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Críticas de Santiago López
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Críticas 39
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
4 de septiembre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras contemplar dos espectaculares realizaciones como lo fueron Being John Malkovich y Adaptation., Spike Jonze parece dar el primer paso en falso con Where the Wild Things Are, adaptación homónima del libro de Maurice Sendak. No es que Jonze carezca de la frescura de sus trabajos antecedentes. El realizador posee un estilo propio que hace que lo que se vea, mas allá de que guste o no, jamás pase desapercibido. Mientras que en Being John Malkovich y Adaptation. se preocupaba por las metanarraciones -en colaboración con Charlie Kaufman-, con la adaptación del libro de Sendak parece quedarse en un territorio demasiado amargo y que pedía a gritos mas. La película está bien hecha, pero nunca apasiona. Se vuelve lenta, curiosamente, cuando tendría que volverse interesante: el encuentro de Max con las criaturas imaginarias. Falla en el acomodo emocional entre historia y espectador. Carece del sentido vital de toda película: conectarse sentimentalmente. Vemos todo lo que le pasa a Max al igual que a los monstruos -cambios de carácter, apego, caprichos-, pero se falla al intentar transmitir algo aparentemente sin importancia: un trasfondo que tenía que ser tan vivo como el paisaje geográfico que se muestra. Me quedo con la excelente fotografía de Lance Acord y el casi artesanal diseño de las criaturas, que se nota que están hechas con "amor" y dedicación. Jonze, que es proclive a arriesgar en las narraciones, aquí pone un freno importante, aún teniendo a los personajes mas peculiares de su filmografía: monstruos, quizás mas que los que fueron interpretados por Nicolas Cage o John Cusack.
Where the Wild Things Are se queda a medio camino entre el drama sobre la exploración de nuevos horizontes imaginarios, la aventura que conlleva la ubicación de la mente infantil en un mundo a primera vista excéntrico y una historia medianamente entretenida.
Santiago López
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9
18 de agosto de 2013
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casas embrujadas, personas poseídas, exorcismos violentos, el bien y el mal. Temas tan tratados en el cine -sobre todo en el género de terror- que sin pensarlo pasan de ser clichés a tornarse esenciales. Para dar miedo en el mejor de los casos. O para defraudar, en el peor de los otros. Desde ese punto de partida es que James Wan intenta prometer. Para muchos este punto de partida es bastante trillado. Para mí, sigue causándome atención. Y con The Conjuring me va a seguir cautivando aún más en próximas ocasiones. Porque éste es sin duda alguna el espectáculo más aterrador y hechizante de la temporada. Tras tantas desilusiones hollywoodenses, surge The Conjuring para hacer pasar en casi dos horas una de las experiencias más inquietantes y gratamente sorprendentes del cine de terror no de los últimos años, sino de la historia. Ah sí. Sin miedo a exagerar, esta cinta proporciona de los mejores y más estudiados sustos que el cine del género pueda ofrecer. Así como una comedia si no hace reír es una porquería, un filme de terror si no asusta es del mismo hilo. Y la película de Wan no asusta. No. La película de Wan te congela hasta el alma.
Wan es un realizador muy astuto. Sabe cómo asustar. Y sabe cómo no hacerlo. Y a su vez, sabe con entretener. Si bien es cierto que Insidious fue un acto fallido, la primera Saw sigue siendo de lo más interesante en materia de thrillers de suspenso en años. ¿Por qué digo que Wan sabe como asustar? Porque utiliza el terror del 1, 2, 3. Nunca le puedes adivinar un susto en toda la cinta. Te sorprenden de forma que no ves venir. Ni a la primera ni a la segunda. Te engaña y te azota con miedo y paciencia. Y así toda la película. Para bien del público que aprecia el verdadero terror.
Quiero destacar también la notable recreación setentera de época que el diseño de producción realizó, sumado a una fotografía fría, desoladora y casi que inhumana con sus imágenes de color terruño.
Por último, así como los objetos -sean muñecas con cara fea o cajitas de música tétricas- son conductos para el actuar de los espíritus, la película sirve de conducto para el lucimiento de una concentrada interpretación de Vera Farmiga con un papel e interpretación esencial, y del elenco secundario también, estando en sus papeles cada uno como pieza fundamental en su justa medida.
The Conjuring es una gran e inteligente película de terror. Entra en el panteón de las películas más acertadas en el género ya no de los últimos años, sino de la historia. Gran interpretación, mejor guión y una hábil y tramposa labor de James Wan para crear tensión horripilante. La mejor película en lo que va del año sin duda alguna (18/08/13).
P.D.: grábense esto: habrán películas infinitamente inferiores en los Oscar de éste año. No hace falta ni adivinarlo.
Santiago López
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Exit Through the Gift Shop
Documental
Reino Unido2010
7.6
14,338
Documental, Intervenciones de: Thierry Guetta, Banksy
8
19 de junio de 2013
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La ópera prima de Banksy desde ya nos plantea dudas tales sobre si esto es en verdad una ópera prima, una película o una broma, y sobre quién es Banksy y que significa su posible mito. Exit Through the Gift Shop es un documental que recoge tres importantes ítems para entender su óptica: definir al arte como dedicación constante, a lo urbano como un lienzo dispuesto a absorber los trazos y a la fama como el lienzo sin dedicación, es decir, sin arte alguno. El filme no llega a la hora y media de metraje, pero igualmente basta para que recree en su primera hora el street art, sus integrantes, la significancia del movimiento y la concepción de arte y esfuerzo. Cabe aclarar que no es una película sobre Banksy. Por eso, en paralelo se relata la carrera artística vertiginosa que Thierry Guetta logra, como se dice en el ¿documental?: "saltandose todos los pasos". Guetta es un conejillo de indias que decide experimentar por interés propio el mundo del graffiti siguiendo a grandes como Shepard Farey, Invader o incluso el mismísimo Banksy. Y termina succionando ideas mas que aprendiendo algo sobre arte. Así nace Mr. Brainwash, más una creación del consumo que apunta directamente a lo económico que una creación que apunte a la transgresión artística. Está bien, Mr. Brainwash realiza una exposición con cientos de obras. Si. Pero, ¿es tan original como aparenta ser? ¿sabe que es una lata gigante de dos metros y que representa? ¿sabe lo que hace Andy Warhol con una lata gigante de dos metros? Ahí está la razón de ser sobre Exit Through the Gift Shop. El arte es un chiste en manos de ciertas personas (tal y como explica Banksy encapuchado y con su voz distorsionada). Y lo peor de los chistes es que no son chistes a veces (como otro entrevistado dice en éste documental). Así, la ascendente carrera de Guetta lo hace nada más que convertirse en Mr. Brainwash. Consigue un nombre, no un mito. Y termina mas cerca del "gift shop" (la tienda de regalos) que del propio museo. Y Banksy siendo ese posible mito hace lo más raro de la película: dirige a Guetta para que Guetta muestre en sus horas y horas de grabación enfermiza a los mitos de la calle. Es decir, Banksy dirige a quién lo dirige a él (A Banksy film nunca sonó tan raro) De ahí nace la principal duda sobre lo que se ve: ¿esto que es? ¿Es un documental sobre el arte, un falso documental sobre los "hacedores del arte" o una farsa tremendamente guionada y actuada? Juzguen y vean por ustedes mismos. Mientras otros documentales se jactan sobre entrevistas e imágenes de archivo para causar realismo, Exit Through the Gift Shop se jacta sobre si esas entrevistas e imágenes, primero que nada, son reales y luego realistas.
Santiago López
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8
17 de junio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drive se establece como una fuerza de estilo magistral. Una película hecha desde el más importante concepto de vanguardia y estilización cinematográfica. La obra de Nicolas Winding Refn -cuyo antecedente Bronson, del año 2008, es de visionado crucial para entender la grafía de su impronta visual- es una película estupenda, no sólo porque homenajea al estilo noir con calidad, sino porque también seduce y atrae con su fuerza lacónica, el poderío imaginativo de sus escenas y la recreación del sentido de la venganza, la subversión y -desde una óptica absolutamente atípica- del amor. En Drive hay poco y nada de acción -sólo una escena de persecución resuelta con estruendo-. Pero hay mucho más tiempo -y eso es lo plausible del filme- para otro tipo de acción: la poética. Lo sublime resulta no la violencia, pero si la violencia enmarcada en el contexto emocional de su protagonista. Ryan Gosling es más que un personaje sin nombre con su Driver, un personaje sin palabras y sin calor humano, algo asombroso en la creación de su reservado caractér. Sufre con la violencia, pero no se nota. Siente con el amor, pero parece no interesar mucho a la idea principal del filme: marcar estilo. Marcar presencia con su aire desolador, con su paisaje ultra violento y modernista de la venganza, la muerte y la soledad infernal de sus protagonistas. Siempre la soledad presente, para desembocar en una mirada triste y sin piedad sobre el ser humano y su arte, manera y modo de volverse un monstruo activo escondido de un ser absolutamente pasivo e indiferente. Una transformación que en Gosling se nota con creces. Porque en el fondo todos nosotros sabemos que somos tan parcos y tan solitarios como nuestro conductor.
Sumado a ello, la labor técnica y visual es absolutamente desconcertante. Las imágenes recogidas por Newton Thomas Sigel son de una belleza increíble. Hace que la violencia nos seduzca, como dije antes, y que el poderío de sus escenas resulte hipnótico.
Drive, más allá de ser una de las mejores películas que recrea el noir en nuestra realidad cinematográfica contemporánea, es también una de las películas más arriesgadas y desconcertantes de los últimos años. Una desmesura visual y técnica admirable. Un logro del danés Refn cuyo objetivo se cumple de maravilla: establecer un enclave perturbador que abre polémico debate sobre como a veces la violencia y la indiferencia se pueden volver hermosos de apreciar. De sentir y de oír. Una gran e increíble película de colección en su estilo y su vanguardia.
Santiago López
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7
13 de junio de 2013
94 de 133 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muchos decían que no era necesaria una nueva versión. Otros, que era prácticamente imposible que Superman alcance la misma línea y perfil que alcanzó otro personaje de DC Comics: Batman y su fulminante trilogía Nolan. Hablando de Nolan, muchos también, hubieran preferido verlo dirigiendo a él y no a Zack Snyder. Aún así, más allá de estas conjeturas, decir sólo que Man of Steel resucita al héroe es quedarse corto. Realmente es quedarse corto. Tras el fiasco aburrido que resultó ser Superman Returns en 2006, hoy Superman vuelve a colocarse en la línea de primer nivel de superhéroes. Hoy, el hombre de acero vuelve a ser nuestro héroe. Volvemos a creer en él.
Si bien en sus casi dos horas y medias de duración la cinta puede encontrarse pesada, o incluso exagerada en algunos momentos debido a su grandilocuencia visual, no es estúpido decir que es éste el blockbuster por el que se estaba esperando éste año. Más allá del gran elenco secundario -una colección de nominados al Oscar-, Henry Cavill con traje y capa vuelve a hacer que el hombre de acero funcione y se vuelva creíble. Tras la mala experiencia de Brandon Routh, realmente Cavill se vuelve colosal. No ofrece una interpretación genial, pero si es impactante su transformación en lo que todos queremos ver: un héroe. El héroe que ésta franquicia de DC Comics pedía a gritos.
Una aclaración: no es la nueva Batman. Batman es Batman. Y más allá de que Christopher Nolan la haya producido y escrito la historia -no el guión, que es distinto-, no es tan oscura ni tóxica como la renovación que tuvo el hombre murciélago en estos últimos diez años. Se nota la mano de Snyder a la hora de plasmar el estilo gráfico de contar historias, no tan aplastante como en Watchmen o 300 pero si aportandole seriedad y convicción cinematográfica. Éste Superman tiene poco y nada de aniñado, y aunque se lo muestre en sus primeros años, es una visión que no deja de ser adulta.
Como dije antes, Man of Steel no será la mejor película del año seguramente. Pero si será el blockbuster de la temporada que uno estaba esperando hace tiempo -mas aún los fanáticos rabiosos del héroe- y el que mas se dejará ver, oír y apreciar con un gran sentido del entretenimiento, del espectáculo y de la emoción, sin que nada se note falso. Superman ha vuelto. Y para quedarse como se lo merecía.
Santiago López
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