Aviso: abstenerse quien cada vez que entre en una sala aspire a ver una película que cambie la historia del cine. No sé por qué tiene la etiqueta "indie" (¿será que no la producen los grandes estudios?), pero es una historia con vocación de llegar al gran público. Y lo consigue, claro, porque cuenta una peripecia con la que resulta fácil la empatía (y, sobre todo, la antipatía por las dueñas de unas casas en las que el ambiente es de asfixia total). No elige para la crítica la dureza de "Arde Mississippi" o de "El color púrpura"; referencia lo mejor de "Tomates verdes fritos", y recuerda la insólita amistad y la callada lealtad de "Paseando a Miss Daisy". Aborda la diversidad racial de EE.UU. con una óptica diferente a la de Spike Lee, por ejemplo, y elige para la crítica (porque, desde luego, toma postura) la ridiculización de las "niñas que las criadas mimaron y quisieron, sólo para que de adultas se volvieran como sus madres" (Viola Davis). La verdad es que lleva el sarcasmo hasta la caricatura, pero curiosamente no desentona. Gran película de actrices, muy bien Emma Stone y sobresalientes sus dos gargantas profundas, esos asombros de actrices llamadas Octavia Spencer y sobre todo Viola Davis: nadie llora como ella en el cine actual, ¿la recordáis en "La duda"?. Lástima de Sissy Spacek, ¿por qué una actriz como ella acepta un papelito como éste?. Desde luego, cine que envejecerá bien, y que es el tipo de película que se debe recomendar a la gente de unos 15 años, cine que ayuda a crecer como espectador, a preguntarse por qué el mundo es como es y de dónde salen las noticias del Telediario...