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España España · Oviedo
Críticas de Gould
Críticas 664
Críticas ordenadas por utilidad
3
2 de octubre de 2016
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Wayne rueda el espinoso conflicto de Vietnam como si fuese una película más de la segunda guerra mundial sin aristas ni discusión, incomprensible en un conflicto tan mediático, que tanta polémica creó en su dia. El periodista, interpretado por David Janssen, que supuestamente representa a una opinión publica contraria a la participación en la guerra, es una mera figura de cera manipulada por el guion -nunca escribe, solo le cuelga la máquina de escribir y acabará, incluso ¡empuñando un arma!-. Resulta difícil sentir empatía por una de las intervenciones estadounidenses menos afortunadas, especialmente cuando sólo cuenta las atrocidades del Vietcong. Nada de ello sería grave si la película fuese, al menos, buena, pero la verdad es que cinematográficamente es absolutamente plana -parece dirigida por un Andrew McLagen cualquiera o uno de esos incoloros imitadores de John Ford-, y está rodada con una estólida y aburrida corrección. Con mucho lo mejor de todo es el asalto a la base militar, bastante bien rodado, que sigue las reglas de los asaltos a los fuertes de las películas clásicas del Oeste –sustitúyase indios por Vietcong- con el ataque por sorpresa de los indios y la crueldad extrema de los asaltantes –hay incluso una escena donde parecen arrancar cabelleras-. Estas escenas o la buena partitura, de raigambre clásica, de Miklós Rósza, no sirven para quitarnos de encima la impresión de que estamos ante una película sencillamente mediocre.
Gould
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8
12 de mayo de 2015
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Fue como un sueño que compartimos”
“Caminado juntos parecemos una pareja”
“La vida de la flor es muy corta”

Desesperado melodrama del maestro japonés, posiblemente uno de los más tristes y desolados de toda su filmografía. Desarrollado entre paseos, charlas regadas con abundante sake y puertas que se abren y cierran, narra la historia de dos personajes Yukiko y Tomiola (Hideko Takamine y Masayuki Mori) a los que la guerra cruzó sus caminos en la ocupada Indochina japonesa y a los que la paz devolvió a un entristecido Japón de postguerra, donde tratan de reencontrar infructuosamente ese amor del pasado. Amor, celos, obsesión y traición componen este desencantado poema en el que asistimos a la degradación y al vacío que lleva a sus personajes a un callejón sin salida.
La interpretación de Hideko Takamine, actriz fetiche de Naruse, como una mujer que ama a un hombre que no está a la altura de su desquiciado amor es sencillamente prodigiosa lo que agranda la leyenda de Naruse como uno de los mejores directores de mujeres de la historia del cine, mujeres que para el director japonés siempre son víctimas, pero víctimas valientes y decididas. A pesar de todo la película no alcanza ese último grado de depuración de sus films posteriores: hay demasiados elementos e incluso escenas excéntricas a su filmografía: el uso de los flashbacks tan ajenos a su retórica, escenas de Hideko Takamine borracha o de una inaudita intimidad en los baños, besos inusualmente sensuales, o incluso una pincelada en la que aparece una manifestación comunista. Además la serena amargura de sus filmes deja paso ahora a la desesperanza más abierta y descarnada, tal vez un poco ajena al espíritu del director y que le acerca más al maestro Kurosawa. Sin embargo, y pese a todas esas salvedades, otro magnífico film del maestro Mikio Naruse.
Gould
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6
28 de julio de 2016
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en una ingeniosa obra teatral de gran éxito de J.B.Priestley en la que un extraño inspector interrumpe la cena de una acomodada familia para hablarles de la muerte de una muchacha, Mary Smith, con la que irán descubriendo - a través de una serie de flashbacks- que todos ellos tienen relación y, de paso, reconstruyendo el recorrido vital de esta muchacha, esta película aparece como una pretendida reflexión sobre el clasismo en la Inglaterra de antes de la guerra con sus rígidas convenciones que, justamente, la guerra acabará por dinamitar. Sin embargo, su excesivo peso teatral, el argumento muy poco verosímil, trufado con elementos de sorpresa y algún toque final fantástico hace que permanezca como un agradable pero inofensivo pasatiempo, impersonalmente dirigido por el, en ocasiones, interesante director británico Guy Hamilton- y sostenido fundamentalmente por la buena labor de los actores en especial Alistair Sim como inspector o el futuro director Bryan Forbes como hijo de los señores Birling. Entretenida.
Gould
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9
17 de junio de 2015
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“A veces se necesita más valor para no matar”
“El problema es que siempre mueren los mejores porque los mejores están dispuestos a arriesgarse”

Nunca se cansará uno de reivindicar la figura, un poco olvidada hoy, del director ruso Anatole Litvak, forjador de películas muy destacadas –de buenas a primeras se me ocurren “Confessions of a nazi spy” (1939), “City of conquest” (1940), o “The snake pit” (1949), esta última con una soberbia Olivia de Havilland- como es el caso de esta sobresaliente producción, con el inconfundible sello de calidad de la 20th Century Fox, que nos cuenta la labor llevada a cabo por espías alemanes, reclutados entre los soldados hechos prisioneros por los norteamericanos, en la parte final de la Segunda guerra mundial y que se convierte en una aguda reflexión sobre las múltiples facetas de la traición y la fidelidad, sobre el deber y también sobre cómo la justicia implica, en ocasiones, la traición. Con un muy trabajado guión de Peter Viertel, la música de Franz Waxman, la magnífica y detallada fotografía de Franz Planer y rodada con gran pericia y solidez, sin desmayo alguno, por el maestro Littvak, el enorme realismo de la película queda realzado por un rodaje llevado a cabo en las mismas ciudades alemanas que relatan los hechos -especialmente Würzburg - aprovechando los barrios o edificios que aún estaban sin reconstruir –muchos en 1950-. Durante buena parte del metraje asistimos al impresionante periplo del cabo Karl Maurer alias “Happy” por la intrahistoria de una Alemania que se desmorona, en una de las primeras películas que muestra con naturalidad y humanidad a los alemanes. Esta era una tendencia acorde con los tiempos de guerra fría que imponían una versión dulcificada de los alemanes pero Litvak va más allá y nos los muestra lejos de cualquier panfleto o atisbo de superficialidad: desde el fanático miembro de la Gestapo, pasando por el coronel que simplemente cumple órdenes aunque están sean injustas, hasta el grueso de la doliente población asolada ya por la carestía, las privaciones y los bombardeos aliados. Litvak se interesa más por los hilos de los personajes que por las hazañas bélicas y en especial destaca la excelente labor de Oskar Werner en uno de sus primeros papeles de importancia en Hollywood, con esa mirada plena de humanidad capaz de ocupar toda la pantalla. Muy buena.
Gould
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9
13 de agosto de 2014
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos supieron mostrar en el cine como De Sica, el rostro de la humildad y de los humildes sin añadidos ideológicos ni moralejas socializantes. De Sica muestra un pedazo de la agotadora carrera de una pareja de recién casados por encontrar un techo sobre el que vivir en la difícil Italia de los primeros 50, cuyas ciudades no podían acoger a tanta población emigrada, fundamentalmente del sur, y donde las dificultades para encontrar casa eran, entre la población más pobre, una propuesta inaccesible. Durante toda la película vamos de la mano de la pareja en busca de su sueño a través de unas imágenes llenas de sencilla poesía y de honda dignidad, pese a mostrarnos las enormes dificultades, las apreturas, y las condiciones infrahumanas en las que viven sus familiares.
Extraordinario trabajo de la pareja protagonista, en especial Gabriella Pallotta, con su mirada cálida pero preocupada y de un conjunto de secundarios esculpidos en mármol y entereza. Bravo De Sica.
Gould
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