"Zombi: la creazione" en su título original, "Zombies: the beginning" en su título inglés para el "mercado internacional" (no tiene título en español ni doblaje a nuestro idioma que yo sepa) fue la última película de uno de los más ilustres perpetradores de engendros que dio el cine italiano y probablemente mundial: veterano curtido desde los 70 en las lides del cine de explotación más descarado, la serie Z más rudimentaria y el gore más garrulo, el bueno de Bruno se fue para el otro barrio a las 76 castañas justo después de terminar el rodaje de esta película que nos ocupa.

Al menos, se fue haciendo lo que más le gustaba: versiones apócrifas por toda la cara de películas ajenas adornadas por salvajes (y cutres) escenas de desmembramientos y descuajeringues. Y es que "Zombies: the beginning" no deja de ser un plagio desvergonzado de "Aliens, el regreso", en plan mucho más de andar por casa y cambiando los alienígenas por un surtido de zombis mutantes que va del clásico paisano con la cara enzafarrada de mugre que anda despacio al muñeco de los chinos pringado de sangre falsa, pasando por una especie de caraconos infantiles con dientes como los de los bichos aquellos que salían en "Demons". Tampoco era la primera vez que el amigo Bruno se marcaba una copia por el morro de "Aliens, el regreso" (ya lo había hecho en la infame "Terminator 2: shocking dark") ni la primera vez que rodaba un engendro sobre uniformados que andan a tiros con zombis pútridos (ya lo había hecho con "Apocalipsis caníbal" y con la parte que le tocó dirigir de "Zombi 3"), así que para este su último baile casi podemos decir que se plagió a sí mismo. Con un par de cojones.

De la película en sí poco hay que contar: el argumento (una superviviente de un encuentro anterior con zombis, un malvado representante de una empresa y un grupo de "marines" van a un lugar aislado donde acaban a tiros con hordas de bichos malandrinarios que se los quieren zampar y que tienen allí una especie de nido) os sonará de otra película, el apartado técnico es de peseta, hay escenas (las del submarino) que yo juraría que están chorizadas de otra película, los efectos especiales son cutres a dolor, los actores son tan malos y pasan tanto del tema que la bella Yvette Yzon (a la sazón esposa del productor Gianni Paolucci) consigue destacar por encima de sus compañeros solo por el empeño que le pone al tema, y eso que su interpretación es de función de fin de curso o de corto casero hecho por borrachos...y en cuanto a la dirección, el guión... ¿Qué dirección? ¿Qué guión?

Y el caso es que, con todo y con eso, "Zombies: the beginning" es medianamente divertida, siempre que sepa uno donde se mete. El exceso y la desvergüenza que lo inunda todo, la sarta de atrocidades sin complejos que muestra (incluidos bebés zombis rostizados al lanzallamas, cerebros que explotan salpicando la pantalla, o barrigas reventadas por partos espontáneos), y los momentos de comicidad involuntaria (esa placa del marine apellidado "Zamorra", ese vídeo sobre el científico loco donde aparece una foto del tipo en camiseta de baloncesto con cara de "fumao", o esa discusión de la jicha con un grupo de trajeados que a duras penas contienen la risa) le dan cierto encanto estrafalario.

Y qué queréis que os diga, casi da pena que cada vez queden menos personajes como este tipo y que la serie Z de la vieja escuela tenga los días contados. Aunque al menos aquí nos queda el testamento de Bruno. O, mejor dicho, su "teZtamento".

Injustamente machacado que está por la crítica especializada y gran parte del público este desprejuiciado y divertido remake del pequeño clásico de 1974 "Navidades negras". No sé si será porque cambia totalmente el tercio con respecto a la original, sustituyendo el suspense y el terror psicológico por la violencia explícita y el humor negro. Cosa que a mí por otra parte me parece una buena idea: si la original ya era buena en su estilo, ¿para qué repetir lo mismo? También podría decirse que cambia tanto la historia original que no parece ni un remake, y en fin, algo de eso hay, pero...¿qué más da? Hemos visto en los últimos años remakes mucho peores de clásicos del terror, y no se les ha breado con tanta saña.

Esta película no es un gran clásico ni lo pretende: es una peli de género divertida, alocada, medianamente sangrienta y con bastante mala leche. Con eso basta y sobra.

Mucho ha tardado en caer en mis zarpas este polémico clásico de la serie B setentera, que parece tener un grupo no muy grande de incondicionales y un número algo mayor de detractores entusiastas.

A mí me ha parecido una especie de refrito modesto pero interesante de "Perros de paja" y "La última casa a la izquierda", lejos de la primera en calidad cinematográfica pero no tan alejada de la segunda, técnicamente austera, hecha con la crudeza que requiere la historia que cuenta, ni más ni menos que la de una mujer violada y vejada por cuatro garrulos que luego se venga de ellos uno por uno. Merecido que se lo tenían.

Si por algo es famosa la película de marras es por la larga y desagradable secuencia de las violaciones y vejaciones que sufre la protagonista. Y por eso mismo es polémico el filme en sí. En mi opinión está muy bien resuelta: la forma casi casual en la que empieza todo, la brutalidad primaria de los asaltantes que va tornando hacia un sadismo cada vez más retorcido...todo ello es realista y plausible, la sensación que deja en el espectador es de angustia, de repulsión, de asco...que es de lo que se trata. Nadie (en su sano juicio) podría excitarse o disfrutar viéndola, lo que supongo que era la idea del equipo. A ello ayudan la fotografía áspera y la buena interpretación de Camille Keaton.

Lo que ocurre después, la metódica e implacable venganza, está rodado de forma más ligera, a tono con la sensación de alivio que siente el espectador al ver que, al menos en pantalla, se hace justicia.

Enésimo "poliziottesco" de Umberto Lenzi con Maurizio Merli como protagonista, aquí en la piel de un policía recto pero menos asalvajado que en otras ocasiones (véase "Nápoles violenta" o "Roma a mano armada" por ejemplo) al que le toca escoltar de Palermo (sí, sí, el título dice que desde Corleone, pero es desde Palermo) hasta Nueva York a un sicario de la mafia dispuesto a testificar contra su jefe dado que este le ha matado a la hermana. El viaje, claro, no va a ser de placer porque el capo en cuestión intentará quitar de en medio al arrepentido y al madero que lo escolta.

No es tan violenta como otras películas del estilo, aunque no le falten persecuciones, mamporros y tiroteos, de hecho se pone cierto énfasis en la relación casi de amistad que va surgiendo entre el policía y el mafiosillo. Hay escenas muy buenas (el tiroteo en el mercado, el atraco a la pizzería) junto a otras bastante anodinas, y aunque no aburre tampoco ofrece nada extraordinario en ningún aspecto. Si te gustan los policíacos de serie B de los 70, te entretendrá, aunque ni de lejos está entre las mejores de su género.

Exponente de la comedia picante a la italiana tan en boga por aquellos años, "La juez y su erótica hermana" tiene dos puntos de interés fundamentales, el uno la curiosidad de ser la última comedia propiamente dicha dirigida por un Lucio Fulci que se especializaría después en el cine de terror sangriento, y el otro el ser la primera vez que la maciza Edwige Fenech, habitual del giallo y la comedia verde, aparecía en pantalla completamente desnuda. Por lo demás, la película da lo que cabe esperar de ella: humor no demasiado fino basado en juegos de palabras, referencias sexuales y equívocos al hilo del parecido entre la rígida jueza y su libertina hermana gemela, algo de sátira social, personajes caricaturescos, gesticulaciones exageradas...

A ratos bastante divertida, a ratos bastante chabacana, en líneas generales es entretenida y, para qué negarlo, alegra bastante la vista con una generosa cantidad de planos de los encantos carnales de la Fenech.

Tiene un pase.