Tristán Ulloa y Unax Ugalde representan dos actitudes opuestas ante un mundo en el que no parecen encajar. Uno rompe se revela y se dedica a vivir la noche y el otro se convierte en molde sin personalidad en donde su padre esculpe todas sus ambiciones en la vida. Un buen día eses dos tipos de vida chocan para conformar esta película. Como ya han reseñado en otra crítica lo mejor de la película: la buena interpretación de Ulloa.

La verdad es que no podemos negar que la traducción hispana del título en cuestion le viene al pelo a la película, y es que Rita Hayworth, al igual que Marilyn o Audrey Hepburn, es de esas actrices que trascienden lo meramente lógico en su profesión para convertirse en verdaderos iconos para muchas generaciones, que vivieron, viven y vivirán ese desparpajo natural ante las cámaras que a todos nos parece hipnotizar. Fuera de todo esto la película no es que valga mucho y a buen seguro que caería en el olvido sino fuera por el acierto de contar con Rita Hayworth.

Se ve que la crisis llega también a los grandes estudios cinematográficos, y es que paradójicamente las aventuras de estos graciosos chimpancés espaciales, que precisamente nos relatan el avance tecnológico del ser humano, cuentan con una tecnología infográfica bastante inferior a lo que las películas de animación nos tienen acostumbrados últimamente, y es que pese a que los cinco chimpancés estén bien diseñados el resto de personajes y decorados parecen legados de los métodos informáticos de hace quince años. Por lo demás la historia resulta bastante insulsa, pese a ser una película infantil se le podría haber sacado mas "miga".

Rodada cámara en mano y con actores amateurs, "Le sable" parece recoger el legado del extinto movimiento Dogma 95, creado años atrás por controvertidos directores, decididos a romper con el cine establecido por las grandes compañías. La historia se centra en un verano parisiense. Nos muestra el bello París de las riberas del Sena. Un París que, como no, esconde una historia de amor, una más entre tantas, que no por ello deja de ser especial.

Temprano ejemplo de documental bien rodado del que a buen seguro el especialista de le época Robert Flaherty ("Nanook el esquimal" o "Tabú") estaría encantado de haber firmado. Cine vanguardista europeo de nivel como respuesta escandinava a las nuevas tendencias expresionistas que aparecen por aquel entonces en la vecina Alemania, el cine propagandístico soviético o tras el apogeo del cine de D.W. Griffith al otro lado del océano.