo deseoso de encontrar una señal que les devuelva de nuevo la fe.

En The Vessel (El Navío) se siente la presencia e influencia del director Terrence Malick con el que Julio Quintana trabajó en el Árbol de la Vida (2011) y en To The Wonder (2012). En la primera colaboró en la elaboración del documental El Árbol de la Vida que forma parte de los extras del interior del DVD comercializado de la película, y en la segunda como consultor. La presencia del maestro se percibe en la espiritualidad y el simbolismo de sus imágenes, muchas de ellas bellamente fotografiadas como si fueran composiciones pictóricas, en los elegantes travelling donde la cámara parece que flota y se balancea cuando recorre la aldea y persigue a los personajes, y en ese realismo imperante a lo largo de la película al mostrarnos el paisaje y los entornos iluminados de forma natural.

Julio Quintana crea una película muy emotiva y espiritual donde se cuestiona el significado de la vida, la existencia de Dios, cual es nuestro lugar en el mundo, o la eficacia del amor para curar las heridas de nuestro interior y olvidar el pasado. Se contempla la religión de una manera inteligente al mostrarnos tanto sus ventajas como sus inconvenientes dando lugar a establecer un interesante debate teológico sobre la necesidad e importancia o no de la Iglesia, y el sentido de su propia existencia. El tema central de la película se basa en la búsqueda constante de la esperanza y la fe como elementos vitales para encontrar esa fuerza y estimulo necesarios en las personas para liberarse de ciertas ataduras del pasado.

Todas mis críticas en:
http://timejust.es/author/barriodelensanchegmail-com/
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7
24 de marzo de 2018
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Barbara empezó en la década de los 50 a cantar, primeramente, tras unos duros comienzos, en diversos cabarés belgas, para conseguir finalmente presentarse en París, en L’Ecluse, en 1958. Se convirtió en una especia de voz de la nación. Ella canta a la reconciliación franco-alemana, algo que no se entendió desde numerosos círculos de Francia, al ser ella una víctima de la ocupación nazi por ser judía y perder a gran parte de su familia. A pesar de ello compuso una de sus canciones más célebres, Gotinga (Ciudad alemana de la baja Sajonia), y accedió a cantarla en 1964 en el teatro Junges de dicha ciudad donde fue ovacionada.

Ella también defendió la tolerancia al comienzo de la epidemia del SIDA y colaboró con las principales estrellas del país, desde Jacques Brel hasta Johnny Hallyday, sin embargo, Mathieu Amalric está preocupado por otras cosas, le interesa Barbara como diva, con su carisma y su propio estilo que ofrece un modelo a seguir.

A Mathieu Amalric no le interesa mucho de Barbara los méritos y premios cosechados durante su vida, a pesar de que como vemos a través del personaje que también interpreta en el filme (el director Yves Zand), estudió detalladamente toda su actividad artística durante los preparativos de la película. Él está realmente interesado en el personaje en sí, su personalidad arrolladora y carismática. Ella era una diva por lo que el director crea un retrato de la artista basado en anécdotas de la vida cotidiana escenificadas con luz lasciva y acompañadas de abundantes escenas repletas de música.

Brigitte (Jeanne Balibar) tiene las condiciones perfectas para brillar como Barbara en la pantalla grande. La actriz Jeanne Balibar que interpreta a Brigitte también sabe lo que es saborear el éxito como cantante en la vida real, y desde el punto de vista visual, ella y Barbara son tan similares que es fácil confundirlas. Ambas son mujeres extremadamente delgadas y altas, con manos huesudas, largas y llamativas facciones, muy sensuales y elegantes, y siempre atraen la atención de todos con sus trajes idiosincrásicos pero muy refinados.

Su presencia es tan fuerte que son capaces de llenar cualquier espacio aun estando ellas solas. Ambas comparten una misma mirada, un resplandor lascivo en cada gesto y una fama superlativa. Jeanne Balibar interpeta a Brigitte, y esta a su vez a Barbara o en otras palabras: una diva interpreta a otra diva, la cual interpreta a otra diva. Una especie de trabalenguas que define el maravilloso juego existente en la película donde las vidas de las actrices y sus personajes se difuminan y a menudo son difíciles de distinguir.

Esta similitud entre Brigitte y Barbara no solo es vista por el director Yves Zand en la película. Mathieu Amalric reconoce esto entre su ex esposa Jeanne Balibar, en el papel de Brigitte y, por lo tanto, también en el papel de Barbara. Los límites son tan estrechos entre las tres que muchas veces no sabemos ante quien estamos delante de la pantalla. Una confusión que hace que las tres mujeres se fusionen en una sola.

El director Yves Zand (también interpretado por Mathieu Amalric) le da a leer a Brigitte todos los libros que Barbara leyó en su día, la muestra todas las películas tomadas durante sus actuaciones y las giras. Inclusive, los asistentes de producción visten ropas, perfumes y joyas originales de la cantante. De esta forma uno descubre rápidamente la obsesión del director por la cantante y como detrás de este proyecto cinematográfico en forma de biopic existe algo más que realizar una película: la recreación, quizás idealizada, de la vida de una mujer interesante. Tanto él como su actriz principal tienen su propia visión de como interpretar a Barbara, lo que provoca un montón de tiranteces en los set de rodaje.

Barbara también es una cinta sobre el proceso de creación, una película dentro de otra película, una excusa para que el director pueda explorar en las neurosis y obsesiones de los artistas de cine cuando se sumergen en su arte. Cuando el rostro del director se ilumina de alegría, el espectador comprende que éste, ha conseguido encontrar la postura adecuada o el tono correcto. La obsesión de Yves Zand por transmitir su visión, dando consejos a la actriz otorgan al filme una naturaleza cuasi mística y muy poética.

El espectador es conducido a través de múltiples capas. Nunca sabe completamente dónde está ni en qué dimensión de la película se encuentra. Esta exposición no resulta molesta de ninguna manera, porque es precisamente esta puesta en escena lo que da fuerza y relevancia a la película, además de la magnífica vinculación de las imágenes con lo auditivo a través de las canciones.

Barbara es una especie de experiencia inmersiva, que funciona igualmente como juego de espejos. Recomendable para un público muy cinéfilo.

https://cinemagavia.es/barbara-pelicula-critica-amalric-balibar/
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5
24 de enero de 2017
13 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de perder a su hijo en un trágico accidente, Jessie (Kate Bosworth) y Mark (Thomas Jane) están sumidos en un profundo dolor que pone en peligro su matrimonio, por tal motivo deciden adoptar a Cody (Jacob Trembley), un niño de 8 años de edad, muy especial, tímido y sensible. A Cody le aterroriza ir a dormir, inicialmente sus padres adoptivos piensan que es fruto de una experiencia traumática del pequeño en su pasado. Sin embargo pronto se tendrán que enfrentar con una terrible verdad: los sueños de Cody se manifiestan en la realidad. Algunas veces son fascinantes sueños de amor con efectos inofensivos, cuando piensa en cosas buenas y bellas, en cambio otras, son terribles y letales cuando tiene pesadillas. Para salvar a su familia, Jessie y Mark deberán descubrir qué se encierra bajo los sueños del pequeño.

El talento del joven Jacob Trembley quedó demostrado sobradamente con su angelical y tierna interpretación, que conmovió el corazón de millones de espectadores en todo el mundo en la premiada La Habitación (2015), del director Lenny Abrahamson, película que obtuvo el Oscar a la Mejor Actriz, y cuatro nominaciones incluyendo el de Mejor Película en la última Gala de los Oscar, donde se narra una relación madre-hijo en condiciones inhumanas. Este niño de tan solo diez años, con un futuro más que prometedor en Hollywood, y a la espera del estreno en junio de este año en Estados Unidos de The Book of Henry, donde aparece Trembley en el papel de un niño superdotado acompañando a Naomi Watts como su madre soltera, es de lejos el mejor de todo el reparto, a bastante distancia de la bella Kate Bosworth, cuyas expresiones faciales son incapaces de transmitir las diferentes emociones que requiere su personaje, quedando evidente su carente variedad de registros interpretativos.

Seguramente por su escaso presupuesto, los efectos especiales son bastante limitados y esto hace bastante mella al conjunto de la película, con unos efectos por CGI (Imágenes generadas por ordenador) de triste resolución para ofrecernos unas mariposas de gran colorido que escenifican los sueños hermosos del niño y, por otro lado, el ridículo diseño del monstruo de las pesadillas que invita más a reír que a sentir miedo.

Muchos de los conceptos expuestos en Somnia. Dentro de tus Sueños a lo largo del metraje no son nuevos dentro del género, la línea divisoria existente entre la vigilia y el sueño es tan fina en el cine de terror, crea tanta confusión y es tan difícil de distinguir que puede traer consigo consecuencias fatales en forma de pesadillas. La idea inicial de ¡no dormir, peligro de muerte! de la que parte el guión de Mike Flanagan y Jeff Howard está claramente en conexión con el inquietante clásico de 1984 dirigido por Wes Craven con el título Pesadilla en Elm Street.

Lejos de la potente e innovadora cinta del maestro Craven, podemos decir que estamos ante una película a ratos entretenida, con sustos fáciles y predecibles ayudados por la música, evita la sangre fácil, persigue jugar con la mente y nuestra imaginación, e intenta introducirnos por un camino más sicológico. Aquí es donde debemos valorar el esfuerzo de su director Mike Flanagan por querer realizar un producto diferente a través de una idea básica atractiva, cuya finalidad sirve para preparar el escenario de un drama familiar conmovedor. Sin embargo, no consigue desarrollar toda la psicología, los conflictos de los padres solo se insinúan, y en la parte final, la historia cae en picado por su cursi y edulcorado desenlace
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