En la costa alemana del Mar Báltico, Leon (Thomas Schubert) se dirige con su amigo Felix (Langston Uibel) a la casa de campo de la mamá de este último. La idea es pasar unos días disfrutando del mar y de la tranquilidad del lugar, pero sobre todo buscando inspiración para trabajar. Leon está terminando su último libro y espera la llegada de su editor Helmut (Matthias Brandt), mientras Felix deberá preparar un portafolio fotográfico.

La placidez del lugar se verá alterada por dos eventos: primero, una serie de incendios forestales que afectan la zona; y segundo, la presencia de Nadja (Paula Beer), una bella joven que desestabiliza a Leon, el protagonista del filme. A ella se suma Devid (Enno Trebs), un atractivo rescatista local.

Conforme avancen los minutos, Leon se ve inmerso en una situación cada vez más compleja, con respecto a su novela, no logra avanzar ni recibir buenos comentarios, en cuanto a Nadja, siente una extraña atracción por ella desde el momento en que la vio, a pesar de que ella es motivo de ese quiebre idílico que pretendía alcanzar en este lugar, a tal punto que es risible ver su actitud.

Christian Petzold mantiene su altísimo nivel a cada filme. Fiel a su costumbre, escribe el guion de la película, logrando concretar una historia sencilla en un momento donde el cine a menudo se llena de parafernalia, escándalo y explosiones. A Petzold realmente le interesa contar una historia y que sean sus personajes y diálogos los que lleven el largometraje adelante.

Roter Himmel es una obra que no se encasilla en una sola idea. Mientras se observa, cuesta dilucidar si es un drama, un romance, una historia de celos, amistad, naturaleza, hedonismo o la búsqueda de inspiración artística. Todo se compenetra de gran forma, los hilos narrativos se juntan para dejar una marca, convirtiéndose en toda una experiencia. A pesar de su supuesta sencillez, el clímax y desenlace son duros.

A nivel mundial, la película es conocida como Afire, aunque Roter Himmel es un título superior. Ese cielo rojo visualizado en un par de secuencias que muestran los incendios forestales a lo lejos, como una lejana pintura de la que no hay que olvidar, está en movimiento.

Koli (Nik Xhelilaj) es un joven estudiante universitario que vive en Tirana, capital de Albania, se trasladó tiempo atrás para poder terminar sus estudios debido a las dificultades de hacerlo en el pequeño pueblo rural del que es originario. Un día su citadina vida sufre un revés cuando llega a buscarlo su cuñado Roku (Bruno Shllaku), que llega con la noticia que su padre a muerto.

Ambos vuelven al pueblo para ser parte de las honras fúnebres, al poco tiempo, Kali se va a dar cuenta de que sobre su familia pesa una vendetta familiar que se ampara en un viejo código montañés llamado Kanun, su padre nunca sufrió la venganza de la otra familia por ser un hombre lisiado, pero al morir, esta le caerá al protagonista por ser el siguiente en el linaje masculino.

Gjälle es el filme más reconocido del cineasta Artan Minarolli, es también el encargado de escribir el guion, trae consigo una historia donde el realizador desea abordar y contraponer dos realidades de su país, Tirana, vista como la ciudad moderna y más liberal, frente a los poblados más rurales y con tradiciones arcaicas.

La película se construye como una comedia dramática, que no es para nada sobresaliente, tiene sus buenos momentos y un desarrollo correcto, pero no deslumbra, el cierre se muestra un tanto inconexo con el resto del filme, pero se puede obviar de acuerdo al homenaje que el realizador deseaba plantear.

Producción checa-italiana que sigue parte de la vida en Italia del afamado compositor checo de segunda mitad del siglo XVIII, Josef Myslivecek (Vojtech Dyk), específicamente desde 1765 hasta su fallecimiento en 1781. Su estancia principalmente en Venecia, donde ante dificultades iniciales comenzó a labrarse un nombre que lo llevaría a lo más alto de la escena musical y de la élite de la sociedad del momento.

En su camino por Italia, su vida se vio sumida en distintas mujeres, las más relevantes y que de una u otra forma moldearon de mayor forma su estancia ahí fueron la marquesa (Elena Radonicich), mujer fuerte e independiente, Caterina Gabrielli (Barbara Ronchi) soprano, máxima exponente de la época, y Anna Fracassati (Lana Vlady), la que se convertirá en su gran amor imposible.

Il Boemo es una ambiciosa producción, que busca rescatar un personaje un tanto olvidado y del que se sabe poco, un fuerte drama de época lleno de música y hedonismo por doquier, hecho que va a marcar al protagonista y que se deja ver en los primeros minutos del filme, como se encuentra enfermo y en la miseria a pesar del éxito abrazado en años previos.

Petr Vaclav es el encargado de llevar la dirección de este filme, con escenarios reales logra trasladar al espectador a la época, esto junto con el vestuario y los peinados son claves, Vaclav es también el escritor del guion logra manejar bien la historia en ocasiones llena de excesos, con varios números musicales, representaciones de las obras del compositor que bien valen la pena.

Vaclav realiza un gran trabajo con su cuerpo actoral, Dyk se va entremezclando de forma acertada con cada personaje que se topa, se ve imponente en su trabajo actuando en un idioma que ni siquiera manejaba, lo que le da un plus, sin duda, el ser músico ha hecho que funcione a la perfección y que sea completamente creíble.

Il Boemo resulta ser ambiciosa, como se ha dicho, pero que no se lea esto como algo negativo, porque se está ante una obra valiosa, tanto por el rescate de la figura del compositor, como por mostrar e interpretar trabajos que estaban prácticamente olvidados, debido a que es probable que no hayan sido interpretados al menos en un par de siglos.

Luego de once años el cineasta danés Nikolaj Arcel se vuelve a juntar con la máxima estrella del cine de dicho país, Mads Mikkelsen, tras la exitosa colaboración que tuvieron con En Kongelig Affaere (La reina infiel, 2012), regresan con otro filme histórico ambientado en el siglo XVIII, drama de época con una gran ambientación basado en la historia real de Ludvig Kahlen (Mads Mikkelsen).

El filme se ambienta en un momento donde la corona danesa en la búsqueda de recaudar impuestos, propone que haya colonos que vayan a trabajar las tierras salvajes de la península de Jutlandia, el complicado clima, los bandidos que merodean la zona y la infertilidad del suelo, hacen que la labor sea prácticamente imposible y que nadie se lance a semejante aventura.

Nadie excepto Kahlen, un hombre en busca de reconocimiento, que es el bastardo que le da el título al filme, con el objetivo final de convertirse en un noble gracias a sus labores en este lugar. Sin embargo, además de las dificultades ya mencionadas, el protagonista se va a topar con su rival más fuerte, Frederik De Schinkel (Simon Bennebjerg), noble y único propietario de la región que reclama las tierras como suyas.

De esta forma se va desarrollando el filme, como Kahlen le hace frente al inhóspito paisaje y a tan despiadado personaje, mientras en el camino se va marcando su vida personal por la llegada de la criada Ann Barbara (Amanda Collin) y la pequeña Anmai Mus (Melina Hagberg), una niña señalada como maligna por su color de piel.

Bastarden está basado en la novela Kaptajnen og Ann Barbara (The Captain and Ann Barbara, 2020) de la escritora danesa Ida Jessen, con guion del propio Arcel junto con Anders Thomas Jensen, una obra con un tinte de época bien marcado, que sobre el último tramo parece beber del western de venganza, bien hilvanado y que avanza con buen pulso durante su metraje.

Albania, 1991. Justo después de la caída del comunismo en este país, dos comerciantes italianos se acercan para invertir y sacar provecho económico de la necesidad de la población, estos son Fiore (Michele Placido) y Gino (Enrico Lo Verso). Para tener credibilidad y empatía con las autoridades tanto de Albania como de Italia, la idea es tener a un local que sea un títere, este lo encuentran en Spiro (Carmelo Di Mazzarelli).

Spiro es una persona mayor, con una clara inestabilidad propia de la edad, con signos de demencia, siendo también un tipo que pasó varias décadas encarcelado por estar encontrar del régimen comunista y con una historia aun más amplia que se va develando con el pasar del metraje, su extravío y posterior búsqueda de parte de Gino va a ser lo que mueva buena parte del filme.

Lamerica es el filme más exitoso y reconocido en la carrera del cineasta Gianni Amelio, siendo esa década de los noventas donde alcanzó mayor notoriedad, esta película le valió el premio Osella a Mejor dirección en el Festival de Venecia, escribió el guion junto con Alessandro Sermoneta, con quien había trabajado previamente, y con Andrea Porporati, en la que es hasta el momento su única colaboración.

Lamerica teje su trama alrededor de la situación albanesa durante la década de los noventa, el trauma económico, social y cultural vivido tras la caída del comunismo y la llegada de un nuevo régimen, siendo estos años bastante convulsos en este país de los Balcanes. Existe un esfuerzo bastante efectivo por contextualizar la parte histórica, incluso al inicio del filme hay un corto que detalla las relaciones entre Italia y Albania a partir de 1939.

Amelio muestra una Albania derruida tras casi medio siglo de comunismo, pero sobre todo por un régimen tiránico y cerrado como el del dictador Enver Hoxha, con una población desesperada por trabajo y comida, con personas pidiendo y viendo la migración a Italia como la salvación de todos los males, siendo claramente los italianos, personas de admirar, situación que vive Gino pero que se va a revertir en algún momento.