Paco León debutó en la realización hace no mucho con "Carmina o revienta" (2012), film que le valió el reconocimiento de una gran parte de la crítica, y que sirvió además para demostrar que detrás de ese actor de comedia había bastante talento. Un par de años después siguió la línea continuista de aquel trabajo en su secuela, "Carmina y amén" (2014), la cual nos pudo dar que pensar que igual habíamos depositado excesivas esperanzas en él, y no ya por mala sino por la palpable pérdida de frescura. Bueno, pues podéis volver a sacar del armario los excelentes calificativos que le dedicasteis en su ópera prima, en su último trabajo el andaluz vuelve a cabalgar a lomos del riesgo para salir nuevamente victorioso y reforzado como director.
"Kiki, el amor se hace" es una comedia que me ha sorprendido para bien justo cuando casi no esperaba nada de ella. Paco León nos entrega un film que es un remake de la cinta australiana "The little death" (Josh Lawson, 2014), y el cual está compuesto por varias historias a modo de terapia de pareja sobre el amor, pero con las filias sexuales como efectivo y fresco motor mediante el que analizar dicho sentimiento y a sus protagonistas. A primera vista "Kiki, el amor se hace" tiene una evidente apariencia de película descerebrada e incluso frívola o avergonzante, pero para mi sorpresa la cinta demuestra tener mucho más cerebro del que aparenta. Y no solo ya cerebro, sino que la película sabe vivir a la perfección en un buen limbo entre el respeto por lo narrado, que no siempre tiene porque ser agradable, y la comicidad que puedan provocar determinadas situaciones. Definitivamente el equilibrio es una de las grandes virtudes de "Kiki, el amor se hace" porque, además de en el fondo, también es capaz de mantenerlo bastante decentemente en la forma. Paco León consigue que todos los relatos funcionen bastante bien y sin que existan altibajos entre ellos, defecto muy común en este tipo de films. Todos tiene su interés y de todos estaba deseando ver el desenlace. Es cierto que el punto final a la historia del personaje de Alexandra Jiménez resulta algo forzado, es lo que más me ha rechinado del conjunto en ese aspecto, creo que el querer darle un final feliz a todo ha jugado en su contra.
En sus anteriores trabajos Paco León ya demostró ser un magnifico director de actores, lo conseguido con Carmina Barrios fue muy destacable. En "Kiki, el amor se hace" goza de un estupendo reparto que exprime maravillosamente tanto en lo cómico como en lo dramático. Haces tuyos esos personajes, a pesar de las rarezas que puedan contener, y eso da categoría al producto.
En definitiva, "Kiki, el amor se hace" es una buena, inesperada, atrevida y sana comedia episódica que, a pesar de tratar el amor y el sexo, en ningún momento pierde de vista a las personas y a sus sentimientos.