Homeland era la gran serie del momento cuando aterrizó en la pequeña pantalla. Bebiendo de las fuentes conspiratorias y paranoides de otra gran serie, su prima "24" (sus creadores y guionistas también están metidos aquí), pero haciéndolo hiperrealista y no centrándose demasiado en la trama política, sino en el devenir de los personajes y en sus situaciones. Realmente genial carta de presentación: una primera temporada inquietante y casi magistral. Los personajes estaban vivos y había momentos de auténtico infarto (la revelación en "El fin de semana" o el búnker en "Marine uno").
La segunda temporada cruzaba la línea y se la jugaba a una carta, pero de manera muy satisfactoria. Para mí, tan genial como la primera pese a las críticas que la cayeron. Los personajes seguían evolucionando y yendo camino a un final apoteósico ("Olor a coche nuevo", "Q & A"). Termina la temporada y siguen siendo sobresalientes altísimos.
Entonces llegó la tercera en discordia. Y he aquí en donde nos damos de bruces. Como en muchas sagas o trilogías, la tercera tanda de episodios de Homeland han logrado desestabilizar la serie casi por completo. Los personajes se encierran en sus propios callejones y bucles repetitivos (la más destacable, una muy buena Claire Danes que abusa de la sobreactuación y de "estoy loca" continuamente) e incluso se pierde la trama principal para dar paso a secundarias que ni gustan y enganchan bien poco. La tanda final de episodios están muy bien. Pero también tienen su problema en la final de temporada (que bien parece una de serie).

Homeland, la gran serie que se convirtió en una más y destrozó su nota media (al menos para mí) por culpa de la avaricia del éxito y de no saber concluir una gran historia (o al menos cortar a tiempo).