Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · mendoza
Voto de nahuelzonda:
8
Thriller. Terror. Acción El joven Jim Hasley (C. Thomas Howell) recoge con su cadillac a un autoestopista, John Ryder (Rutger Hauer), en una carretera de Texas. Cuando John le confiesa a Jim que es un asesino y que espera que le recojan y le lleven para matar, Jim lo deja en la cuneta y sigue adelante, pensando que lo ha dejado atrás. A partir de este momento, los dos empiezan a jugar al gato y al ratón. El asesino sigue matando y dejando pistas que inculpan al ... [+]
29 de junio de 2020
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El diablo, verdugo por antonomasia, aburrido y apático, se ve condenado a una interminable carrera, fastidiosa y extenuante: tratar de efectivizar el mal, la destrucción y el pecado en el mundo. Pero no es una digna función la que este demonio intenta ejercer con diligencia. Ya lo decía Mefistófeles, en su indolente intento de capturar las almas: «La verdad, no he adelantado mucho en mi tarea. Lo que se opone a la nada, ese algo, este mundo material, no he podido destruirlo hasta aquí, a pesar de todos mis esfuerzos (...) He sepultado a muchos, y veo, sin embargo, circular siempre nueva sangre. Hay para volverse loco del modo con que van las cosas: en el aire, en las aguas, en la tierra, en todas partes, en fin, es cada vez más potente la fuerza creadora y siempre brotan por doquiera nuevos seres».

Acá, el Rey Demonio, un sádico asesino llamado John Ryder (un inmenso Rutger Hauer) persigue y tortura moral y psicológicamente al joven Jim Halsey (C. Thomas Howell) en un juego de caza del gato y el ratón por los solitarios parajes yermos de la Norteamérica profunda.

Hasta aquí, nada nuevo. Tenemos la típica y tópica película de asesinos en serie y elementales victimas. Un slasher al uso sin muchas más sorpresas. Pero en un nivel de lectura más inmersivo vemos que nuestro antagonista sufre, que en sus intentos de vileza asoma un descuido de compasión por su víctima. ¿Qué pretende con esto? ¿Abdicar su corona? ¿Ser redimido para encontrar sosiego? Es que parece que nuestro villano, un representante de la infamia diferente al unidimensional psicópata de tantas películas, quisiera ceder la soberanía de su reino y está pronto a presentar su renuncia. Acá, Rutger Hauer me remite al Bartleby de Melville, ese diminuto escribiente de talante extenuado que se negaba, sin turbación, a realizar su tarea cotidiana: “Preferiría no hacerlo”.

La figura del demonio como un ser nihilista y desencantado de su labor me parece una extraordinaria vuelta de tuerca y toda la profundidad mitológica de la idea se reflejan en el maravilloso guion de Eric Red y conforman, en su conjunto, una extraordinaria película. No sólo thriller de acción, sino estudio ontológico del mal.

Genial.
nahuelzonda
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow