Extraño y bien construido film que al comienzo se mueve en el misterio elegante y pausado, cada vez va dando más paso al giallo y acaba en una orgía pesadillesca de terror y fantasía oscura con ajustados y chulos efectos artesanos old school. Tiene sus pequeñas dosis de morbo, erotismo y alguna muerte truculenta que no podía faltar en una serie B italiana de los 80 y recuerda a Soavi, Lamberto Bava y Pupi Avati, sin olvidar a la mítica "El corazón del angel".
A evitar los que tengan aracnofobia...

Gerard Butler, reciclado hace más de una década en el cine de acción ruda, ya nos ha brindado como productor y actor un buen puñado de joyas que son simples pelis de acción de toda la vida, poca lógica y mucho entretenimiento, además con una calidad muy por encima de la media de lo que se perpetra en éstos tiempos: Un ciudadano ejemplar, Gamer, Objetivo La Casa Blanca -y secuelas-, El soldado de Dios, Juego de ladrones, Copshop...

El piloto, la penúltima que nos ha llegado, es un divertidísimo film de acción y aventuras a la vieja usanza con alma de serie B (25 millones tampoco es mucho) algo de survival, un poco de buddy movie, que va in crescendo en diversión y violencia, aunque en algunas escenas la lógica no es el fuerte del film, si lo es la dirección del francés Richet ( Mesrine, Blood Father) y la carismática pareja protagonista. A resaltar el increíble- pero gozoso- tiroteo y huída del último tercio.

Un Diez negritos en un paraje helado, una clínica de desintoxicación para policías alcohólicos que quedarán aislados e incomunicados por la nieve, acechados por un asesino que los irá matando uno a uno . Imaginad la ilusión cuando a finales de los 90 se anunciaba ésto. Del director de "Sé lo que hicísteis el último verano" y con Stallone y unos cuantos secundarios de lujo. Toda expectativa se fue al carajo: Universal tardó tres años en estrenarla. No pintaba bien. Empecemos: Un reparto muy desaprovechado. El que no desaparece al momento, parece que sea un figurante. Jeffrey Wright está para matarlo haciendo muecas raras que se vea muy loco. Tom Berenger, con lo gran actor que ha demostrado ser en muchas ocasiones, aquí ha venido a cobrar el cheque. Lo mismo se puede decir de un fugaz Stephen Lang, Kris Kristofferson, Robert Patrick y todos los que me dejo. Incluso Stallone está un poco mustio . El film no nos brinda ninguna escena donde alguno de ellos pueda lucirse y el argumento va a trompicones. Quiso alejar a Sly de las explosiones y la acción pero resultó sosa y descafeinada . Le falta de todo a lo grande, pero sobre todo violencia o tensión. Y eso que empieza bien: Un taladro por la mirilla, digno de Dario Argento. Luego apenas se contemplará algún asesinato más, la mayoría son fuera de plano. Tampoco se decanta por a qué género quiere pertenecer: Si a la acción o al psychothriller más cercano al terror. Siendo de la época difícil de su estrella, como mínimo entretiene y es corta. Algo que no puede decirse de muchos thrillers de ahora.

Es una de las menores cintas del maestro que nos brindó obras de arte míticas como La matanza de Texas o Poltergeist. Se salvan pocas cosas de la quema: Brad Dourif en el papel de rarito al que nos tenía acostumbrados, los flashback, en especial el que abre el film y algún fugaz maquillaje artesanal o localización. . .Por lo demás, ni los fx pirotécnicos aprueban, han envejecido muy mal, y lo peor de todo es que no es ni medianamente entretenida ni lo suficientemente loca o salvaje. Los 90 no fueron buenos para Tobe Hooper, esta fue la época de su declive como director, y no fue hasta La masacre de Toolbox (2004) y luego en Masters of horror (2005) que recuperó un poco su energía.

Esta segunda parte de The dead es mucho más trepidante que su predecesora, y como la anterior brilla sobre todo en los momentos de acción o terror. Por momentos, como aquella, recuerda a los spaguetti zombies rodadas por Fulci o Lenzi, pero también a la serie B de videoclub de los 90. Con un marcado tono dramático y pesimista, tiene un acertado protagonista que lleva todo el film y unos maquillajes artesanales simples pero efectivos. Buena fotografía, buen ritmo y con momentos emocionantes. Puede que su argumento no sea nada original, pero está todo bien llevado. No se entiende la baja puntuación.