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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
10
Drama En México, a principios del siglo XX, el humilde cura Nazarín comparte su pobreza con los necesitados que habitan alrededor del mesón de Chanfa. Después de proteger a una prostituta que provoca el incendio del mesón, Nazarín se ve obligado a abandonar el lugar. A lo largo de su camino, sus acciones, determinadas por su concepto de la caridad cristiana, provocarán una serie de conflictos. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2010
45 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una de las películas más religiosas de la historia del cine, con o sin intención de Luis Buñuel, quién aunque dijera a los cuatro vientos que era «ateo por la gracia de Dios», no cabe duda de que era «ateo-católico». Difícilmente se encuentra en este mundo a un ateo a secas; los que públicamente confiesan serlo, suelen ser o ateos-católicos o ateos-protestantes.

Algunos papanatas del ideologismo más burdo, que van de doctos de lo que no aprehenden y desprecian, se mofan de la Iglesia Católica porque en su día quiso dar un premio a esta película. Según ellos, la Iglesia Católica no se percató de que el filme de Luis Buñuel era un feroz ataque contra ella misma.

¿Ah, sí? Ellos debían haberse percatado de que la Iglesia puede ser pecadora y puta, pero no es tonta. Como le dijo el presbítero Domingo Camprecios al torero Juncal en la magnífica serie de televisión del mismo nombre «Juncal» (TVE, España 1987): «El clero tiene muchos defectos, pero es muy difícil encontrar a un cura tonto».

Es decir, de ser este filme una crítica feroz contra la Iglesia Católica o contra la Religión Degenerada, no lo es más que los Evangelios contra la institucionalización religiosa de su tiempo y la posterior (que de contemplar a la religión como servidora del ser humano, resultaba en gran medida que se había transmutado en un proyecto donde el ser humano debía obligatoriamente servirla a ella). O sea, el filme «Nazarín» no es más crítico que los Evangelios contra los hipocritas de todos los tiempos, contra la Religión convertida en un negocio, contra el orden viciado o el clericalismo vano; pero no por ello, el clero instalado o la Iglesia Católica por ser la más representativa de la citada degeneración, dejan de evangelizar, de leer los Evangelios, de examinarse con referencia a ellos, de reverenciarlos constantemente, de proclamarlos y extender su contenido, memoria soliviantadora, sal, y salvación.

«Nazarín», indudablemente es un filme crítico contra la Iglesia Católica, pero no tan rabiosamente como deducen ciertos reduccionistas anticristianos. Más bien se ve que es un filme crítico contra la sociedad, contra los pobres, contra el bien y el mal, contra la realidad en general de la que formamos parte. Sin embargo, «Nazarín» es a todas luces una película seria, mística, sumamente religiosa, que hace gala de la religión en esencia, de lo humano-metafísico, que honra o venera la impronta veraz y la incertidumbre del hecho religioso en sí.

Estamos ante una película en blanco y negro realizada por un español, Luis Buñuel, cuya intención es seguir y exponer, como bien entendió el poeta mexicano y Premio Nobel de Literatura-1990, Octavio Paz: «La tradición de los españoles locos, originada por Cervantes; locura que consiste en tomar en serio las grandes ideas y tratar de vivirlas consecuentemente».

Fej Delvahe
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fej Delvahe
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