Donnie Brasco trata de un tipo al que le gusta la brisa el cual curra para el FBI y se mete de infiltrado en la mafiosa mafia. Allí conoce a Al Pacino, del cual se enamora y pasa por su casa en no quiero saber que asuntos, ni tampoco me importa, pero el asunto del que hablaba, seguro que el avezado lector de críticas ya lo ha captado desde hace tres frases, por lo cual, debe pensar que escribo por escribir, por tanto, debe de haber desechado la utilidad de esta crítica hace ya unos cuantos años, si bien quizás estoy exagerando como una vaca. En fin, no me distraigan.

James Russo se marca un soviético papel en dicho film, de nombre impronunciable, lo cual es destacable, o loable, o a lo mejor no. No pecaré de iluso esta vez, aunque tenga motivos para ello por lo menos desde hace unos años, si bien, quizás esté exagerando otra vez como en el párrafo anterior, muy bueno desde el punto de vista de Carlos Boyero, o como el diría, admirable.

Calificar de admirable a dicho film como hizo Carlos denota una falta de sentido común preocupante. Este film no vale ni para que le den por el culo, con perdón sincero. No me gusta utilizar palabras malsonantes, pero así va la movida colegas.

Johnny Deep no tiene personalidad ni es profundo como su apellido. Nada más que añadir.






UN GUIÓN DELEZNABLE.




UN GUIÓN DE MIERDA.