1) Los científicos se quitan el casco porque dentro de la nave alienígena la atmósfera es respirable. Puede ser una temeridad, pero los humanos se dejan llevar a veces por su entusiasmo y de todas formas no afecta para nada al devenir del film ni al contagio que luego sí se da por otros medios.

2) Que el geólogo se pierda en aquella oscura y uniforme edificación extraterrestre podría deberse al nerviosismo o al miedo. Tampoco es tan difícil echarle un poco de imaginación coherente al asunto, no criticar por criticar.

3) En cuanto al biólogo también huidizo, recordar que al principio este personaje es presentado como un tanto infantil, por lo que no es descabellado pensar que no escapa de la extraña culebra: primero porque no se muestra agresiva (por lo menos al principio); segundo por su reducido tamaño, lo que puede dar cierta seguridad; y tercero y sobre todo debido a su pasión por la biología, que acaso le lleva a cometer tamaña imprudencia. Lo dicho, sólo hace falta un poco de coherencia imaginativa. ¡Y darle un poco de más vida a la película!

4) Es cierto que el arqueólogo ve un gusano dentro de su ojo y empero se embarca en otra expedición a la nave alienígena. Aunque quizá “sólo le pareció” notarse algo raro, algo demasiado increíble de lo que no estaba del todo seguro; quizá aún no se sentía tan enfermo como para perderse otro descubrimiento; quizá no quería abandonar a los compañeros que no respondían y se habían perdido.

5) El aparato médico que sólo está programado para hombres y que sin embargo se halla en el camarote de una mujer (Charlize Theron) puede ser explicable. Si sigues visionando la película te percatas de que su anciano padre (Guy Pearce) se halla a bordo de incógnito, por lo que seguramente la máquina está ahí puesta para él. En relación a que, tras la complicada operación, la protagonista sale corriendo “como si nada”, recordar que se desplaza dolorida y a trompicones, sin contar con que se ha inyectado cuantiosos analgésicos del futuro cuya potencia y efectividad desconocemos en nuestro tiempo.

6) El hecho de que el ingeniero alienígena active la nave tocando una flauta tampoco es tan ridículo. Pensar que se trata de una cultura extraterrestre antiquísima de la que podemos imaginarnos cualquier cosa; y ello le da un toque curioso a la escena, además de facilitarle el encontrar la clave para activarla al robot de turno (Michael Fassbender).

7) Que el alienígena al que despiertan golpee a los humanos en lugar de conversar y razonar podría deberse fácilmente a que pertenezca a una raza belicosa, feroz e irracional pese a su enorme desarrollo tecnológico. ¡Habrá que dejar algo para que los pobres guionistas den un poco de acción, hombre!

8) Justo cuando va a impactar la Prometheus contra la nave alienígena la tripulación levanta las manos. Esto es sólo una anécdota para endulzar el sacrificio de tales héroes. ¡No les quitemos el privilegio de divertirse un poco antes de morir, por favor!

9) Acabando ya el filme, si la protagonista decide no volver a la Tierra, sino marchar al planeta de los alienígenas en busca de respuestas, ¡pues que lo haga! Su amado ha muerto, puede que ya no le quede ningún otro aliciente para regresar, y sí le reste todavía una innata curiosidad científica o sienta la obligación de intentar convencerlos para que no acaben exterminando a los terráqueos.

10) Y, por último, decir que la historia es bastante coherente (como he creído demostrar), que es digna precuela de la primera entrega (aviso que también soy fanático seguidor de la saga), que el director es magistral (aunque en otros de sus títulos haya fallado como cualquier realizador), y que el guionista, pese a provenir de la serie “Perdidos”, eso no quita que no sea un buen profesional y que por algo lo han incluido en los créditos.