Flojísima secuela que trata de imitar los gags de la primera parte (la segunda parecía más una serie de tv) y que, la verdad, no tiene ninguna gracia.

Han pasado ocho años desde que los humanos capturaron al gusano pensante y ha comenzado la segunda guerra contra los bichos. Johnny Rico ahora es oficial de los marines y está destinado en un planeta granjero en primera línea de batalla. A partir de ahí comienza una película que, ni tiene los mismos efectos que la primera (parece mentira que hayan pasado los años y que vayamos para atrás), ni la gracia (copiar una cosa no es ser original), ni siquiera la trama es entretenida (llega a resultar pesada) y bueno, eso de armas del futuro, el que quiera verlas tendrá que esperarse bastante.

Dos cosas que me llamaron la atención:

- El calco que hacen de Starcraft, solo faltaba ya el barrillo repugnante que soltaban los Zergs al hacer sus madrigueras, vaya tela.

- Los uniformes continúan teniendo estética nazi, así que eso no es nuevo, lo que sí es curioso es como el Mariscal Anoke lanza su "falso" discurso gesticulando como Hitler en El triunfo de la voluntad.

Por lo demás, al andar Verhoeven de por medio, no faltan las tetas, los culos y un tufillo a rancio que no se acaba de quitar con el tiempo.