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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
8
Western. Aventuras Los humildes habitantes de un pueblo mexicano, que viven modestamente de la agricultura, se hallan a merced de una despiadada banda de forajidos que constantemente les exigen un pago por sus cosechas. Como ellos no saben defenderse, deciden contratar los servicios de siete pistoleros, siete implacables mercenarios cada uno con una habilidad especial en el manejo de las armas. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brillantísima reelaboración de "Los siete samuráis" a cargo de John Sturges.
Resulta especialmente curioso ver una adaptación de Kurosawa en un lenguaje cinematográfico eminentemente clásico como es el de Surges. Si bien es cierto que la influencia del cineasta japonés en los revolucionarios códigos establecidos por Leone y todo el bastardo "spaghetti western" posterior es innegable y reconocida, Kurosawa es, a fin de cuentas, un autor clásico, deudor indudable de John Ford.
En cualquier, caso, estamos ante un divertidísimo western de frontera que alterna secuencias y diálogos de sutil comicidad con trepidantes escenas de acción excelentemente ejecutadas- el masivo tiroteo final es digno del mejor Peckinpah, salvando el tomate frito y la cámara superlenta-
El reparto de campanillas reúne una granada selección de los más carismáticos rostros de la década de los sesenta: Brynner, McQueen, Bronson, Wallach, Coburn... Rutilante constelación "cool" cuyos integrantes todos evidencian pasárselo en grande entre enchiladas, balaceras y tragos, tanto que hasta el granítico rostro de Yul Brynner alcanza a relajarse en alguna que otra franca sonrisa. Dos chispeantes robaplanos como son el mugriento Eli Wallach y el simpático Horst Buchholz, morenote alemán metido a mexicano vacilón, se cuelan de rondón en el duelo de egos entre McQueen y Brynner. Lance en el que, por cierto, sale, más que vencedor, avasallador, un Steve McQueen que devora hasta la raspa a su rasurado socio. Y aún le sobra tiempo para contar chascarrillos.
Y para terminar, una merecidísima mención a la maravillosa banda sonora compuesta por Elmer Bernstein, sin cuyas notas esta película mítica resultaría impensable.
Que aproveche.
Carorpar
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