Miguel Herrán, Carolina Yuste, Luis Tosar... ¡¡Vaya tres interpretaciones!!. Una película de dos horas que no deseas que termine. Una trama bien urdida, con una dirección de pulso firme, reconociendo el objetivo...

Sobresaliente ejecución, ritmo, puesta en escena, guion. Interpretaciones gestionadas desde las entrañas que te llegan y te las crees. La dosis justa de acción y unos diálogos que sin ser brillantes han sido cuidadosamente elegidos, para que todo encaje.

Lo que más me impactó fue el final... ¿Podía haber otro? Era imposible después de lo sucedido... No sé todavía me siento desconcertado.

La mejor apuesta para estos días; realmente sorprendido, merece la pena. El cine español recupera con solvencia un puesto del que se había descabalgado.

Ver cine filmado hace 90 años no tiene nada que ver respecto al entretenimiento... Una curiosidad, una nostalgia de otras formas y maneras. A mi me parece algo similar a vestirnos con ropa vintage: parecido a un deseo taciturno o tal vez caprichoso, por atrapar el pasado o trasladarnos a él y las experiencias (?) que podamos disfrutar.

Magnífica fotografía, vestuario; no existe ambientación, pues se aloja en el instante presente cuando fue rodada. Bien iluminada, con unos diálogos nada lejanos al lenguaje utilizado en el momento... y, lo más importante, una historia simple que en aquellos tiempos podría resultar simpática y entretenida.

El paso del tiempo solo sirve para que los más románticos usuarios, se regodeen en estas magníficas obras desfasadas, como simple entretenimiento visual. De ser filmadas hoy día plano a plano, con los mismos diálogos, actores actuales, y una dirección exacta a la de 1.932, no creo que consiguieran aprobar.

La nota que le he dado no se refiere a su calidad, es solo significativa del grado de entretenimiento aportado en el año 2.022.

Es tan absurda como poco entretenida, tan obvia que se sirven de la confusión y la falta de diálogos coherentes para diferenciarla.

Un absoluto esperpento de oligofrenias encadenadas, con tan poca efectividad y resuelta de manera tan oscura, que parece haber dado resultado entre los espectadores, pues un alto porcentaje de ellos "entiende" que si no se "entiende", es que debe ser buena... la valoración global en este página por parte de los usuarios es de 6,2 en el momento de redactar mi comentario. Continuamos viajando por las Cañadas Reales.

Algo tan anodino, visto, sin mayor interés que se nos ofrece alargado en forma de serie. Produce dolor de cabeza esa machaconería de Gonzalo de Castro, interpretando el papel del "temoso" papá.

Buenas actuaciones, pero sin nada sugerente que ver ¿De qué sirve? Llevamos décadas contemplando estas historias, mucho mejor contadas. Vienen a mi cabeza aquella saga de LA GRAN FAMILIA, LA FAMILIA Y UNO MÁS, LA FAMILIA BIEN GRACIAS. Entrañables hace cincuenta años, que reflejaban con bastante fidelidad las familias numerosas de los años 60, su evolución, las nostalgias, lo que el tiempo va dejando y quitando.

MATAR AL PADRE, no recoge el testigo, se limita a unir escenas con melifluas conclusiones, todas... tan... predecibles y vistas.

Lo más revolucionario que podríamos encontrar hoy en cuanto a series o películas, sería actualizar guiones del pasado de esas producciones que tuvieron buen impacto en los espectadores, aunque jamás destacaron como obras maestras.

Calls es una aventura fabulosa en su expresión y método, donde capta al televidente para su causa, adoptando un estilo minimalista que ofrece mucho menos de lo que aparenta... pero su apariencia es BRUTAL.

Nos encontramos en ese momento de búsqueda y necesitamos a la vez el encuentro, todo junto... y parece que ese solapado intento de imaginar, da su resultado. Es como el principio de la lectura. YA NADIE LEE... Ve series.