Intrascendente pero muy amena película hecha a medida de su principal intérprete, el siempre amigable y familiar Dick Van Dyke, actor especializado en papeles de buena persona, simpático que deja un buen recuerdo con sus películas.
Es inocente y distraída que supongo es lo que querían sus artífices.

Yo la clasificaría entre la intriga y una cierta ciencia ficción con toques románticos.
Realizada con un presupuesto super económico, toda la película se desarrolla en un taxi, con su correspondiente chófer y una cliente que se sube una y otra vez al taxi para luego desaparecer en una siniestra y claustrofóbica carretera. Solo una voz en off del jefe a través del radio teléfono pone un exasperante punto a la historia.
Empieza muy, muy bien, luego decae un poco, pero es una curiosa y extraña película que resulta válida y recomendable.
A destacar el actor protagonista que hace una mesurada pero excelente interpretación.

Al principio promete bastante pero según van pasando los minutos pierde fuelle a cada momento.
Se hace dispersa, eslabazada y además está muy manipulada lo que hace que al final sientas que has visto una película mediocre y prescindible.
Ah! y que el Mercedes SL vaya corriendo por caminos de tierra no se lo creen ni ellos.Tuve uno y es un auto bastante bajo que enseguida toca con irregularidades del firme.

Tienes los necesarios ingredientes de un buen melodrama, una historia oculta que da interés a la narración y que gracias a unos magníficos intérpretes, una muy buena ambientación y una dirección pausada pero sin pausas hace de esta película casi un clásico del género.
Sobresaliente Deborah Kerr, estupenda la jovencísima Hayley Mills y genial Edith Evans como la autoritaria abuela.
Muy recomendable.

Parece que los británicos atravesaban una mala racha con los transatlánticos, nave que botaban nave que se hundía a pesar que siempre aseguraban que eran completamente insumergibles.
En esta ocasión el gemelo del Titánic que corrió la misma suerte con historia un tanto insulsa de espías y bla, bla, bla.
Los actores hacen lo que pueden pero en general bastante prescindible.