En la cultura popular el vampiro tiene, tuvo y tendrá una presencia permanente. Desde los mitos ancestrales de los no muertos, hasta las actuales ñoñerías para adolescentes. Desde el relato a la luz de la hoguera, hasta los comics y los videojuegos. Y el Cine, con su sugerente capacidad de moldear nuestros sueños y nuestros miedos, ha contribuido especialmente a introducir a Drácula en nuestra mente. La imagen que ha diseñado el Séptimo Arte del Vampiro es la de un personaje atractivo, seductor y elegante. Cristopher Lee con su capa, Bela Lougosi con su frac. Un aristócrata de refinados modales, que atempera sus pasiones hasta el momento irrefrenable del lujurioso mordisco. Pero Nosferatu no es así.
Nosferatu es monstruoso, horrendo, repulsivo.
Nosferatu es la peste, la muerte, la vileza, la fealdad.
Nosferatu es el terror.