El riesgo de algunos films considerados clásicos es que el paso del tiempo haya podido hacer mella en ellos, y acaben resultándonos ajenos o lejanos. Este no es el caso, la frescura de las interpretaciones, la magnífica realización, el color y el compendio de conflictos que presenta, tan actuales y presentes hoy en día, hacen que el resultado 50 años después siga siendo satisfactorio.

¿Quién no se ha sentido como James Dean o Natalie Wood en algún momento de su vida?, a determinada edad casi todos. El glosario de padres ausentes o presentes describe un sinfín de matices que vemos en nuestra vida, y la interpretación de Sal Mineo, llena de complejidad y ternura, resulta convincente.

En cualquier caso, aun valorando su actualidad y frescura, todo pasaría desapercibido sino fuera por la gran realización y ritmo del film. las casi dos horas de película se desarrollan en una tensión dramática por todo lo alto sin altibajo alguno que hace que la sigamos el sin resuello y con un nudo de incomodidad y desasosiego permanentes.

Este clásico no se discute.

En el libro de Joseph Conrad, adaptado libremente por Coppola en "Apocalipsis Now", Kurtz, el protagonista que en cine interpreta Marlon Brando, pronuncia unas míticas últimas palabras "El horror" hasta ahora muchos han visto en esa expresión el abismo de un presente tenebroso que azota la conciencia de un protagonista anclado en una selva donde la razón no tiene lugar.

Tengo que agradecer a este film el que me haya llevado a unos ámbitos de oscuridad que me permitan entender el fatal pensamiento del protagonista de la novela de Conrad, ya que después de bucear en los torrentes de podredumbre, imbecilidad, tontería, intrascendenciay verguenza ajena de esta cinta, he sentido un escalofrío corporal, a la vez que una súbita pérdida neuronal y cognoscitiva, de la que sólo pido que no me queden secuelas, aunque supongo que tardaré años en averiguarlo.

No se por donde empezar, es una chorrada insufrible, que alcanza unos niveles de tontuna en cada secuencia, que los ves venir, pero no piensas que se atrevan a rematar, pero van y lo hacen, supera todas las espectativas de idiocia que uno pueda tener, y lo hace con unas interpretaciones de verguenza. Sale Robert de Niro, que en los últimos 20 años no ha debido hacer una peli o interpretación decentes, sale Bon Jovi con cara de idiota, sale Katherine Heighl cortando piña, sale Asthon Kutcher de chulo pijamero, sale Michelle Pfeifer de .... no se muy bien, sale Jessica Biel fea que ya es jodido, sale el alcalde de Nueva York, que solo por esto merece no ser reelegido y ser detenido por el Fbi por pérmitir tal corrupción intelectual y moral en las calles de su ciudad, sale Jon Bon Jovi (otra vez) que con su interpretación hace que Jesús Bonilla parezca "Hamlet" en los Serrano, sale Allyssa Milano, y de eso ni me he enterado, sale Hillary Swank, a la que espero que requisen los Oscars después de esto, sale Halle Berry, a la que ponen un vestido de fulana para que salude a su marido soldado por internet, sale Sarah Jessica, .... y no sigo por respeto a la familia y amigos del resto del reparto que me imagino que se sentirán avergonzados por ver a sus seres queridos en esta cosa, a si sale Jon Bon Jovi cantando una patética canción, y también recuerdo que sale Jon Bon Jovi con cara de tonto.

No se que decir, toda una vida viendo películas, y amando el cine, no han podido prepararme para este momento, nunca pensé que como a Kurtz, el horror se apoderara de mi de esta manera.

Hace 48 horas que ha muerto el presidente Adolfo Suárez, y como pequeño homenaje particular, cumplo una deuda pendiente que tenía con el cine desde hace un tiempo. Hace unos años leí el extraordinario libro de Javier Cercas, "Anatomía de un instante" donde partiendo de ese gesto político final de gran dignidad de Adolfo Suarez frente a los guardias civiles el 23/02/1981 en el Congreso de los Diputados, trazaba un paralelismo entre esta acción, y el papel y evolución que Vittorio de Sica, como general Rovere, tiene en esta película.

Creo que el film es soberbio, narrando de forma admirable un contexto histórico, y la evolución de un personaje magistralmente interpretado por el enorme Vittorio de Sica. El film se podría decir que está dividido en dos partes, una primera callejera, donde vemos las andanzas de un personaje, un pícaro, un buscavidas no exento de cierta moralidad cuyas andanzas se desarrollan en una Génova ocupada, moviéndose por la misma con la misma naturalidad dentro de los cuarteles nazis que en los prostíbulos.

En la segunda parte (en mi opinión un pelín menos brilante que la primera), este personaje y artista de la mentira y suplantación, debe realizar el papel de su vida, dentro de una prisión, encarnando a todo un héroe, muy diferente y muy por encima de su persona. Estremecen determinados momentos de la vida carcelaria, y aistimos a la transformación de un personaje que poco a poco va adquiriendo la grandeza del papel que sólo debía interpretar.

Una gran película, llena de matices, de las que crece en el recuerdo, que nos transporta a una época de forma ejemplar y que nos presenta un personaje de leyenda de los que hay pocos en el mundo del cine, el General Rovere.

Creo que hay que aprovechar cualquier situación para engrandecer la figura de Ida Lupino, una directora que aúna 3 características especiales. Era una mujer que dirigía películas en una época en que no había mujeres directoras, era una actriz que dirigía películas en una época donde los actores nunca o casi nunca saltaban a la dirección y por último sus películas son de una modernidad que extrañan en el contexto de su época.

Dicho esto, y ya ciñéndonos a "El autoestopista", nos encontramos ante un film interesante, entretenido, efectivo, ausente de matices en el que un autoestopista asesino retiene a sus acompañantes durante su viaje.

Correcto, se sigue con interés, solo hecho en falta una mayor reacción de las víctimas, ya que su mansedumbre quita algo de tensión al desarrollo de la trama. Pero en cualquier caso buen film hecho con oficio

Si atendemos a su autobiografía parece que si, o al menos una de sus favoritas. Si atendemos a la calidad de la película, sin duda se trata de una muy buena obra. Si atendemos a la interpretación de Douglas, probablemente es una de sus mejores, sino la mejor.

Un film duro, crepuscular que nos narra el fin de una época donde un vaquero se ve atrapado por unos nuevos tiempos, unas nuevas relaciones y una civilización llena de máquinas ajenas a un espíritu libre y solitario como es el del protagonista a solas con su caballo, y por que no decirlo,del propio Kirk Douglas como persona, que da la impresión de poner mucho de si mismo en esta cinta.

Un Douglas que en esta bella historia se rodea de unos más que correctos Walter Matthau y Gena Rowlands, con una dirección algo limitada de David Miller, pero que aun así muestra momentos de interés como la persecución en helicóptero, aunque se alternan con otros algo carentes de fuerza y dramatismo.

No obstante, la personalidad de Douglas, la fuerza de la historia y ese final que nos muestra la intensidad de la relación del protagonista con su caballo que culmina con una expresión sobrecogedora del protagonista, llenan por si sola una película no perfecta pero muy notable.