Voy a aportar mi crítica para equilibrar a Rafal y no dejarlo tan solo. A mi esta peli me gustó!! Es una comedia pasatista pero entretenida y simpática. Obvio que no busca la carcajada sino la sonrisa y la complicidad de aquellos que vivimos algo de la cultura hippie -o lo que quedaba de ella por esos años- y posteriormente vimos el amanecer, el apogeo y la decadencia de la cultura yuppie de los 80 (Lo de decadencia es un decir, porque sinceramente creo que al día de hoy solo cambiaron sus nombres y sus formas de vestir, pero bien que siguen existiendo y manejando el mundo). Disculpando la disgresión, vuelvo a la película: Dennis Hopper hace sin esfuerzo el papel de hippie viejo y fumado que tanto conoce, y un por entonces joven y tierno Kiefer Sutherland encarna un pulcro FBI con un pasado "oscuro" que lo incomoda. Mas allá de la levedad la historia esconde una crítica piadosa a los clichés en los que todos mas tarde o mas temprano terminamos cayendo. Y digo que este film es la figurita difícil porque lo pude ver una sola vez, hace años y como coleccionista que soy luego intenté conseguir una copia y subtítulos en español, pero hasta ahora no tuve éxito.

Así como en su momento el fútbol argentino tuvo junto a Maradona una serie de jugadores descollantes, así como años después con Ginobili y compañía se dio lo mismo en basquet, aquí en Cha Cha Cha se juntaron en TV los genios del humor bizarro y anti-sistema: Casero, Capusotto, Mex, Alberti, Cedrón, Samsó (Alakrán). Hoy, casi veinte años después parece mentira que hayan estado todos juntos. Una explosión de locura y creatividad, con raíces en Monty Python pero todo entroncado en la repentización y la espontaneidad del under criollo. Cómo olvidarse del Padre Peperino Pómoro, de Batman, de Nelson Gómez el sexólogo paraguayo, de los programas auspiciados por el aceite Gazullo, de las vicisitudes del futbolista Fatigatti hostigado por los panelistas de "Juzguemos a los otros". En fin, escribo esto y me muero de nostalgia.. y de risa.

Pocas veces me he visto tan confundido a la hora de opinar sobre una película. Es que me he encontrado con un producto raro en su confección, una especie de escultura bizarra hecha de madera, porcelana, cartón, hojalata y yeso. Así de despareja. Por empezar, no leí la novela en la que está basada, a la cual evidentemente Herrero no termina de traducir con contundencia al lenguaje cinematográfico. Este fallo (dejando de lado mis limitaciones, que las hay por cierto), lo atribuyo mas a la poca pericia del director que a un intento deliberado de ser ambiguo (Ver spoiler). La porcelana mas fina está sin duda en la lección actoral que entrega Solá. Realmente exquisita. Y tenemos una buena madera fina (ébano, caoba si quieren) en Sbaraglia. La historia por momentos es atrapante y sólida, y de repente naufraga penosamente. Hojalata y yeso. Le hubiera puesto un cinco, o tal vez menos, pero la maestría de Solá y la garra de Sbaraglia le dan un plus que salva al conjunto.

Puede que Paul Giamatti no haya llegado todavía al Olimpo de Hollywood, pero está claro que es un actor al que le caben los mejores adjetivos calificativos. Personalmente recomiendo Entre copas (2004) y American Splendor (2003) para disfrutar con el personaje que mejor le sale: el tipo torturado, fastidioso y negativo, pero con un dejo de ternura y bonhomía siempre a flor de piel. En esta película no es la excepción, y vuelve a brillar por mérito propio y por gracia de un buen producto que la directora Sophie Barthes logra redondear con gracia, buen gusto e inteligencia. Sin dudas que la película remite a Kauffman (Quieres ser John Malkovich?, Eternal Sunshine.., El Ladrón de Orquídeas) pero sabe hacerse de una personalidad propia y definida. Valga la aclaración que no se trata de un film que va a reventar taquillas ni va a provocar descoyuntamientos masivos de mandíbula, pero sí es una comedia para sonreír y reflexionar.

Quedate tranquilo mon petit Guille Canet: a nadie le voy a decir que dedique mas de dos horas a desanudar este embrollo. Otro ejemplo del Mal de la Epoca: ¿por qué fucking motivo las películas actuales tienen que ser tan largas? Aquí tenemos un thriller con un buen arranque, un entretenido y por momentos atrapante desarrollo, y un final por momentos confuso, por momentos tedioso, bastante predecible, muy trillado en su depliegue escénico.. Creí que las largas parrafadas de un personaje explicando puntillosamente los motivos que lo impulsaron a actuar y los pasos que fue dando para cometer sus crímenes, habían quedando en la historia después de los merecidos pero ya superados éxitos de Agatha Christie y todos sus subproductos. En fin.. es tanta la información en el desenlace, que hasta aparecen personajes nuevos (ver spoiler), descendiendo abruptamente de la nada, cual paracaidistas en Normandía.. O sea, no vamos a decir que esta peli es un bodrio, pero sí que huele a rancio en su última, laaarga y enredada parte final.