Mucha gente se queja, en demasía, del subrayado emocional que le pone Steven Spielberg a sus películas. Pues permítanme decirles que eso es, precisamente, lo que hace que "El médico alemán (Wakolda)" sea una interesante película, y no la gran película que estaba destinada a ser. Y es que los sentimientos son muy importantes, y la cinta que hoy nos ocupa, emocionalmente, me ha transmitido muy poco.
El último trabajo de Lucía Puenzo construye ficción alrededor de hechos reales. Toma como punto de partida el exilio de uno de los muchos medicos alemanes que frecuentaban campos de concentración, y basándose en eso forma una especie de drama con tintes de thriller. La historia es interesante y engancha lo necesario, pero le falta transmitir algo más al espectador. Y el mejor ejemplo de lo anterior se vislumbra en el desenlace del film, un final de obra duro que en ningún momento me termino de conmover.
También hay otra cosa que hace que "El médico alemán (Wakolda)" no sea del todo redonda, la claridad argumental. Lucia Puenzo deja demasiadas cosas a interpretación de un espectador que, ni mucho menos conoce todas las cartas con las que juega la directora argentina. Supongo que en aquel país conocerán lo acontecido en el marco en que se ambienta la película, pero para el resto son unos hechos que nos pillan muy de refilón y que no tenemos porque conocer. Pues la buena de Puenzo obvia las explicaciones y va directamente al meollo del asunto, dejando a muchos espectadores, seguramente la mayoría, desnudos. Esa falta de claridad repercute directamente en la película, dejándola ligeramente coja.
Al final, "El médico alemán (Wakolda)", quedara como una interesante película aunque pudiendo haber sido mucho más.