La calidad de la saga empezaba a declinar peligrosamente a nivel crítico tras los dos primeros títulos que protagonizó Moore a su llegada a la popular franquicia, hasta que Daniel Craig consiguio convencer a los gafapastas que no tenían al agente 007 en un altar.
'Panorama para matar' entra dentro de esa época en las que las aventuras de James Bond eran un mero pretexto para entretener al espectador (como prácticamente actualmente siguen siendo aunque se les pretenda dar un enfoque algo más serio) y, a pesar de sus múltiples defectos logra evadir al espectador durante más de dos horas.

Entre sus principales defectos, como no, podrían estar la omnipresencia de los típicos y ajustados clichés sobre los que se sostiene la saga que ya empiezan a cansar (en este sentido sí que se agradece la renovación que suponen las últimas entregas de la saga) y se notan agotados. Tampoco ayuda demasiado la presencia Tanya Roberts como 'chica Bond', pues a pesar de su belleza el personaje resulta más un incordio que una ayuda. Tampoco me termina de agradar Christopher Walken como psicópata, pues el personaje está poco profundizado y el actor no logra convencer como debiera y brillar como ha logrado muchísimas otras veces.

A pesar de sus defectos, el film consigue entretener decentemente al espectador con una de las historias más atractivas de las protagonizadas por el espía, una estupenda villana como es la que compone Grace Jones, una canción de Duran Durán bastante buena y unas escenas de acción espectaculares y bastante conseguidas, amén de una trama trepidante por momentos que casi no deja respiro y que deja en 'Panorama para matar' una de las entregas más efectivas de todas las protagonizadas por Moore y una estupenda despedida para el actor que por el momento dotó de mayor carisma a James Bond.

·LO MEJOR: la trepidante trama. Las escenas de acción. Grace Jones y Roger Moore.

·LO PEOR: que el personaje de Cristopher Walken no se encuentre más profundizado para que el actor logre brillar como consigue habitualmente.