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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de darth_matu:
8
Drama Cuenta la historia de dos adolescentes que salen de su aldea y a los que pronto se suma un chico indígena. Juntos vivirán la terrible experiencia que padecen millones de personas, obligadas por las circunstancias a emprender un viaje lleno de peligros y con un final incierto. En el camino aflora la amistad, la solidaridad, el miedo, la injusticia, el dolor. (FILMAFFINITY)
16 de febrero de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Diego Quemada-Diez es un pesimista. O un realista. Toma la fabula de "Stand By Me" y la llena de mugre y hediondez.
Aquí no hay melodías pegadizas, ni gorditos simpaticones, no hay escapadas de ultimo momento, ni siquiera el espíritu de pandilla esta presente.
En esta historia la Latinoamerica verde se convierte en marrón. Destruye los paisajes y destroza la fe de una nueva patria hispana.
En su visión, el amor y la subsistencia no son compatibles. Siempre se impone la segunda. Cuando un miembro
del grupo abandona o cae los demás siguen adelante, con la herida abierta por la ausencia, pero con la luz de esperanza por
delante de un mundo mejor, aun pese al olor a carne podrida y la nieve que cae sobre los ojos, tan parecida a la de una maqueta con un trencito a motor de juguete.

Después de todo, la vida no es muy diferente a un escenario de artificios. El dolor solo parece ser algo trascendental, solo un
túnel negro que tras atravesarlo se va achicando con el transcurrir del tiempo hasta ser algo demasiado pequeño para entrometerse en nuestros sueños. Los sueños no se detienen por las perdidas.

Y en medio de la violencia extrema, del odio a la condición humana, de la perdida total de valores y normas morales, solo aquel
perteneciente a la etnia original de una tierra que hoy le resulta ajena, en la que debe pasar escondido por las fronteras que
solo son un artificio de la tierra por la que antes podía correr libremente, es quien nos da una señal de amor. De espontaneidad,
de cariño primitivo, que no necesita lenguas ni códigos sociales, sino una mirada, una sonrisa, un gesto, una acción de socorro.
Chauk es la entrada de luz tras el largo túnel que compone el filme de Quemada-Diez.

Y el hombre "civilizado" vuelve a ejecutar la barbarie. Contra el indio, contra sus pares, contra las mujeres, contra todos. En
Antaño el oro, luego las tierras, hoy el dinero y la droga. No hay ni un ápice de misericordia en su accionar. El poder no
entiende de eso. Como un tren de carga lento pero seguro avanza llevando consigo a aquellos que a su vez cargaran su ambición blanca como trueque por la ilusión.

Estados Unidos es un desierto. Su entrada un caño de desague y una pared de chapas, alambres y balas. Y la carnicería concluida nos da lugar a un manto blanco como segundo acto. Ese, el mismo de las películas de navidad que importamos para compartir con nuestras familias en la previa de las fiestas mientras los chocolates se derriten y los pan dulce transpiran azúcar impalpable. Y todo vuelve a ser una maqueta. Un par de banderitas por aquí, unos gringos tirando tiros por allá y el trencito de juguete marcha entre los túneles, pasa los largos pinos y abetos, atraviesa las luces altas e imperturbables y nos deja una figura pequeña, de espalda encorvada y ojos que entre sus arterias tienen como testigos los ríos de sangre de América Latina. Después de todo las venas siguen abiertas, 500 años y siguen contando.
darth_matu
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