Los hermanos Duplass nos traen esta entretenida, surrealista y sencilla película. El argumento es básico como nos tiene acostumbrado el género Mumblegore: sus protagonistas experimentan situaciones comunes y surrealistas y la trama gira en torno a lo que podría ser el fin de semana de un treinteañero yanqui.

En la cinta vemos a una pareja de novios en plena crisis que emprende un viaje familiar (dar un sillón de regalo), en el que también se involucra el extraño hermano menor del prota. De ahí en adelante se presentarán una serie de episodios, que van de lo cómico, lo dramático y lo absurdo, hasta llegar a un final anticlimático, pero bastante realista.

Película que te sacará algunas risas, pero que es efectiva en su carga dramática, en especial en las excelentes secuencias de Mark Duplass y Katie Aselton (ésta última brillante). En efecto, quizá lo mejor de la cinta es la manera en que se muestran las idas y venidas de ésta relación de pareja, con problemas y vivencias comunes, y que son expuestas de forma natural y creíble.

Un producto indie muy correcto. Buenas actuaciones, en especial la de la prota (Amy), con un buen desarrollo del clímax y un giro de guión que me ha encantado. Quizá se abusa un poco de la estética Mumblegrore, que hace que te marees con esa cámara temblorosa. Es una cinta que explora el drama, el romance, el gore y hasta el psicokiller, pero lo hace de manera muy bien lograda. Me quedó debiendo más del terror.

Destaco también el acertado uso de flashback y su buena duración.

Vamos, que esto del Afro-terror se está saliendo de madre. Montan una película con 20% de terror y 80% de "denuncia" social, para que los progres digan que es una metáfora sobre la emigración, el racismo, el desinterés de Europa por África y no sé qué otro tópico trillado.

Este año me he topado con al menos tres productos de afro-terror en los que no pueden faltar el discurso de victimización de siempre. Y es que yo quiero ver a los actores negros, latinos, blancos, rojos, naranja o del color que sean, siendo humanos, con sus defectos y cualidades, no como marionetas de políticos e ideologías identitarias.

Ahora bien, sobre la pequeña trama de terror que acompaña a la película, hay que decir que en ciertos momentos funciona. Hay un par de escenas bien conseguidas y que son un tanto originales. Quizá haber explotado más el terror, el suspenso, aprovechando la cultura de los protagonistas, hubiese dado un producto altamente recordable.

Las actuaciones de los protas están muy bien, en especial la de Wunmi Mosaku. Me sorprendió gratamente. La duración es la correcta.

Sin más dilación diré que es una película terrorífica. El ambiente de miedo que genera Bertino con un minimalismo propio de The Witch o Hereditary, es de lo que más destaco. La música, los tiempos, el ritmo y las secuencias están muy bien conseguidas.

La forma en que se construye en los personajes la zozobra, la angustia y el miedo a lo que sea que les "acompaña", es otro de los puntos altos del filme. La atmósfera y el escenario en medio de la nada irradia terror.

Aclaro, no soy de miedo fácil, pero pocas películas me han hecho sentir miedo como éste producto. Recomendado.

Emma, una niña "pija" (disece de persona adinerada, presumida) que vacaciona junto a sus adinerados padres en una casa de playa, tiene una crisis creativa como "escritora". Esto parece culminar cuando su madre invita a la casa a un amigo de su juventud, Paul, un artista seductor y enigmático. Emma se dará a la tarea de esculcar sobre el pasado de Paul al tiempo que evitará caer bajo su encanto.

Puedo decir que es un filme que tiene algunos puntos altos. En momentos el enigma que se cierne sobre la figura de Paul logra un ambiente de misterio y suspenso. Además, en algunas secuencias se logra una efectiva tensión sexual entre Emma y el artista, potenciando con ello el hálito de peligro en la relación.

Respecto a la interacción entre los 4 personajes, se evidencian falencias y vacíos que ni las frívolas conversaciones sobre el arte, la literatura, los viajes y el amor, logran llenar. En algunos momentos los personajes se tornan excesivamente insoportables. El personaje del artista se presenta más como una víctima de las paranoias de una joven en busca de una historia que contar, que como un posible victimario.

El final de la cinta deja la sensación que se quedó a la mitad en cuanto a conseguir una verdadera intriga, y que concluye sin que las preguntas que se abrieron al principio lleguen siquiera a una mínima respuesta. Esto es, sin duda, una trampa del guión que al final no se logra superar.