A día de hoy plantearse ir a ver una película española, es enfrentarse a la realidad deformada de un país sin cultura, vergüenza ni nada que se le parezca. Es como cuando ibas al insti y en vez de elegir al mejor estudiante como delegado de curso, se votaba al más mediocre y estúpido... El cine español es lo mismo, cada vez que pagamos por ir a ver una película de éstas, los grandes directores, actores, guionistas y músicos tienen que hacer el petate y largarse fuera porque la misma chusma de siempre se deglute el poco pan que queda. Y lo peor de todo: el público ríe y aplaude con orejas de asno.

Nos reímos y burlamos de cualquier cosa que demuestre un mínimo de esmero y trabajo porque jode ver que hay profesionales y artistas mejores en otros países: la envidia del vago.

Realización atropellada, personajes vacíos, insulsos y grotescos, (sin pretenderlo, lo son) argumento inexistente y sólo como vehículo para lucir una vez más el infame espectro de actores que tiene éste país: de lo peor.

Álex de la Iglesia solía dirigir buenas pelis y hasta incluso tuvo algún momento de brillantez... El problema es que ya lleva demasiadas películas que son "mierda seca": todo es cliché sin sentido, lo patético es en lo que gusta revolcarse... No hay argumento que levante ésta película y quizás cómo único aspecto positivo, es usar "El Bar" como espejo de nuestras faltas, que son muchas y muy graves, siendo la primera y más gravosa: el hedonismo en lo hediondo. Hacer de lo cutre y vergonzoso el orgullo de nuestra cultura...

Que le jodan al cine español, que le jodan al reparto y que le jodan a mis impuestos, con los que una vez más se ha financiado éste despropósito.