Para ser una película comercial que repite uno por uno todos los tópicos esperables (y en esto da igual que se trate de Hollywood o Bollywood), tengo que decir que me resultó más entretenida y pasable que otras películas del género, quizás porque la vi con gente india y porque transcurre en España, además de porque la canción de "Señorita" (por ridícula que parezca) engancha y tiene su gracia. Con todo, no es recomendable para quienes no amen las típicas películas llenas de tópicos (a no ser que les haga gracia saber cuáles son los tópicos españoles).

Película tontita que incluso tiene que recurrir a los trucis cómicos más simplones, como golpes o bostezos. Resulta tan inverosímil el odio entre los padres y el hijo, así como la actitud calmada del hijo, que uno se aleja de la historia sin remedio. Los histrionismos de los actores que hacen de padres sólo empeoran las cosas. Lo único salvable, a diferencia de las otras críticas, creo que es el final anticlimático.

Desde el principio de la película sabemos que el drama girará en torno a la muerte del hijo (aunque sólo sea por haber leído la sinopsis), por lo que uno podría esperar un drama lacrimoso que buscara la lágrima fácil. No es así. Al igual que el hijo, que se sumergía en las cuevas del mar, y del padre, que lo hacía en los problemas de sus pacientes, aquí Nanni Moretti profundiza de forma muy sincera en el dolor de los familiares (aunque se excede en el protagonismo dado al padre, interpretado por él mismo). Y de ello resulta una película que, si bien no deja de ser emotiva, sobresale precisamente por lo que tiene de indefinido, esa sensación de pérdida y de vacío que se expresa mejor en las dudas y silencios que en los grandes gritos y escenas lacrimógenas.

La película me sorprendió por ser muy diferente a lo que había esperado. Creía que se trataba de un amable cuento de hadas sobre la relación de un viejito que cuenta historias a los niños de su barrio, pero resultó ser un drama social que presenta con dureza los problemas que afrontan cotidianamente esos niños. Los mejores momentos es cuando se evade el maniqueísmo y el benéfico abuelito no parece sino empeorar las cosas (como al comprar las galletas que debe vender el pequeño Tareq), aunque me sobra la intervención de una suerte de "Deux ex machina" en la figura de la piloto, cuyos pretendientes sí caen en el tópico (y no será lo único tópico en la película). En general, una película interesante, sin llegar a ser brillante.

Lo realmente genial de esta película es como te mantiene todo el tiempo en tensión, pero no tanto por los avatares del secuestro sino por la muy polifacética y cambiante visión que vamos adquiriendo sobre la profesora y los muchachos, hijos de inmigrantes sin ningún interés por la clase. Lo de menos es el suspense (aunque sirve bien para mantener el hilo), la idea es realmente interesante (con esa profesora obligando a los estudiantes a aprender a punta de pistola), pero lo que realmente te deja en "shock" es la muy compleja manera de presentar los problemas de integración intercultural, sin maniqueísmos ni moralinas.