Con los años he encontrado películas muy interesantes sobre el tema del tamaño, recuerdo así de primeras, La mosca en menor medida, El increíble hombre menguante, El chip prodigioso, Cariño, he encogido a los niños, o Cariño, he agrandado al niño entre otras donde realmente el espectador si disfruta de la perspectiva de ver el mundo normal en un tamaño gigante. A fin de cuentas, es la razón principal de interés en este tipo de historias.

A ver, que luego el tema también cuenta, pero que sobresalga por encima de todo, la atmósfera de sentirnos insignificantes. Alexander Payne cuenta con una idea genial, reconozco sinceramente que me atrajo desde el minuto uno y con un mensaje muy positivo. Que si, que es una peli y todo es ficticio, pero ¿se imaginan un mundo donde la comida normal sirviera para alimentar en lugar de a una persona a miles? ¿Dónde con el mismo dinero que ahora te da para vivir normalmente, te diera para permitirte todos los lujos imaginables?

Pues todo esto es posible con un nuevo programa de miniaturización controlado, donde las personas pasan a formar parte de un programa y a vivir en una comunidad preparada únicamente para ellos y sus necesidades en general.

El primer tercio de la película resulta muy interesante, el problema comienza cuando el plan no sale como se programó y nuestro protagonista comienza a vivir su vida como miembro de dicha comunidad. El gran problema que le encuentro para que no funcione la cosa es que en lugar de mostrarnos una vida desde esa perspectiva de micro mundo con respecto al otro, solo se limitan a contarnos su vida desde ese nuevo mundo, con lo cual es como si nunca se hubiese movido de ningún sitio y debo ser muy sincero, a cada minuto mi interés va decreciendo.

Por lo tanto debo decir que en mi opinión un diez en la programación, un cero en la ejecución. Una pena de verdad porque había material muy interesante.

Antes que nada invito a que lean un poco acerca del hecho que trata la historia y como era el campo de concentración de Sobibor, que pasó a la historia por contar con la huida más numerosa de judios huidos, motivo por el que cerró precipitadamente antes de tiempo.

Lo que allí aconteció es para hacernos entender la situación tan lamentable y sádica en la que convivían los prisioneros. Te reciben con una ducha , pero no de agua caliente, sino de un gas letal que acabará con tu vida de la forma más sufrida. Vivirás rodeado de gente que no siente ningún aprecio por tu vida, esperando que le des el mínimo motivo para arrancarte el último suspiro de vida. Grandiosa la escena en el patio donde se ejecuta al azar.

La peli me deja con un sabor agridulce, por un lado hay cosas muy interesantes y por otra, pocos creíbles para ser hechos reales. La atmósfera es perfecta, las localizaciones muy reales, el vestuario está perfectamente copiado y el maquillaje es digno de encomio. Hay escenas apoteósicas, aquellas de las que hemos escuchado o leído, pero no vistas. Los cuerpos amontonados en las duchas o en los vagones del tren, son impresionantes. Esas tomas donde el resto mira al suelo y el protagonista al frente, quedan de lujo para el espectador. Gran parte del éxito es la colocación perfecta de la cámara, en especial en el desenlace final.

La parte negativa, no me creo al personaje de Lambert, parece puesto con calzador, poco natural. Se limita a mirara a cámara, poner gesto y ya, muy poco para alguien de su peso. El 99% de las pelis de campos de concentración, nos muestran a prisioneros uniformados, rapados y desnutridos. Eso aquí no ocurre, nadie, absolutamente nadie rapado al cero, cada uno viste a su manera, las chicas mezcladas con los chicos y con el pelo largo y no se ve ni una escena de comida, ni vemos gente delgada. ¿ Cómo me puedo creer una historia basada en hechos reales, sino me presentas los hechos tal como ocurrieron?


Es una pena, pero cuidando ciertos detalles, habría sido algo bastante a tener en cuenta.

Quizás Tim Burton pase a la historia como ese director valiente y decidido que se lanzó a la aventura de llevar al hombre murciélago a la gran pantalla, cosa que no es nada fácil.

Todos conocemos el cine de Burton y nos es muy sencillo descubrir su sello personal, desde la atmósfera, las localizaciones, los diferentes personajes etc. Para mí fue un acierto la elección del protagonista, pero está claro que un antagonista siempre sube el nivel de la historia. En la primera entrega disfrutamos de un magistral Jack Nicholson ejerciendo de Joker y fue todo un acierto.

En Batman vuelve, ya no contamos con el factor sorpresa del personaje principal y para ello hay que potenciar al resto de secundarios, el problema es que a pesar de tener un trío bastante conocido como Danny DeVito,Michelle Pfeiffer y Christopher Walken, sus personajes están muy lejos de lo anteriormente realizado por el Joker. Tanto el hombre pingüino, como la mujer gato, no tienen ese peso que se podía esperar y eso hace que la trama se resienta bastante.

Tampoco vemos que Keaton haga algo nuevo para hacer crecer a Batman, incluso Alfred está mal aprovechado, para ser importante no, lo siguiente en la vida de Bruce Wayne. En mi opinión ésta consiguió menos ganancias a pesar de contar con más del doble de presupuesto porque era más gótica y con más contenido erótico que su predecesora, con lo lo cual el resultado es que muchos niños dejasen de acudir a las grandes salas

Aprovechando la gran campaña publicitaria que está moviendo el Joker de Joaquin Phoenix, me ha dado por ver películas de Batman y aunque parezca increíble para un seguidor de Tim Burton como yo, es la primera vez que veo completa su Batman.

Y llego a la misma conclusión, Burton es de esos directores que te gustan mucho o te dejan indiferente, en mi caso es lo primero. Me gusta su toque infantil de ver el mundo, siempre con ese toque divertido y desenfrenado. Pero la historia del murciélago va más allá, con un toque más serio a pesar de algunos personajes. Michael Keaton quizás no sea el actor más guapo, ni el más musculoso, ni tan siquiera el más listo, pero es el que encajaba perfectamente en el disfraz del murciélago, un acierto pleno en la elección del protagonista. Ese toque despistado, donde a pesar de su poder económico, pasa casi inadvertido en la ciudad de Gotham. Y como no, la siempre lealtad de Alfred. El reparto es genial, hoy día se habla de Phoenix, pero el de Nicholson no tiene nada que envidiarle, veremos el proceso de villano a loco y como sale su disfraz de payasete. Tiene el don de a la vez que te hace reír, le temes realmente y eso no es nada fácil. Kim Basinger para mi gusto está muy mal aprovechada, parece que están más empeñado en lucir sus encantos, que sus dotes interpretativas, que las tiene.

Y para un no lector de cómics como yo, me ha gustado mucho el conocer un poco más de la historia Batman vs Joker y ese odio que se tienen entre ellos. Muy entretenida la verdad.

Menos mal, menos mal, que en su día no me decidí a ver ésta película en el cine, sino me hubiese arrepentido mil veces, que manera de vendernos un peliculón en los trailers y luego la realidad es bien distinta.

La historia falla en muchos conceptos y eso que contaba con unos ingredientes más que interesantes. La venganza siempre da mucho juego, pero ese juego pierde el interés cuando enseñas las cartas de forma precipitada, que es uno de los cánceres de la cinta. Sabemos que Ma le pasó algo, pero no el qué y en lugar de jugar con esa carta hasta última hora, nos la muestra en nada y ya atamos todos los cabos y pierde todo el interés, que solo nos mantiene en vilo, esperando la próxima locura de una tipa que tiene mil pájaros en la cabeza. Y una venganza sobre chavales, en lugar de los que realmente la hicieron daño, menos entendible aún.

Llegado el momento se hace bastante pesada, muy repetitiva y predecible. No pierdan el tiempo.