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Seychelles Seychelles · Vigo
Críticas de Duque
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Críticas 18
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
22 de agosto de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allen ha conseguido que saque su polvoriento VHS del estante por mera curiosidad. Ansias tenía de desmitificar la sobrevalorada obra del tipo. Se me cayó el alma al suelo en el primer minuto de película. El cabrón sí se merece el mérito por esta.
Música maestra y las postales más bonitas de Nueva York como secundarios de la tragicomedia en la que se sumergen los realistas personajes, todos listillos adinerados bastante irreflexivos, cínicos, egoístas y patéticos. La historia me hace suponer cierto desprecio de Allen hacia la clase alta -cito textualmente- "pseudointelectualoide" con la que seguramente suele codearse en fiestas privadas. Tristemente es un retrato de la realidad de todo aquel que alguna vez se haya emborrachado de más con el cubata del amor informal. Logra, con buena nota, que nos identifiquemos con estos precursores de gafapastas sexualmente hiperactivos.
Entre chistes fáciles de psicoanalistas, drogas legales, divorcios múltiples, sexo, cáncer, judaísmo, neurosis, literatura, la caja tonta, cineastas, músicos y demás sarcasmos audaces me sentí muy cómodo admirando las luces y sombras de los habitantes de la Gran Manzana a través de los exquisitos planos estáticos, casi teatrales, sostenidos por el trípode inamovible. No es una genialidad de guión (más bien es una excusa en forma de culebrón flojo para vendernos una serie de estampas de la ciudad), pero sí ingeniosa, elegante, sutil y sincera.

Preciosa, simple y corta. La volvería a ver cien veces más sólo por las siluetas a contraluz del planetario y el omnipresente perfil de neón de Manhattan.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Duque
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4
22 de agosto de 2009
4 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya veo ese cartel inminente: plano general con Ellen Page en el centro de la imagen y de frente a nosotros, caracterizada como esa Caperucita revolucionaria, rodeada por la escala de grises y marrones de un bosque estadounidense -quizás en Maine (véase Stephen King)- en pleno otoño, con miles de hojas secas esparcidas por el suelo húmedo. Las copas desnudas de los árboles dejan pasar una luz tenue bajo nubes que presagian una lluvia muy estética. La niña -ejem- está estratégicamente situada en medio del lazo de una enorme trampa para "conejos". Como detalle perturbador, del bolso de la muchacha asoma el morro ensangrentado de una motosierra (inmediatamente el cartel es censurado por alguna asociación de padres histéricos para no herir la sensibilidad de unos retoños que jamás verán la película y se sustituye la sierra mecánica por la culata de una escopeta de caza, mucho menos violento. ¡JUAS! Perdón por el exabrupto). No descartaría una secuela. ¿Si American Psycho la tiene, por qué esta no?
Hard Candy es otra peli de terror al uso, con todos sus ingredientes: una historia sencilla sobre un psicópata histriónico de apariencia chocante que se ceba, empleando métodos hilarantes y poco ortodoxos (véanse Jason y Michael Myers), con los indefensos deshechos de la media/alta sociedad americana; antes drogatas, empollones, boy scouts, capitanes del equipo de fútbol y animadoras, y ahora, que somos más progres y correctos, desviados sexuales y pervertidos varios. ¡El género de terror tiene que adaptarse a los tiempos que corren!

Ahora vayamos con la crítica usual:
La fotografía del filme es notable y se emplean planos atrevidos, a veces totalmente innecesarios, pero buenos al fin y al cabo. Cabe destacar la secuencia de créditos de inicio, que me recordó a un Hitchcock pasado de anfetas.
Es muy meritorio que la película se haya realizado con los mínimos recursos: escenarios escasos y un reparto que se puede contar con los dedos. Es un negocio rentable, por lo que veo.
Las interpretaciones patinan con gracia, pero los actores resbalan y se dan de morros contra la pista por culpa de unos personajes irreales y superficiales.
Sin embargo hay un PERO mayúsculo, que es el intragable guión. Al principio tenemos en mente una historia de venganza llena de putadillas menores, hasta que la cabeza del guionista se calienta de ciega ira adolescente y manda este cuento invertido a tomar por saco. Una cinta prometedora acaba sucumbiendo entre incongruencias, momentos ridículos, "gore psicológico", personajes profundos como charcos y una amoralidad casposa. Así la experiencia en la butaca o en el suelo del salón (mi caso) se vuelve predecible y aburrida.

En fin, que pudo haber sido algo más de no ser por un guión poco elaborado. Lo único que logra es el arte visual y prendar a muchos espectadores con las filigranas de la cámara y esa protagonista admirable con pretensiones de ser normal frente a un malo artificialmente patético e idiota. Yo no me lo trago.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Duque
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5
17 de agosto de 2009
29 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejando de lado el mensaje general que intenta transmitir la segunda parte de la trilogía abanderada de Kieslowski, ese segundo principio revolucionario de egalité tan difuminado; el filme del polaco, aún lleno de momentos ingeniosos y sorprendentemente emotivos, deja al espectador bastante frío al final. La cinta esconde en el tintero cientos de interrogantes que nunca son respondidos, quizás proponiendo que "saboreemos el misterio". Los misterios son fascinantes, sí, pero sólo si son sobre el propósito de la existencia, no sobre la procedencia de miles de dólares ahorrados por un modesto peluquero en principio arruinado, por poner un ejemplo.
La fotografía y las localizaciones siempre son preciosas, por supuesto; desde las hermosas calles parisinas hasta las frías y sobrias ciudades de Polonia. Eso sí, se echan de menos los encuadres atrevidos y los travellings veloces.
Cabe destacar la interpretación de los actores, muy creíble. Sin embargo sus personajes fingen poseer una profundidad que jamás se revela más allá de unos tormentos sin causa aparente (Mikolaj) o resultan totalmente paradójicos e insostenibles (Dominique y Karol). ¿Todo por qué? Porque el guión, amago de "comedia negra amorosa", es ridículo, desganado y, se diría, improvisado.

Un intento pasable que queda muy por debajo de su predecesora Azul, muchísimo más elaborada en todos los sentidos (¡Esa música!).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Duque
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