Coproducción hispano-italiana de 1973, en mi opinión es una película algo sobrevalorada, tenía buenas críticas, pero me ha decepcionado. Jorge Grau como director, Lucía Bosé y Espartaco Santoni de actores principales, la cosa prometía. La típica historia de vampiros mil veces vista. Bien realizada técnicamente, personajes correctamente desarrollados, fotografía muy conseguida. Sin embargo se me ha hecho lenta, demasiado larga e incluso a veces pesada, le falta ritmo. He visto bastantes pelis del fantaterror español mejores que esta.

Recomendación con reservas, depende de lo mucho o menos que os guste el género.

La ópera prima de un genio del cine como Alejandro Amenábar. Y se marca un peliculón antológico, de director, guionista y autor de la banda sonora, con 24 añitos y recién salido de la facultad de cine. Acongojante.

Thriller de misterio/terror sobre un tema por aquel entonces casi desconocido: el de las snuff-movies. Argumento excelente, bien dirigido, desarrollo de la trama casi perfecto, personajes muy bien definidos y llenos de matices, escenas realmente terroríficas (miedo de verdad), banda sonora muy adecuada y unos actores que van como un guante a sus papeles: Ana Torrent, a ratos fría, a ratos aterrada, Fele Martínez, siempre entre la cobardía y la curiosidad, Eduardo Noriega de guaperas con mirada inquietante y Xabier Elorriaga, el cínico profesor de cine.

Excelente película de terror, sin zombies, vampiros, espíritus, monstruos, fantasmas, ni nada perecido. Ni puñetera falta que le hace. Solo algo de casquería, la justita y muy de refilón, pero toneladas de talento e imaginación.

Quizá la mejor película de terror de la historia del cine español, junto a "Los Otros", también del genio Amenábar. Y desde luego muy superior a las del resto de directores españoles expertos en el género, como Jacinto Molina, Eugenio Martín, León Klimovski, Amando de Ossorio, Carlos Aured o José Luis Merino. Sólo el gran Narciso Ibáñez Serrador se le puede comparar (y quizá Jaume Balagueró y Jesús Franco, aunque en un escalón por debajo).

Imprescindible.

Qué José Luis Garci es uno de los más grandes directores españoles de la historia no lo puede discutir nadie que entienda mínimamente de cine. Que tiene un estilo propio muy definido y particular, tampoco. Que sus películas son de una factura técnica impecable, con unos guiones bien desarrollados y unas interpretaciones de lujo, lo mismo.

Ahora, que gusten o no sus películas es otra cosa, depende de cada cual. A los amantes del cine bien hecho, de las comedias dramáticas o los dramas con sus pizcas de comedia, del fluir pausado y tranquilo, de los desarrollos psicológicos de los personajes (aunque salgan solo 5 minutos, Garci se las arregla para desarrollarlos), de los apuntes geniales aquí y allá ... pues Garci nos encanta. Para los amantes de la acción a tutiplén, de las ensaladas de tiros, de los apabullantes efectos especiales y de las comedietas zafias y groseras (torrentes, villaviciosas, fugas de cerebros, amantes pasajeros y demás), pues Garci les espanta. Lógico, son universos distintos. Yo incluso diría que, en general, Garci nos gusta a los carrozones y no les acaba de entrar a las nuevas generaciones. ¿Cine de otra época? Puede, pero no tan lejana. En las películas de Garci no encontrarás internet, redes sociales, móviles, "güachap" ni selfies. Ni puñetera falta que hace. Ni hacía.

Película coral, con muchas pequeñas tramas, algunas entrelazadas, otras no, un reparto de actores tan amplio como sobresaliente, una ambientación, fotografía y vestuario de lujo, una dirección detallista ... Me recuerda en muchos aspectos y escenas concretas a "La colmena" (por ejemplo, ese cameo de Fernán Gómez en la tertulia del Café Gijón es un claro homenaje al de Camilo José Cela en el Café Comercial), pero sin tantas aristas dramáticas. Vida dura, muy dura, la de esa época, personajes tristes, pero aquí hay casi siempre su pequeño poso de optimismo y alegría. Típico de Garci.

Las interpretaciones brillantes, como no puede ser de otro modo. Difícil destacar a alguien entre todos, pero quizá los personajes más "principales", al menos por tiempo en pantalla, sean los de Carlos Hipólito, Fernando Guillén Cuervo, Miguel Ángel Solá, Alfredo Landa, Andrea Tenuta, Santiago Ramos, Elsa Pataky y una casi irreconocible Aurora Bautista haciendo de anciana pordiosera (me encanta que las estrellas con un pasado de galán o “galana” se adapten tan genialmente a este otro tipo de papeles en su vejez, muy pocos consiguen hacerlo). Pero también andan por allí Andrés Pajares, Antonio Dechent, María Asquerino, Fernando Delgado, María Adánez, Agustín González, Ramón Langa, Miguel Rellán, Beatriz Rico, Jorge Roelas, Tina Sáinz, Enrique Villén, Luis Varela, Francis Lorenzo, Blanca Oteyza, Iñaki Miramón, Manuel Zarzo, Mabel Lozano … Casi infinito reparto de nombres conocidos. Como en la ya citada “La Colmena”. Señalar también los cameos en la escena de la tertulia del ya mencionado Fernán Gómez con algunos amigos personales del propio Garci, los directores de cine José Luis Merino “Meri” (que ya hizo también otro cameo muy parecido en "El crack") y Rafael Romero-Marchent. Tanto Garci como Merino viven en mi misma calle, por cierto, en el barrio de Retiro.

¿Qué no es película perfecta? Ninguna lo es, ese concepto no existe en la realidad. ¿Qué a todos nos gustaría saber que ocurrió con muchos de los personajes, como el de Elsa Pataky? Claro, pero eso queda a la imaginación de cada cual. En cine un personaje nace y desaparece en la pantalla, lo que le pase después es cosa de cada espectador, que sueñe lo que estime oportuno. Es uno de los encantos del séptimo arte.

En resumen, para mí notable película, sin sorpresas, puro Garci.

Pues sí, tremendo melodramón ambientado a finales del S. XIX, durante el reinado de Amadeo de Saboya y la Primera República, bien interpretado, correctamente dirigido y con muchos más medios que de costumbre para la época.

El guion no es nada del otro mundo pero tampoco es malo, basado en la novela del jesuita Luis Coloma, con la inevitable moralina religiosa, aunque tampoco muy exagerada. Personajes principales bien desarrollados, notablemente interpretados por Aurora Bautista y Jorge Mistral, estrellas de la época. Amplio y competente plantel de secundarios, con Lina Yegros, Jesús Tordesillas, María Asquerino, Juan Espantaleón, Félix Fernández … y como curiosidades unos casi irreconocibles Sara Montiel y un niño llamado Carlitos Larrañaga (sí, el mismo que estáis pensando). La historia es entretenida, no pierde interés durante toda la película, la ambientación y vestuario son de alto nivel, los decorados interiores lujosos muy apropiados y los exteriores del típico cartón piedra tienen el encanto de lo vetusto (a mí me gustan, que queréis). Final lacrimógeno, como es de rigor en estos melodramas, pero coherente con el resto de la película, no desentona.

En fin, se la podía definir como una buena película, aunque quizá sin llegar al notable. Entretenida de ver, tiene su interés. Merece al menos un visionado por parte de los buenos aficionados al cine.

Difícil escribir otra crítica más a este tipo de películas tan archiconocidas y valoradas ¿Que vas a decir esta obra maestra que no se haya escrito ya millones de veces?

Pues eso, obra maestra de Alfred Hitchcock (otra más), guión basado en la gran novela de Daphne Du Maurier, magistrales interpretaciones del atormentado Sir Laurence Olivier, la inocente enamorada Joan Fontaine y de la mala malísima Judith Anderson, buenos secundarios, excelente fotografía en blanco y negro ... En fin, nada nuevo.

Si acaso comentar que la gran protagonista de la novela y por consiguiente de la película, Rebeca, personaje que es el centro de todo y al que todos los demás se supeditan obsesivamente, no aparece nunca, nadie la interpreta ni tiene papel: desde el principio sabemos que está muerta. Esta es una genialidad raramente vista en cine que es achacable a la escritora británica.

En fin, para decir algo mínimante original, comentar que la palabra española "rebeca" que denomina a la chaquetilla ligera para entretiempo que todos usamos, viene precisamente de está película, porque Jean Fontaine la emplea en bastantes escenas de misma. Curioso.